Apollo
— ¿Me aceptas nuevamente en Medrea? — papá levanta su mirada de su computador.
— ¿A qué te refieres? — su mejilla la apoya en su mano y sus ojos estan puestos en mi.
—Me echaste de la isla — me siento frente a él — Me enviaste a Atenas cómo si fuera un niño pero obedeci padre.
—Lo sé — quita sus lentes que usa siempre que está en la computadora — Era necesario, aprendiste — sonríe — Peleaste por un pueblo que no era tuyo, por Galya. Todo eso no lo hubieras hecho estando en tu vida de holgazan.
Resoplo y observó a papá.
—No sabias que algo asi iba a pasar — niega.
— No, pero ibas a aprender a vivir de tu salario — se encoge de hombros — Pero en el camino aprendiste Apollo, a pelear por tus amigos y por el pais de tu futura esposa.
Asiento.
— Alana — paso mi mano por mi barbilla — Ella es alguien especial.
— Me doy cuenta — papá se cruza de brazos — ¿Quieres hablar de algo en particular?
— Me conoces.
— Eres mi hijo, ¿Qué pasa Apolo?
— Mañana es mi boda, pero me pregunto si estoy haciendo lo correcto — papá no responde —Hicimos un trato, yo la iba a ayudar a salvar Galya y ella a Medrea pero sabes que Eileen devolvió el trono a Alek.
—Lo sé,pero tú no le pediste que honrara el trato, ella solo te anuncio que estaria aqui el dia y la hora.
—Puedo liberarla papá — me pongo de pie y me acerco a un estante donde papá tiene muchas fotos nuestras desde que eramos niños.
— ¿Se lo has dicho? — niego.
—Deseo saber si la liberó, ¿Qué repercusiones tendre en Medrea?
— El consejo le dará el trono a un familiar o eligen a alguien que consideren apto para el trono pero liberala Apollo — papá se levanta y se acerca, pone su mano en mi hombro — No te preocupes.
Sale de su oficina mientras asiento.
Alana
— «¿Estarás aquí?»
—«Claro princesita, no me perderé tu boda » — sonrio ante las palabras de cariño de tio Alek.
— «Gracias tio Alek, es muy importante para mi que estés en mi boda»
— «Lo sé princesita, te quiero, es un honor para mi entregarte el dia de tu boda»
— «Nos vemos mañana tio» — nos despedimos y cuando puse mi móvil en la mesita de noche, me abrace a mi misma.
— ¿Puedo pasar? — Apollo estaba de pie en el umbral de la puerta, tenia una muy bonita sonrisa. Mordi mi labio inferior y asenti, avanzó hacia mi y cuando se acercó levante la mirada, él era alto — ¿Estás bien?
—Si y ¿Tú?— asintió y su mirada se poso en el maniquí que tenia en una rincón donde estaba mi vestido de novia, cubierto por supuesto.
— Lo estoy — suspira y luego baja su mirada para mirarme a los ojos — Alana, yo... — toma mi mano entre las suyas, mis ojos no se apartaban de nuestras manos, la mia se veia pequeña y delicada, la de él fuerte — Estaba pensando que no es necesario que cumplas el trató, creo que no es justo que tú cumplas parte del trato y yo no lo hice, asi que estaba pensando... — negué.
—Claro que lo hiciste Apolo, ayudaste a que se revelara la identidad de Eileen, ella trajo esperanza a Galya y mi pueblo fue libre de la opresión de Olek gracias a ti y ayudaste en el asalto donde estaba escondido como el cobarde que era.
— Pero...
— Ahora me toca a mi, ayudarte a salvar Medrea, mañana a está hora, ya tendrás una esposa y el consejo ya no amenazara con arrebatarte el trono.
—Un año Alana — él se acercó y puso la palma de su mano en mi mejilla, algo que ya era común entre nosotros— Serás mi esposa por un año — lo miré pero se podría decir que por primera vez, hasta este momento me di cuenta que en una mejilla de Apollo se formaba un hoyuelo, que sus ojos eran de un precioso azul como si estuviera viendo el cielo... mismo color que el de los ojos del rey Mika, su cabello siempre se mantenia desordenado por que él pasaba muchas veces sus dedos por él, pero se miraba muy guapo. Sacudo la cabeza y él sonrió divertido — ¿Te imaginaste el matrimonio?
Senti que mis mejillas se calentaron por que hasta este momento lo estaba notando, su virilidad, era un hombre muy viril, muy guapo, muy... todo.
—No te preocupes, sobreviremos — declare después de aclarar mi garganta.
—Gracias Alana — acercó sus labios a mi mejilla y suavemente depósito un beso.
Se giró y suspire al ver su ancha espalda.
Me deje caer en la cama y pedi al altisimo que no estuviera cometiendo un error al casarme con él.
Un dia después.
— Estás preciosa — solte el aire retenido y miré a tio Alek, vestia muy elegante, su mirada era llena de ternura.
— Gracias tio Alek.
— Muy bonita — Eileen paso su mano por la falda de mi vestido — Vamos Alana.
Karissa seria mi dama de honor, llevaba un bonito vestido color aqua, sus ojos azules como los de Apollo, brillaban. Me sonrió y tomo su ramo de flores, caminó hacia mi.
— Estás preciosa Alana — ella era una mujer dulce, muy educada y sobre todo muy bonita, su cabello largo iba trenzado con hermosas flores que hacian juego con su vestido.
— Tu tambien lo estás — ella sonrió y asintió.
— Ya es hora — se giró y caminó muy segura hacia la puerta.
— La iglesia esta llena, sin obviar a los periodistas — declaró Pythia — El consejo está sentado en primera fila, vienen a comprobar la unión legitima del príncipe.
— ¿Legitima? — ella asintió — ¿Creeran que seriamos capaces de fingir una boda?
—Son muy desconfiados, si vivieramos en la edad de piedra, se apostarian en la puerta para exigir la prueba de tu virtud.
Lleve las manos a mi boca de la sorpresa, Pythia soltó una carcajada junto a Effie e Inés.
—No te preocupes ya no se hace eso, en nuestros tiempos, ya es hora querida — bajó el velo — Gracias por hacer esto por mi pueblo — susurró para que sólo yo la escuchará, habiamos acordado que sólo los reyes y Karissa sabrian la verdad acerca de mi matrimonio. Para el resto seriamos una loca pareja enamorada.