ALEC
Salí del salón por la puerta que daba a mi dormitorio. Me dirigí a la entrada y abrí la puerta justo antes de que llamaran a ella. Nat estaba frente a mis ojos. Recién salida de su cama y aún en pijama; pero su expresión me quitó cualquier oportunidad de pensamiento lujurioso que me pudiera imaginar.
En cuanto hizo contacto visual conmigo, sólo dejó salir una palabra: Vogel.
La hice pasar y se sentó en mi cama. Parecía confundida, y asustada. Fui por un vaso de agua y me senté a su lado. En cuanto coloqué mi mano sobre su espalda, pareció volver a reaccionar.
—Alec, ¿quién es la familia Vogel?
—¿Dónde escuchaste el apellido?
—Eso no me importa ahorita, dime quienes son y porque sé que murió uno.
Eso no estaba bien, ¿cómo es que Nat sabía de eso? ¿quién se lo había dicho?
—¿Cómo sabes eso? — Nat no me iba a decir nada hasta que no le contestara yo primero, eso lo dejaba claro su mirada. —La familia Vogel es la familia de Isa, ahora Nat, ¿cómo sabes que acaban de matar a uno?
Nat pareció sorprendida con la información que acababa de recibir, pero continuó con su parte del trato.
—No se cómo explicarlo exactamente, pero lo vi en un sueño. Vi cómo asesinaban a un señor y cómo decían que era uno menos y que faltaban otros cinco más.
—Lo viste en un sueño, ¿viste algo más?
Se había quedado pensando, pero no parecía recordar todo.
—¿Nat?
Regresó a la realidad.
—No sé, en este momento no recuerdo; pero podría haber algún detalle que ignoré.
—¿Estás segura de eso?
—Si sí, todo pasó muy rápido.
Me paré de la cama y me puse de rodillas frente a ella.
—Piensa bien Nat, ¿qué más había?
Lo pensó otra vez y continuó.
—El cuchillo, con el que mataron al señor, tenía una insignia. El que lo empuñaba no podría ser mucho más grande que tú. Y había una frase que se repetía continuamente en mi cabeza: "la familia Vogel es la que sigue, no hay nada que puedas hacer, uno ya ha sido eliminado, quedan cinco más en la lista"
—¿Reconociste la voz?
Dudó, pero respondió un poco triste.
—No es la primera vez que la escucho, y tampoco es la primera vez que veo algo parecido.
—¿Qué otra vez ya había pasado esto? Vamos Nat confía en mi.
—La más reciente fue cuando incendiaron mi escuela, lo soñé justo cuando pasó. Fue como si fuera consciente de lo que pasaba afuera justo antes de que ocurriera. —Su mirada alcanzó la mía, y en sus ojos demostraba arrepentimiento.
Tomé sus manos, me levanté e hice que me imitara. La guie al pasillo y antes de salir, noté como su mirada se quedaba atrapada en el reloj de mi cuarto. Para después regresar la vista a donde la estaba guiando.
—¿A dónde vamos?
—Tengo que verificar algo, pero creo que necesitaré el permiso de Will para que esto funcione y no me mate cuando se entere.
—Y puedo saber ¿cómo me involucra a mi?
—Te lo diré cuando informe a tu hermano.
***
Llegamos al dormitorio de Will y sin llamar a la puerta la abrí. Will estaba sentado en su escritorio analizando lo que parecían mapas de buscadores; los mapas que usábamos para encontrar a chicos de las familias que se encontraban en peligro y aún no eran inscritos en el Internado.
Will levantó la vista de los mapas y se encontró con la mía para después posarse en mi mano que sujetaba la de su hermana, e instantes después regresar a los mapas. Fue entonces cuando solté la mano de Nat.
—¿Nunca te enseñaron a tocar?
Parecería que sus preguntas obvias serían qué haces a estas horas buscándome o qué haces con mi hermana, pero, aunque la segunda no era común entre nosotros, la primera la habíamos dejado de hacer hacía mucho tiempo. Yo lo buscaba cuando se me pegaba la gana y él hacía lo mismo.
—El documento. Viste lo que sucedió hoy, ¿no es cierto? Sé que tu tienes una copia —dije para que no se hiciera el inocente.
—Lo de la familia Vogel —aclaró sin emoción alguna.
—Sí —caminé hasta pararme frente a su escritorio que daba espalda a una ventana, Nat se quedó cruzando la puerta del cuarto. —¿Sabías que tu hermana tenía la habilidad de ver sucesos cómo la muerte de alguien en el momento en el que suceden?
La atención de Will seguía metida en los mapas.
—Mi hermana tiene muchas habilidades que desconozco, y que ella misma no sabe que tiene —levantó su mirada para ver a su hermana —pero si te dijera que desconocía esa, lamento decirte, que te estaría mintiendo.
Fue entonces cuando Nat por fin habló.
—La última vez que te pregunté por ello, me dijiste que estaba siendo paranóica, y que seguramente había sido producto de alguna conversación que había escuchado entre mamá y papá —Nat se estaba enojando y se estaba acercando a su hermano con una actitud más agresiva de la que parecía apropiada.
—Te dije que no sabía la razón de lo que habías visto, y al parecer, hoy que volvió a sucederte, te pareció más fácil acudir a Alec que a mi. ¿Por qué es eso hermanita?
Nat se había quedado congelada, y había perdido cualquier expresión facial que pudiera haber tenido con el último comentario de su hermano, así que me tocó a mi intervenir.
—Will no importa la razón por la que acudió a mi, pero a lo que venía era a preguntarte si puedo hacer que reviva el sueño. Me pareció correcto pedirte permiso, después de todo tú eres quien ve por ella fuera de la escuela.
Will sopesó mis palabras y por primera vez desde que irrumpí en su cuarto, su expresión dejó de ser tan dura y calma y me vio como el amigo que era.
—Eso no va a ser necesario, o no todavía. Hay algo que tienen que saber antes— se alejó de su escritorio y nos indicó que lo acompañáramos a un pequeño librero que tenía en su cuarto. Will se colocó de cuclillas frente al librero y empezó a buscar un libro. Cuando lo encontró me lo pasó y sentó en el sillón frente a nosotros.
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Editado: 31.05.2024