Capítulo 1 : Luego del final

Llegué a la casa que se suponía que iba a ser mi nuevo hogar en estos 5 años, la odié, pero no porque fuera una casa fea o no estuviera cómoda, es que me alejaba del amor mi vida. Puse las maletas encima de la cama, prendí mi celular, deseando que el internet me funcionara y no tuviera  a ir a una de las telefónicas de aquí a configurarlo, y para mi  suerte entró, la primera notificación que me llegó fue un mensaje de Joshuad.

Ya te extraño <3

Me senté en la cama, mi amor. Tecleé un Yo te extraño más y lo envié. ¿Cómo aguantaré tenerlo tan lejos?

Mi tía entró a la habitación interrumpiendo mi melancolía.

— ¿Cómo te siente, Jessica? —preguntó mi tía.

—Me quiero morir, gracias.

Mi tía rodó los ojos—Fue tu decisión—como si tuviera otra opción— Enfréntala, además podrás cuidar a tu madre, ¿no te alegra tenerla cerca?

Me alegraba y mucho, saber que de ahora en adelante mamá viviría con nosotras y que Eva aceptó ser su cuidadora personal para orientarnos, mudándose con nosotras, es una bendición. Esta casa en sumamente grande y espacio no falta, pero aún así esto de empezar de cero lejos de la otra parte de mi vida me dolía.

— ¿Alo? Tierra llamando a Jessica—dijo mi tía moviendo la mano frente a mis ojos—Te fuiste lejos.

—Estoy lejos, pero sí, al menos tengo a mamá.

—Ve a ayudar a Eva a organizar su habitación para la encuentre acogedora cuando despierte.

—Está bien.

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Después de ordenar todo estaba cansada, mamá despertó y Eva le explico los cambios que haría de ahora en adelante, en cuanto a medicina, nombres y así, mamá como que entendió, pero si se le olvidaba de igual forma nos tenía a nosotras tres para reconfortarla. 

Tía Aura salió a revisar el entorno y a buscar algo de comer, yo caí rendida en la cama cuando el celular vibró.

Disculpa mi cielo, me dormí, ¿Cómo estuvo el vuelo?

Diferencias de horarios, check.

Horrible, lloré mucho.

 Mi amor, L  ¿Quieres besitos?

Tuyos, siempre, pero tú estás lejitos.

Yo también lloré un poco, por eso me quedé dormido.

Mi amor, acordamos que no lagrimas.

Hay cosas que no se controlan.

Marqué el icono de videollamada.

Y salió la hermosa carita de mi amado.

—Hola.

—Hola.

Nos quedamos viéndonos sonreír por unos segundos.

—Alguien está cansada, ¿ya es de noche allá? —Asentí—tienes que dormir—negué.

—Quiero quedarme observándote.

Joshuad hizo un puchero—Te amo.

Sonreí adormilada—Y yo a ti.

El hecho de que solo han pasado 24 horas y ya me quiero regresar es una clara señal de que no debí irme.

— ¿Qué harás hoy? —pregunté.

—Trabajos finales, elegir el color del cuarto de Teresa y pensar en ti, aunque siempre estoy haciendo lo último.

—Es la mejor de aprovechar tu tiempo, al menos no soy la única que lo hace, pensar en ti, en nosotros, todo el tiempo.

—Por favor déjame coger ese avión, te lo ruego—sonreí.

—No, no vas a tomar un avión cada fin de semana solo para venir a verme, ese dinero lo puedes utilizar en otra cosa, además con quien piensas dejar a Teresa, ¿con tu padre? —Joshuad hizo otro puchero. 

—La llevo también, sé que solo han pasado horas, pero ahora se siente real.

—Cuando menos te lo esperes será Navidad y estaré besándote bajo el muérdago, lo prometo. Por ahora tendremos que conformarnos con esto—bostecé.

—Lo sé, esperar es divertido si a quien espero es a ti. Tienes que dormir amor, no quiero que mis ojitos favoritos se desvelen.

—Tengo que acostúmbralos, con tremenda vista vale la pena.

Duramos unos minutos más tonteando, hasta que ya no podía mantener unos de mis ojos abiertos. Sé que en unas horas podía llamarlo otra vez y verlo dormir, pero acostumbrarme a este nuevo ambiente hacia las horas eternas.

—Ten un lindo día amor.

—Sueña conmigo, goodgirl.

—Te amo—dijimos ambos al mismo tiempo. Colgué y puse el celular a un lado.

 El silencio invadió la habitación, ¡lágrimas en camino! Gritaron mis ojos, dejé que salieran, solo es un pequeño tiempo Jessica, te capacitarás en lo que amas para poder luego sentirte plena al lado de quien amas, el amor no se irá.

El amor no se irá.

Todo esto me aterraba porque aunque estaba segura de mis sentimientos por Joshuad temía que nuestro vínculo se rompiera al no tenernos cerca.

Tengo 18, sigo siendo una adolescente que no sabe muy bien lo que está haciendo, pero aún así lo hace porque puede que me conduzca al camino que quiero. 

Luego de un rato de pensamientos al azar sobre mis sentimientos me quedé dormida.