Narra Albert.
–Antes de que me hagan todas las preguntas que se les pasen por la cabeza, vamos a hablar de ustedes.
Bien, ahora a escuchar la charla de nuestro mejor amigo, nos sentamos frente a él, es como si nos estuvieran castigando y nosotros estuviésemos arrepentidos, juro que lo único que quiero hacer es reírme y lo peor es que el olor de Liz me distrae.
–Bien, díganme que si recuerdan que tuvieron sexo – hago el intento de preguntar como lo sabe – no pregunten como lo sé, es demasiado obvio, su humor, sus miraditas y, sobre todo, esas horribles marcas que se dejaron en el cuello. Maduren, por favor.
Siento la mirada de Liz en mi rostro, lo único que quiero es sumergirme en ella e ignorar todo esto, pero es que tampoco puedo hacer eso porque Matt nos está mirando.
–¿Ahora ya saben en qué punto están ambos? ¿Se confesaron todo el amor que me decían a mí? – con Liz nos miramos – No se hagan los idiotas, a mí me decían todo, de verdad que si hoy no se almorzaban me daba un tiro, no es chiste. Ya estaba planeando que hacer si no reaccionaban hoy. Ahora ¿En que están?
–No sabemos – dice Liz bajito y arrastrando cada letra.
–Bien, igual tienen que salir solos, tener cenas románticas y todas esas cosas, les quedan grandes cosas – añade Matt.
–Eso ya lo sabemos, papá – digo riendo bajito – pero, tú también nos habías ocultado algo...
–¡Que algo! nos ocultaste casi media vida, bueno, tampoco tanto, pero igual.
–Le voy a contar todo, no se preocupen.
–Tenemos tiempo – dice Liz.
–Prepárense – nos advierte. Liz sube los pies al sofá, me abraza y se recuesta. Me acomodo, en eso Liz me da un beso que me toma por sorpresa, pero en ese breve segundo siento esa electricidad que tanto me gusta sentir junto a Liz.
–Listos y preparados. Papá – decimos al unísono.
–Ya, esperen aquí – se levanta y va a su habitación.
–¿Tomaste la pastilla?
–Sí, le pedí una a Sam, me interrogaron peor que si fueran mis papás – me dice Liz y rueda los ojos.
De la habitación vemos a Matt salir acompañado de una chica, es rubia, tiene los ojos grises, labios pequeños, de estatura mediana y una pequeña barriga.
–¿Qué mierda? ¿Qué hace ella en mi casa? – Liz está exaltada, pero no se levanta y comienza a gritar como pensé que haría, por el contrario, sigue recostada y abrazándome – eres mi calma – susurra en mi oído.
–Leticia está acá, porque es mi esposa, la madre de mi hijo, es la razón por la que estoy buscando una casa – no puedo decirle nada a Liz porque Matt se molestaría – Les contaré toda la historia.
>Hace 4 años comencé a salir con Lety, salíamos a la playa, me ayudaba y cuidaba a Sophie, compartimos los mismos gustos y siempre estuvo conmigo en todo momento, llevamos 3 años en pareja. Tiene 6 meses de embarazo y estamos casados. Liz, tu fuiste nuestra testigo, pero no me sorprende que no lo recuerdes, fue en la playa, de hecho, Lety cuidó a tus hijos, anduviste en una carrera clandestina, después celebraste tus 6 triunfos, llegaste a las 10 a la casa, a las 10:30 fue todo a la orilla del mar, no sé si era resaca o todavía estabas drogada, pero igual firmaste y fuiste testigo. Supuse que no recordabas nada, por lo que no te conté, no quería que tuvieras más dilemas, debido a que Lety siempre fue tu contrincante, además que la mayoría del tiempo llorabas y te quejabas de lo idiota que era Albert y viceversa. No les pido que de un día a otro acompañen y quieran a Lety, yo solo les informo que es mi familia, por cierto, mañana en la tarde vamos a irnos, vamos a vivir a 2 cuadras de donde Mary y Andy.
–Ok, los felicito. Hacen muy linda pareja, estoy feliz, va a ver un pequeño Matt. Que emoción, más para mal enseñar – Liz se levanta y da saltitos por toda la sala, luego corre a su cajón de "reservas". Saca 3 botellas de cerveza y un jugo.
–Felicitaciones, muy mala testigo tuvieron, pero bueno, está en su chip no recordar…– me da un manotazo en el abdomen.
–Idiota, como si tu recordaras algo siquiera – me dice Liz colgando de mi cuello – brindemos porque nuestra familia está creciendo, ¡oyeee! Vamos a tener que buscar el cumpleaños más cercano para dar la noticia – añade emocionada.
Matt rueda los ojos, Lety se ríe, mientras yo aguanto todo el peso de Liz, no es mucho y me encanta sentirla.
–Nosotros nos iremos a dormir, debemos descansar. Deberían hacer lo mismo – dice Matt, nos despedimos y con Leticia se van a la habitación.
–Tengo pésima memoria – admite Liz.
–Yo creo que, si hubieses estado sobria, si recordarías la boda.
–También podría recordar las noches en las que procreamos a nuestros hijos – dice riendo.
Ruedo los ojos porque obviamente ninguno de nosotros estábamos bajo nuestro propio juicio cuando creamos a nuestros hijos.
–¿Te vas a ir?
–No – me acerco donde ella, la abrazo por la cintura.
–Lamento decirte que no tenemos habitaciones libres – susurra mirándome a los ojos, me encanta como brilla los suyos.
–No tengo problema en dormir contigo, de hecho, ya hemos dormido juntos – pasa sus manos por mi cuello, enrolla sus dedos a mi cabello.
–Aun no entiendo cómo fue que no vi tu tatuaje – dice negando con la cabeza.
–Eres bastante despistada – me acerco a su boca.
–Ainda assim, 7 idiomas são falados, administrar um negócio, estudar, cozinhar e cuidar de meus filhos (Aun así, se hablar 7 idiomas, dirigir una empresa, estudiar, cocinar y cuidar a mis hijos) – saca a relucir su perfecto Portugués
–Ok, no entendí, pero de seguro mencionaste tus aptitudes – era más que obvio, la critiqué, por supuesto iba a decir todo de lo que es capaz.
Comienza a reírse y sé que he acertado, si también la conozco lo suficiente como para conocer cada uno de sus aspectos tan buenos como malos. En realidad, creo que la conozco demasiado, pero también no la conozco nada.
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Editado: 01.10.2022