Contrapartes

Hora de confesarte Benjamin

La situación era complicada, lamentablemente Grace había tergiversado mi conversación con Kuky y ahora piensa que me gusta ella, cosa que es totalmente equivocada. Para mi desgracia el resto del día no la pude ver para aclarar el asunto. Por la noche casi no pude dormir, la preocupación daba vueltas en mi cabeza, necesitaba conversar con Grace, decirle la verdad aunque no era tan fácil para ser sincero. 
 

Al día siguiente me levanté a las nueve, me fui directo al patio y empecé a hacer un poco de ruido golpeando con una pelota de fútbol la pared, a ver si mi vecina se asomaba un rato para darle las excusas necesarias de la conversación que mal escuchó el día anterior, para mi desgracia no apareció. La que si hizo acto de presencia fue mi mamá, que no estaba muy contenta con el ruido que estaba metiendo en el patio.
 

—Oye que es este escándalo tan temprano, anda a acostarte mejor que recién son las nueve. —Me retó mi mamá—. ¿O quieres que te mande a cortar el pasto?
 

—Es que... esta bien, me iré a mi pieza. —Subí las escaleras y me fui a mi cuarto frustrado por que no pude conseguir lo que quería.
 

Mi técnica para llamar la atención de Grace no había funcionado, necesito que ella me escuche y entienda que no me gusta Claudia; y por que no aprovechar la ocasión para decirle que mi interés siempre ha sido por ella. Ese día había comenzado de la peor manera por que en las escaleras me estaba esperando mi hermano y no se veía muy alegre de verme.
 

—Oye ridículo, si piensas que así vas a llamar la atención de la vecinita estás muy equivocado. —Me empujó mi hermano.
 

—Cállate torpe. —Le devolví el empujón—. Yo no quiero llamar la atención de nadie.
 

—Deberías ir y decirle: "Grace, te amo desde el primer momento que te vi, bésame por favor" muuuaaack. —Hizo el gesto de estar besando a una mujer.
 

—Eres un completo idiota. —Fue mi única respuesta ante su burla.

 

Mi hermano era un tonto pero tenía razón, tenía que sacarme este peso que por tantos años llevaba guardado de mi interés por Grace, pero antes que cualquier cosa tenía que solucionar el malentendido que había causado antes que fuera demasiado tarde. Después de un rato me vestí, me lavé la cara, los dientes para luego salir a la calle donde ya estaban Emilio y Victor jugando a la pelota. Me quedé con ellos mientras de reojo miraba si la puerta de la casa 235 se abría y salía mi queridísima Grace.

 

—¿Que pasa Benja? —Me miró extrañado Emilio.
 

—Vengan, les voy a contar. —respondí. 
 

Los reuní en el centro de la plaza del pasaje para explicarles lo que estaba pasando. Tenía que ser cuidadoso no quería que Emilio se entere que me gusta Grace.
 

—Resulta que ayer estaba conversando con Kuky y Grace escuchó parte de una conversación y piensa que Kuky y yo nos gustamos cuando nunca ha sido así —resumí lo que pasó.
 

—¡¡Ohhh!! Te están pellizcando la uva Vitoco, que feo  —me empezó a molestar Emilio 
 

—No pasa nada, yo no soy así —me defendí con una mueca de molestia. 
 

—Entonces anda a buscarla y conversa con ella para aclarar todo —sugirió Emilio.
 

—Es lo que deberías hacer. —Lo apoyó mi mejor amigo—. Antes que todo se pueda complicar más.
 

Sonaba sencillo pero yo no podía ir a buscarla, era como muy obvio todo. De pronto la puerta de la casa 275 se abrió y salió Kuky a andar en bicicleta. 
 

—Tal vez Kuky te pueda ayudar —Me indicó el camino Victor apuntando con el dedo a nuestra amiga.
 

—¡¡Claro!! —Abrí los ojos por que entendí lo que mi mejor amigo me quiso indicar.
 

Un poco de ayuda no me venía nada mal, total Kuky también tenía parte de la culpa en todo este enredo. Corrí hacia donde estaba ella, y antes de dar los primeros pedaleos a su bicicleta rosada me puse frente a ella.
 

—Kuky, amiga del alma, necesito que me hagas un favor. —Le rogué afirmando la bicicleta.
 

—¿Y qué quieres que haga por ti? —Me miraba como si ya supiera lo que quería.
 

—Necesito que llames a Grace, la vayas a buscar como siempre, así me das la oportunidad para hablar con ella y aclarar lo que pasó anoche. —Le puse cara de pena.
 

—Está bien, pero espero que le digas la verdad —me solicitó muy seria—. Tú sabes a qué me refiero con eso.
 

Yo asentí con la cabeza, en señal que había entendido claramente el mensaje, era hora de decirle a mi querida vecina toda la verdad. Kuky fue a buscar a Grace, que después de un rato, salió a la calle. Dejé pasar un instante para no ser tan obvio y decidí acercarme a Grace que estaba andando por turnos en bicicleta con Kuky.
 

—Necesito conversar contigo un poco —le pedí muy serio.
 

—Bueno. —Me sonrió encogiéndose de hombros.
 

Nos fuimos hasta el fondo del pasaje, la última casa tenía un muro que tapaba la vista de la casa así que nos sentamos en el suelo. Esta vez empecé inmediatamente a hablar, quería dejarle claro que todo lo que había pasado ayer había sido un malentendido.
 

—Quería aclarar lo que sucedió ayer, sobre lo que escuchaste —traté de explicarme.
 

—Aah eso, bueno si te gusta la Kuky ¿Acaso tiene algo de malo? —inquirió ella.
 

—No pero... tú sabes que ella es mi amiga del alma, además tú sabes a quien le gusta a Kuky —argumenté seguro.
 

—Ahh si, eso es verdad. —Chispeó los dedos en señal que entendió el punto.
 

Parece que había zafado momentáneamente de este malentendido y sobre todo del peligro que ella supiera la verdad. Eso estuvo demasiado cerca, tenía que tener cuidado porque a ella es difícil hacerla tonta.
 

—Entonces, si no era para mi ¿Para quien era esa declaración que te estaba diciendo Kuky? —Me miró con desconfianza.
 

¡¡Oh, oh!! Grace otra vez me había puesto en jaque. Piensa rápido...
 




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