Convivencia

B2

Adoro asustarlo, su reacción es muy graciosa.

Él suele quedarse callado, le gusta disfrutar las series y películas en silencio y comentarlas después de los créditos finales, pero no puede evitar esa expresión en su rostro cuando sucede algo que no le gusta o encuentra incongruencias en la trama. Suele sentarse a leer al lado de la ventana para sentir la brisa y le gusta hacer origami para relajarse. Es muy paciente y calmado, a veces, cuando el estrés o la situación es más que él, se sienta a meditar, lo escucho contar hasta ocho y se levanta de golpe para resolver el problema.

Le gusta hacer chocolate caliente aunque no sea diciembre y lo decora con un malvavisco de una marca específica que no recuerdo, pero debo admitir que son muy ricos. Le gusta que todo esté en su lugar y siempre encuentra una excusa para limpiar un poco más lo que ya está limpio. Se cerciora de que mi ropa esté impecable y conoce muy bien la etiqueta social, por lo que me corrige siempre que la gente se me queda viendo extraño.

Alejandro suele caminar solo por el parque, parece disfrutar del clima, sonido, no lo sé, pero sé que le encanta que me lo encuentre por casualidad por ese lugar, tome su mano y lo lleve a algún lugar nuevo que, aunque se muere de miedo, sé que le encanta.

Le fascina que muerda sus orejas cuando está concentrado, pareciera que le estimula la inteligencia y sonríe por inercia, casi nunca lo hace, por eso es la sonrisa más bella que he visto jamás.

Simplemente, él es perfecto y, aunque siempre es callado y tienda a retraerse del mundo, me he dado cuenta de que él es mi mundo.



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En el texto hay: corto, romance, crisis

Editado: 17.12.2021

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