ALEXANDER

Luego de mi escapada del viernes decidí que debía arreglar las cosas con Emily, pero no ese día. Di vueltas por la ciudad sin un destino en específico y cuando volví a casa vi el coche de Niall en la entrada.

–Lo que me faltaba– dije entre dientes y continué avanzando

En cuanto abrí la puerta de entrada me dirigí a las escaleras y subí a mi habitación esperando que mi madre no me viera, el problema fue cuando recordé el peluche de Aisha y tuve que volver al coche por él.

–Es para ti– le dije a la pequeña y sus ojos azules se iluminaron.

–¿En serio? ¿De dónde lo sacaste?– preguntó dando pequeños brincos en su lugar y sonreí.

–Lo conseguí para ti en un juego–le aseguré–pero para que pueda dártelo necesito que me hagas un favor.– Ella asintió.

–¿Qué cosa, dino?– dijo y sonreí al escucharla llamarme así, de hecho era tierno cuando lo hacía, desde pequeña ella solía decir que era como un dinosaurio por mi estatura y siempre me decía así.

–Si mamá pregunta, yo llevo dormido desde las 8, ¿vale?– ella rio y asintió de nuevo.– gracias, ahora corre que si te ven aquí notarán que es mentira.– ella salió a su habitación abrazando a su peluche y yo solo sonreí.

Hice todo lo que pude por fingir estar dormido cuando mi madre decidió entrar logré que se fuera, pero al día siguiente no hubo nada que me ayudara a evitarla.

–Mira, acepto ir a la tonta cena de tu esposo, ¿está bien? pero ni siquiera piensen en arreglar mi vida amorosa– dije al verla bajando las escaleras el sábado por la mañana.

–Lo entiendo, hablaré con Niall y mientras tanto deberías pensando en comprar ropa para mañana.

–Está bien, solo es un traje, ¿cierto?– asintió

Me dirigí a un lugar cercano en el cual solo duré 5 minutos en busca de cualquier traje y volví a casa para leer y despejarme antes de lo que posiblemente sería un desastre.

–Madre ¿Dónde será la cena mañana?– pregunté en la noche.

–En casa de los Jones.– contestó tranquilamente.

–¿Los Jones? ¿Así como Emily Jones?– ella asintió

–Sí, de hecho ella es la chica de la que Niall me habló, quería presentarlos, dice que se verían bien juntos.– sonreí, pero miré en otra dirección.

–Bueno, como sea, mañana estaré ahí– la vi sonreír y me dirigí a mi cuarto.