Contigo, hasta la luna

EMILY

Puede que no haya sido la mejor decisión, pero ignorar a Gregory el día siguiente me había servido para calmarme, así que el lunes por la mañana me desperté más temprano de lo normal, e incluso desayuné con mis padres.

 

–¿Cómo dormiste querida?– preguntó mi padre mientras leía el periódico. –

 

–Perfectamente papá, ¿tú?– contesté terminando mi tostada y levantándome de mi lugar.

 

–Igual hija, pero quería hablarte de algo– hizo una pausa y luego siguió– ¿estás libre el domingo? Pensaba invitar a cenar a un amigo y a su familia.

 

Sonreí y asentí antes de escuchar el timbre de la casa.

 

–Un momento.– dijo mi madre desde la cocina y se apresuró a abrir la puerta. Cuando llegué y vi a Gregory hablando con mi madre me sentí incómoda. Principalmente fue porque llevaba puesta la chaqueta de Alexander, lo sé no fue la mejor idea, pero si me la quitaba la olvidaría y quería devolverla.

 

La cara de Greg cambió en cuanto vio la chaqueta en mí y mi madre lo notó.

 

–¿Sucede algo con lo que tiene puesto?– preguntó– ¿Acaso no es tuya?–

 

Greg solo negó con la cabeza y antes de que yo pudiera decir algo él inventó una tonta excusa acerca de el frío de ayer y objetos perdidos o algo así, realmente solo pude concentrarme en los pasos que dio hacia mí y la forma en que me quitó la chaqueta para luego ponerme su sudadera del equipo de lacrosse. Fingí una sonrisa y di las gracias.

 

–Buenos tortolitos, llegarán tarde a clase si no se van, recuerden que los días de partido hay tráfico.– mencionó mi madre antes de acercarse a despedirse de mí.

 

–Es cierto señora Jones– dijo Greg acercándose a ella para despedirse y luego a mi mejilla, aunque yo por alguna razón evite su contacto.– Bueno, creo que debemos irnos.– declaró por fin y enrosqué la chaqueta de Alexander en mis brazos antes de salir con él en dirección a su carro.

 

Cuando por fin llegamos al coche abrió mi puerta y volvió a la suya.

 

–No podemos seguir así.– comentó cuando por fin entré.

 

–Supongo que no– contesté y encendí el celular, decidida a ignorarlo.

 

–Amor, perdóname en serio, tomé de más y no creí que te molestaría.–

 

–¿Es en serio Gregory? ¿Hacerte la víctima? Entiendo lo de la bebida, pero, ¿sabes? si hubieras estado conmigo durante esa estúpida fiesta, todo estaría perfectamente bien ahora, así que por obvias razones me molesta.–

 

–Te lo compensaré, ¿vale? Juro que lo compensaré Emm, dame una oportunidad, no puedes hacerle esto al amor de tu vida, ¿o sí?– preguntó con cara de perrito.

 

–Eso es trampa y lo sabes, tonto– dije riendo– pero está bien, una oportunidad.–

 

–Tengo una idea, hoy después del partido, podemos ir juntos a la cena de celebración y compensaré todo, ¿aceptas?– sonreí y asentí.

 

–Bueno, no sé tú, pero ya llegamos y creo que llegar tarde no es opción– dije abriendo la puerta del coche y saliendo. Escuché el sonido de su puerta cerrarse y sentí su mano en mi cintura.

 

–Vale, pero hoy te acompaño a tu primer clase, ¿está bien?– preguntó sonriendo y acepté.

 

Todo iba bien, como si el fin de semana jamás hubiera sucedido, simplemente, normal. Aunque sentía que algo faltaba.

 

Mi primer clase era química y justo antes de entrar al salón me encontré a Alexander hablando con Weston. Él también nos vio, bueno al menos a mí porque nuestros ojos se encontraron y se mantuvieron unos segundos hasta que se acercó.

 

–Ho...hola– tartamudeé y Greg me miró extrañado.–¿nos das un minutos cariño?– pregunté y Greg se fue con sus compañeros de lacrosse al pasillo de enfrente.

 

–¿Y eso?– dijo Alexander señalando la sudadera de Gregory.

 

–Es solo que, bueno él me la puso.– contesté– por cierto, venía a devolver tu chaqueta, gracias por prestármela, en serio.– estiré mi mano para dársela pero me la devolvió

 

–Es tuya ahora, no la necesito.– declaró sonriendo y luego añadió– además, no tienes que usar algo con su nombre cada que sales, no eres su propiedad, niña.– me guiñó el ojo y volvió con Weston, pero sin dejar de mirarme.

 

Gregory se acercó y al notar que Alex me miraba tomó mi cara en sus manos y me besó. Me separé al escuchar el timbre y nos despedimos.

 

–Adiós Emm y nos vemos cuando salgas, está bien?– asentí viéndolo alejarse y entré al salón de clases.

 

El profesor Hunter no parecía querer callarse y a cinco minutos de irnos comentó que teníamos dos semanas para entregar un proyecto que venía explicado en nuestro libro.

 

–Oye, ¿cuándo estás libre para empezar eso?– pregunté.

 

–Pues el domingo estoy ocupado y el resto de días no pienso perderlos para esto, entonces, ¿qué tal hoy?– comentó con una sonrisa y asentí, pero luego recordé la fiesta.

 

–Debo cancelar algo, pero dame un minuto.– dije sacando mi celular y enviando un mensaje a Gregory, él respondió rápidamente algo mencionando lo enojado que estaba y quejándose de que arruinara su intento de arreglar las cosas y mi celular murió antes de que pudiera enviar algo más, así que me giré a Alexander.–Oye, ¿podemos hacerlo mañana? por favor, no haré que pierdas ti tiempo, pero en serio debo hacer una cosa hoy.– rogué y él finalmente asintió, le dediqué una sonrisa y recogí mis cosas.

 

El resto del día lo pasé con Oliver y Melissa, parecía que Greg me estaba evitando y decidí darle una sorpresa en la fiesta, así que no estaba intentando buscarlo ni nada por el estilo.

 

Durante el partido él no volteó ni un segundo a las gradas, solo un par de veces al lado de porristas, lo cual me provocó unos celos tontos, ya que sabía que no buscaba a Elaine, ¿cierto?....




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