kristen
Me está besando y, sin darme cuenta, coloco mis manos hacia él, pero me gusta, sus palabras "primero mato a quien se atreva a besarte" me fascinaron, en vez de darme miedo o preocuparme, me gustó. Sus manos están alrededor de mi cintura y me lleva hacia su cuerpo y no quiero que me suelte, quiero seguir besándolo. Mi corazón y mi subconsciente están saltando de alegría. Robert profundiza el beso y empeora mi ritmo cardíaco. He deseado tanto sus labios y es mejor de lo que esperaba, es magnífico. Lo que siento por él es muy grande y no tengo idea, que tan inmenso puede ser.
Este momento es perfecto, lo tengo en mis brazos y él me tiene en los suyos. Nuestro beso sigue y no planeo parar.
Escuchamos unos pasos (Maldición) con mala gana regreso a ver sin separar nuestro cuerpo, es la estupida de Coraima. Su expresión es atónita y no sabe lo que sucede en frente de ella y yo tampoco. Apenas me lo creo.
-Lo siento no sabían que ya estaban juntos- intenta explicar mientras me aparto de él Robert no me deja. Lo observo con mis mejillas ardiendo. Trago saliva- lo del beso fue un reto, de verdad lo siento. - se disculpa Coraima. Aunque no siento sincera sus disculpas porque así como yo deseaba besarlo ella también.
Pero no sé qué decirle cuando usó el termino "juntos", porque ni siquiera yo lo sé. Pero no diga nada esperando que Robert hable, y no lo hace, también espera a que diga algo.
-Ya me explico, pero una chica no hace ese tipo de cosas por un reto, das una imagen que no deberías en el salón, sólo piensa antes de hacerlo ya que puedes lastimar a los demás- mi voz suena muy seria. Pero sus rostros son de sorpresa antes mis palabras. Y por supuesto no quería decirle eso.
-Sí, gracias por el consejo - nos observa por unos segundos y se retira.
Lo miro, pero no estoy segura de qué decirle, espero que lo haga primero, soy muy cobarde con este tema.
-No me gustó que te besara - confieso al darme cuenta que no iba hablar.
-eso no quiero escuchar- menea la cabeza.
Mi respiración se quiere congelar otra vez.
-de verdad harás que te lo diga- contesto sarcástico.
-tienes que decirlo, ¿no es así?- le digo.
-pero ya dije que te quiero- me lo recuerda.
-y yo ya te hice saber lo que siento- contraataco. Quiere avergonzarme más de lo que estoy.
-ok, tu ganas Kristen- agarra mi mentón y sus ojos verdes me vuelve su prisionera- ¿quieres darte una oportunidad conmigo?- presiono los labios por un segundo.
-podemos intentarlo- noto el nerviosismo de mi voz. Robert sonríe.
Se me acerca para pegar sus labios con los míos, pero esta vez ya nadie nos interrumpe. La sensación es igual que la primera. Todo lo que nos rodea desaparece en este instante.
Robert, me toma de la mano y unos compañeros empieza a murmurar detrás de nosotros, pero ninguno de los dos voltea, estoy segura que él también los escucha.
Estando en el elevador, Robert me acorrala como lo hizo en las escaleras , su mirada es cálida y vuelve a poner sus labios encima de los míos; coloca su mano en mi cintura para de nuevo acercarme a su cuerpo, pongo mis manos alrededor de su cuello y enredo mis dedos en su cabello claro. Se abren las puertas del ascensor y salimos sin dejar de besarnos. Entramos al departamento sonriendo por lo sucedido, ponemos nuestras mochilas en el mueble y me dirigo hacia la cocina para preparar algo, cuando siento que sus brazos me envuelven.
-¿Qué vamos a preparar?- me susurra en el oído y me estremezco al sentir su aliento.
-¿Qué quieres que haga?, menos pizza- le aviso.
-Pero, ¿por qué?, si nos sale bien- me besa la sien.
-Sí, es verdad, pero no quiero pizza o Kfc, quiero comida de verdad.
-ashhh, está bien - reniega.
Cocinamos juntos, me mancho varias veces la cara con algunos ingredientes, me daba unos que otros besos, vimos una película de comedia, no parabamos de reir.
-Me gusta escuchar tu risa- me dice haciéndome sonrojar, agrega- Me gustas más aún cuando te ruborizas- otra vez vuelve abochornarme.
-Y no sabía que eras muy romántico- pone los ojos en blanco.
-Ya, ya.
-¿Ahora a quién le da vergüenza?- me burlo.
-¿Quieres que te confiese algo?- añade- Jamás fui tan cariñoso y tampoco fui celoso pero... cuando...- se queda callado a media frase.
-¿Cuando qué?- inquiero.
-Cuando te veo con Alex o un hombre se te acerca, me vuelvo loco y cuando mencionaste "si otro me besara", los celos me invadieron. Antes no me importaba si tenían amigos o se le acercaban otros hombres, tampoco era así de atento como lo soy contigo. A tu lado estoy descubriendo cosas nuevas de mí.
-Creo que de eso se trata el amor, de descubrir cosas nuevas- le digo.
-Supongo que sí- se encoge de hombros.
-Pero tampoco me puedes prohibir nada, eso te ha quedado claro desde que empezamos a ser amigos, incluso tú mismo lo dijiste- le recuerdo.
-Sí, lo sé, pero así me siento y no tengo planeado prohibirte nada- me aclara.
-aunque lo hicieras no lo haría, por lo menos si no hay una verdadera razón.
-Lo sé- suspira.
-Eso de prohibirse cosas son de niños inseguros.
-Muchas veces no, pero ya no hablemos de eso, ¿está bien?.
-Por supuesto.
El fin de semana fue increíble, salimos casi todo el dia y me avisó que el otro sabado me llevaría a casa de sus padres, cosa que me aterrorizaba, creo que era muy pronto y estaba a punto de decirle que no, pero en sus ojos había mucha ilusión ante la idea de ir a conocer a sus progenitores, así que al final le dije que sí. También habló de que le gustaría ir a Guayaquil a conocer a mis padres, bueno a mi madre por que mi papá vive muy lejos. Pero sólo le dije que quiero tomarlo con calma y que después lo presentaría, cosa que no le agradó, pero en verdad creo que es muy rápido, prefiero esperar unos meses más, apenas llevamos unos días de novios y ya piensa todo eso. Aunque no niego que me hace feliz, porque me doy cuenta que ve en serio esta relación tanto como yo, pero tampoco al exagerado como casarnos, aún hay muchos planes en nuestras vida, uno, terminar la carrera de medicina, dos, conseguir un trabajo, tres, tener nuestras propias cosas y así irnos superando poco a poco.