De nuevo se realiza una junta en el departamento ubicado en el piso 4 de un edificio de 15 pisos. El color predominante en este lugar es el blanco. Nuevamente los 7 inquilinos se sientan alrededor de la misma mesa, sobre las mismas sillas plegables y los mismos ventanales.
—¿Y si cambia el paisaje, jefe? Ya añadió más edificios hasta formar parte de una ciudad vacía y post-apocalíptica —le comenta la conciencia a Ricardo.
—Primero hay que acabar la saga, la cual tardará; antes, quisiera saber algo.
El jefe voltea con la anti-conciencia, preguntándole.
—¡¿Por qué se te ocurrió tener una noche de sexo con tu novia en esa ocasión, en la ciudad más peligrosa de Sepnaru?! Bien que lo pudieron hacer en Colombia o en Arvtess, pero tenían que meter la pata, justo cuando el méndigo de Élmer Homero estaba suelto —comenta Ricardo, muy encabronado.
—Perdone capo, es que mi ragazza es algo golosa; aparte en Colombia y en Arvtess intenté satisfacerla un poco, pero creo que no funcionó —responde Fiorello, mostrando una sonrisa nerviosa, recordando algo—. Aparte, estaba al final de su época de celo.
—¿Qué raza es Akuris? —le pregunta el cerebelo a Evangelos.
—Raza fina cruzada con corriente; la finura lo heredó de su madre y lo corriente lo heredó de su padre —responde serenamente el jócsolfu maldito.
—¡No tarado! ¡Me refiero a la especie! ¡¿Qué especie de osa es Akuris?! —especifica Friedrich, enojado.
—¡Aaahhh! Es una osa parda; una osa marrón —especifica Fiorello.
—Uhmmnn. Tal parece es una explicación razonable. Cuando ocurrió eso eran finales de julio en Sepnaru; último mes de celo en los osos pardos —comenta el cerebelo Friedrich.
—Bueno, aparte del descuido de los dos novios, me estoy dando cuenta de que hay detalles que aún no se explican por completo o que están a medias; por ejemplo, los nombres de ustedes y los integrantes de los otros dos equipos. Ya estamos los 14 integrantes de los otros dos grupos; ya se conformó la hermandad de Lozkar y Ókinam, la hermandad Doppel, pero sus integrantes aún no están muy definidos que digamos —dice Ricardo, muy pensativo, agregando al final—. Deberíamos de iniciar otra novela o una… “guía”, con detalles acerca de ustedes y los integrantes de los otros equipos.
—¿Algo parecido al tomo 2: Formación y creación de un nuevo hogar? —inquiere la memoria, Francisco.
—Sí. Algo parecido —responde Ricardo.
—Pero eso ya se verá a lo largo de la saga, la cual tenemos que terminar primero; todavía faltan tres y medio tomos por escribir. Por el otro lado, ese es el problema de crear una gran variedad de personajes diferentes; el inconveniente es mayor cuando son principales y secundarios. Tendrías que explayarte demasiado para darles la atención adecuada a cada uno —opina el lado femenino seriamente.
—Tal vez con nosotros podremos comenzar. Hemos estado presentes más tiempo en la saga que los demás; excepto Ricardito y Ariadna, quienes se acaban de unir en este cuarto tomo de la saga —comenta Friedrich, señalando a sus dos compañeros.
—Con eso podríamos comenzar, aparte de usar un lenguaje más común, a comparación de las palabras que inventamos y usaremos en la saga —dice Ricardo, para luego dirigirse a todos—. Digan sus nombres, edad actual y apariencia física; si quieren decir algo más de su vida, allá ustedes. Primero tú —le dice David a su consejero siniestro.
—Yo soy Cosme Fulanito y quisiera una copilla.
‘¡POW!’
—Tu nombre real, Homero —le dice la conciencia, después de darle un golpe en el rostro a Fiorello, tumbándolo de la silla.
Al segundo siguiente, se abre la puerta principal del departamento, entrando un nuevo sujeto.
—¿Me hablaban? —inquiere Élmer Homero, vistiendo su ropa de forajido y máscara negra.
—Simpson, Simpson; se refería al de la caricatura. Ya te hablaremos cuando hablemos de tu hermandad. Regresa a tu celda —le dice Ricardo, mientras Evangelos regresa a su lugar.
—Hasta luego; estaré esperando —se despide el enmascarado negro, saliendo y cerrando la puerta.
Una vez que la visita inoportuna se va, las presentaciones pueden comenzar.
—Soy Fiorello Evangelos; antes Lézubl. Tengo más de 600 años, aunque aparento tener 25 años. Mi apariencia original es de un dragón antropomorfo negro, pero me siento más a gusto con mi apariencia de humano.
—Mi nombre es Abihu Édznah; antes גבר, que se puede traducir como “hombre” o “amigo”. Tengo más de 250 años, pero mi apariencia es de un humano de 25 años.
—Mi nombre completo es Anthony Friedrich Manuel MacArthur Klug; pero algunos me conocen como Kiko MacKlug. Soy un humano de 65 años. Viudo. Tengo seis hijos y varios nietos.
—Yo tengo dos nombres; uno falso y otro verdadero. El falso es Francisco Enrique Sánchez Goitia, mientras que el verdadero es Edwin Mason Jones Lauper. Soy un hombre humano de 31 años. Divor… —La memoria se queda a media palabra, preguntándole al jefe—. ¿Podemos decir spoilers?