Conquista en el Hielo

Capítulo 10: Dante

8 de enero de 2018

Bueno mi plan de socializar con la única chica que conozco del vecindario terminó fallando. Ya tenía todo visualizado, desde el momento que Kurt envió varias maletas con ropa pude recuperar un poco de confianza. De verdad quería dejar una buena segunda impresión, ya que la primera no lo fue. 

Haciendo una retrospectiva a como usualmente suelo ser, admito que tengo un genuino interés por conocer a la chica pelirroja, Paula. Incluso su nombre suena bonito.

Hoy por la tarde, estaba seguro que aceptaría mi propuesta pero me tome a la ligera lo que mi tía me dijo, si les gusta entrenar, me pregunto que tipo de deporte harán.

Ella ya estaba de salida cuando toque el timbre, pero al menos logré que aceptara salir conmigo mañana.

 

9 de enero de 2018

Sobretodo hoy día me he vuelto un creyente de que las cosas suceden por algo. Y en hora buena que ayer no salí con Paula.

Estos días, estuve dedicando tiempo para mí, conociendo más a mi tía, sobre su trabajo como escritora y el trabajo de Ian como entrenador de Hockey. Era muy interesante convivir con ellos, muy diferente a convivir con mis padres, eran buenos anfitriones y en un futuro cercano pensaba retribuirles muy bien por haberme acogido.

Poco tiempo antes de salir a la casa de enfrente, revise mi estado de cuenta por el teléfono y resultó que mis fondos estaban congelados. Ese dinero era algo que mis padres prometieron no tocar, era su forma de callarme pero al parecer el video de año nuevo les costó más de lo que esperaba. Me sentía enojado pero también la adrenalina me decía que era una forma de no deberles nada. Eventualmente viviría muy bien sin depender de ellos. Me prometí eso.

Ya no podía cancelar planes previamente hechos, parecía que el destino quería que siempre quede en ridículo ante Paula y como buen rebelde me rehusaba a que eso pasara. Acudí a mi tía bastante avergonzado.

- ¿Qué pasó cariño?

- De verdad no esperaba pedirte esto pero quedé en salir con Paula y la verdad no me gustaría quedar mal. Contaba con un dinero que ya no está a mi disposición, por eso me podrías prestar un poco, te lo devolveré cuando consiga trabajo, que será dentro de las próximas dos semanas.

- No te preocupes, aquí tienes. Administralo sabiamente hasta que consigas un trabajo.

- Gracias, estoy salvado.

- Me parece una buena idea.

- ¿Que cosa?

- El tú productivo, ¿es bueno el cambio, verdad?

- …

- Anda, no creo que quieras llegar tarde.

 

Camino hacia la puerta, esperando que esta vez todo salga bien.

Cuando abren, caigo en la cuenta de que la vida es muy impredecible. Me saluda una chica, menuda y un poco más joven.

- Tu debes ser Dante, tu tía te ha mencionado. Es un vecindario donde todos se conocen al menos un poco - ella alza una ceja, analizando y sinceramente no se que este pensando de mí - bueno yo estoy lista, mi hermana baja en un momento.

 

Con lo que me acaba de decir asumo que ella es la menor de las Mendes, por su intercambio de palabras filosas, es obvio la protección que le da a su hermana mayor. Usualmente es al revés pero en el fondo me causa gracia estar en esta situación.

- Hola - digo cuando veo finalmente a Paula después de lo que parecen ser unos minutos del juicio final.

- Hola, lamento la demora. Espero que mi hermana te haya hecho una buena conversación sobre la ciudad.

- Si, conversamos un poco - le digo un tanto nervioso.

- Asumo que quieres ver lo mejor de la ciudad y eso pues es necesario yendo en el bus.

- Esta bien, vamos.

 

Y es así como los tres nos encaminamos a la estación de bus más cercana. Me muestran los boulevards cercanos, el taco bell, las universidades locales. Fue un tour bastante normal. Aunque queria preguntar más cosas, la mini Mendes siempre tenía un hecho importante que añadir.

La última parada del tour fue Cherry Creek Shopping Center, me ofrecí a invitarles la cena después de que me dijeran muchas cosas interesantes de la ciudad (de la gente joven de la ciudad). En algún momento las reacciones de Paula me parecen tiernas y empecé a entender el porqué la hermana menor era la protectora del dúo.

- ¿Qué es lo que desean comer? - ellas se miran 

- ¿Te gusta la comida china?

- Claro.

- Vamos a Panda Express.

- Pidan lo que quieran les digo.

- Yo quiero un bowl grande de camarones y verduras, también un té verde - dice mini Mendes.

- Yo quiero un bowl mediano de pollo y verduras, un té también - dice Paula.

- Que sean dos bows de pollo y tres vasos te entonces.

 

Mientras comemos, me surge de nuevo la curiosidad.

- Por un momento pensé que comeríamos hamburguesas.

- No es el día de chatarra - me dice Paula

- Oh, ya veo. ¿Régimen alimenticio?

- Algo así, Raquel es gimnasta y yo soy patinadora así que tenemos que hacer ciertos balances. Por suerte nos encantan los vegetales.

- Así que ¿Patinas? ¿Como con rueditas? - las dos hermanas se ríen

- No, patinaje sobre hielo.

- De hecho mi hermana es bastante conocida en el medio - dice mini Mendes, sonando bastante orgullosa.

- Eso suena genial - digo.

- Este año las nacionales son pan comido - añade mini Mendes

 

Noto a Paula un poco sonrojada, al parecer le incomoda que la presuman. Tenemos un regreso apacible. Esta ciudad no es California pero me está gustando mucho estar aquí.




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