Conspiración

Iván IV

Iván IV

El ambiente en el departamento donde se llevaba a cabo la investigación del ataque en el centro de convenciones era cada vez más tenso, había pasado una semana desde la confesión de Mauricio, quien había intercambiado su libertad por toda la informacion que tenia del ataque, aunque al principio el agente Iván Hernández expresó su negativa en ese trato, no tardó mucho en aceptarlo, después de todo era la pista más sólida que tenían desde el inicio de la investigación, el problema aquí residía en que llevaban días procrastinando y eso resultaba en el ambiente que los invadia

—recuérdame otra vez porque estamos aquí sin hacer nada, en lugar de ir a nuestro nuevo objetivo— reclamó el hombre desde el sillón donde estaba recostado dirigiendo su mirada a su compañera Mónica quien estaba en el sofá frente a él

—en palabras de Adriana, no podemos ir de inmediato, tenemos que hacerles creer que Mauricio no hablo con el fin de hacerlos bajar la guardia— explicó la agente con algo de hastío sin levantar la mirada de su celular, Iván llevaba haciendo la misma pregunta desde el primer dia que se recluyeron en el departamento y era ella quien siempre le respondía —te entiendo Iván, tambien siento que perdemos el tiempo—

—por cierto Mónica, ¿como has estado?— cuestionó el hombre a su compañera, se lo preguntaba debido al incidente ocurrido solo una dia despues de haber puesto en libertad a su único sospechoso, los padres de Adriana y Oswaldo llegaron al departamento sin avisar, después de algunas palabras airadas entre los dos agentes y sus progenitores, los obligaron a firmar el acta de matrimonio que llevaban con ellos, alegando no confiar en que Adriana ya no pondría su vida en riesgo de manera irresponsable, por lo que desde hace un par de días sus compañeros se encontraban legalmente casados

—estoy bien, tanto como podría estar en esta situación, Adriana es quien me preocupa, desde lo ocurrido no ha salido de su estudio— respondió la mujer antes de darle un sorbo al café que sostenía

—estuvo en la cocina esta mañana, dijo algo sobre arreglar unos asuntos personales, tomo algo de comida y volvió al estudio— explicó Alberto mirándolos desde la cocina, el joven había insistido en cocinar algo para sus compañeros, por lo que rápidamente había puesto manos a la obra

—nunca sabré cómo funciona la mente de esa mujer, parece estar en otro mundo diferente a nosotros, pero en ocasiones, parece saber lo que pensamos antes de decirlo— continuó hablando Iván tratando de ganar paciencia, al mismo tiempo, llevaba días con un mal presentimiento, debían prepararse muy bien para su próxima misión, de la cual no sabían nada de su objetivo, no tenían ningún conocimiento de sí el lugar estaba resguardado, si lo estaba, no sabían cuánta gente había dentro o que tan armados estaban, seria una apuesta arriesgada, los cinco agentes estaban enterados de eso, seguramente no solo Iván se debatía en si hacerlo o no, todos estaban a punto de arriesgar su vida por terminar con quién haya tenido la brillante idea de asesinar gente inocente y personas en el poder solo para deshacerse de la oposición. 

—esta mañana hable con mi madre— soltó el agente Alberto sacando de sus pensamientos a Iván y causando las miradas sorprendidas de sus compañeros

—¿en serio?, creí que ella no te dirigía la palabra— cuestionó el mayor 

—no lo hace, solo la llame para saber cómo estaba ella y mí hermano menor, no me dijo mucho por supuesto, aún me odia por arruinar su extraña visión de una familia normal— explicó el joven ganándose las miradas de lástima de sus compañeros, Iván estaba enterado de los problemas entre su amigo y su familia, admiraba la fortaleza del chico de seguir adelante aunque su propia familia lo repudiara —lo único que espero de mi familia es que le den una buena educación a mí hermano—

—chicos, no hay que pensar en cosas negativas, iremos a esa bodega, conseguiremos la información y pruebas que necesitamos y volveremos sin ningún rasguño— señaló Mónica con firmeza

—tienes razón, aun no vamos a ese lugar y ya estamos pensando en lo peor— secundó Iván tratando de inundarse de la positividad de su compañera, seguramente ella también pensaba en lo que podría salir mal, pero se negaba a pensar demasiado en eso

—espero estén listos, nos vamos en un par de horas— dijo Oswaldo entrando a la sala seguido de Adriana, quien cargaba una pesada maleta con algo de dificultad, al verla, Alberto se acercó para ayudarla, después de todo, la agente aún no se recuperaba completamente de su herida en la pierna y aunque continuaba cojeando, se negaba a usar un bastón o las muletas

—ya era hora, ¿qué llevas ahí?— cuestionó Iván señalando lo que cargaba Alberto, el menor dejó la maleta sobre la mesa de la cocina antes de apartarse y dejar que la agente Adriana les mostrará lo que llevaba dentro de la maleta 

—no sabemos que nos encontraremos en ese lugar, así que lo mejor es estar preparados— respondió la agente, Iván y sus compañeros miraron sorprendidos como la joven ponía sobre la mesa varias armas, así como chalecos antibalas —debido a que este caso no es oficial, no podemos usar nuestras armas de servicio, asi que consegui esto para nuestra protección—  

—¿de donde sacaste todo esto?— preguntó Mónica sin dejar de mirar sorprendida los artículos sobre la mesa

—tengo un par de conocidos que se dedican a esto, me debian algunos favores, por lo que les cobre con esto— 



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En el texto hay: policias, romance, accion

Editado: 23.07.2020

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