Logré hacer un amigo, bueno resulta que el chico este, Weston, necesitaba un bolígrafo en historia y aprovechó para invitarme en su fiesta de "bienvenida" o al menos así la llamaban por lo que me contó.
No suelo acercarme a muchas personas, pero él era realmente agradable, además su estilo era… llamémosle interesante, con su cabello oscuro y puntas verde y sus ojos casi del mismo tono que su pelo.
Cuando por fin llegué a la dirección que me había escrito decidí que iba a ser una noche muy extraña, al menos eso pensé al ver a Emily al fondo bailando. No es que ella y yo nos hubiésemos acercado esta semana, menos aún luego de la escenita que armamos el lunes, pero estaba casi seguro de decir que ella no solía salir. Aunque debo aceptar que se veía bastante bien, una oleada de sentimiento extraño me recorrió al verla bailar ahí.
Caminé hasta donde se encontraba, quitándome mi chaqueta en el camino, y me acerqué a su oído.
–¿Y si te tapas guapa? No creo que estés acostumbrada a este tipo de atención– mientras le hablaba noté lo erizado de su piel y sonreí cuando se volteó.
–¿Qué crees que haces aquí?– preguntó algo desconcertada y tenía los ojos llorosos, le pase mi chaqueta por los hombros y simplemente me dejó hacerlo.
–¿Ocurrió algo? Yo acabo de llegar, sea lo que sea no puede ser culpa mía.– dije logrando hacer que sonriera un poco– mira niña desastre, no me caes de maravilla, pero si seremos compañeros podríamos llevarnos bien al menos, contarnos nuestros secretos oscuros y esas cosas– ella negó con la cabeza, pero seguía riendo y luego suspiró.
–Realmente es tonto...no suelo venir a fiestas y bueno cuando por fin decidí hacerlo mi novio decidió cambiarme por sus amigos, y aunque no soy celosa... hace un segundo lo escuché y cuando volteé lo vi al resto del equipo gritando y a él con una chica rodeando su cuello con los brazos– dijo casi susurrando y limpiando sus ojos.
–¿Sabes? tengo una idea niña– declaré sonriendo
–¿Idea? ¿De qué clase de idea hablas?– preguntó dudosa.
–Démosle un poco de su propia medicina, ¿quieres?– ella se me quedó viendo sin entender.– Mira, no me agradas, pero si hay algo que no tolero es a los chicos así, entonces, puedes usarme para vengarte de él– por fin comprendió lo que decía y tomó mi mano.
–No quiero arruinar esto aún, no completamente, pero…¿crees poder quedarte conmigo? En serio no sé donde están mis amigos y no me gusta estar sola en este lugar, no me fio de nadie.– comentó algo avergonzada y yo asentí.
Luego de un incómodo silencio decidimos ir por algo para tomar y al llegar a la barra un chico que sé veía bastante tomado se acercó a Emily
–¿Dónde has estado linda? Te busqué por todas partes– gruñó y vi la cara de miedo que puso Emily al verlo.
–No sé si lo notaste, chico lindo, pero estaba conmigo– dije alejándolo de ella y haciendo que me mire a mí.
–Y dime, ¿qué haría mi novia con un bueno para nada?– preguntó irritado.
–Greg, tomaste demasiado y no sabes qué dices, vete por favor– pidió Emily al fin.
Me puse a su lado y declaré– Ya la escuchaste, quiere que te vayas, Jeff–
–Tú no me dices que hacer y tú no me llames Jeff, soy Gregory Stone, ¿capitán de lacrosse? no te conviene meterte conmigo, chico nuevo– alardeó orgulloso.
–Sí claro y yo soy Alexander, acompañante de tu novia, basta de presentaciones y vete, solo me haces perder el tiempo– dije elevando la voz
–Alex, tranquilízate, no es el momento para tu carácter– pidió Emily, pero el idiota de su "novio" intentó golpearme y no pude evitar seguir.
Fue como si hubiera perdido control sobre mi mismo hasta que sentí las pequeñas manos de Emily intentar detenerme y volví a la realidad. Debajo de mí se encontraba Gregory sangrando y a nuestro alrededor una mesa rota y lo que posiblemente fueron vasos hechos pequeños pedazos de cristal.
Editado: 29.12.2020