Corazón Ardiente

5- Acercamiento

Alexander ya había terminado de cerrar el trato, por lo que se disponía a irse de ese lugar que tanto le desagradaba. La discoteca, con su música ensordecedora y luces parpadeantes, nunca había sido de su agrado. Sin embargo, desde lejos pudo ver cómo un hombre intentaba llevarse a Emilia más allá de la pista de baile.

Actuando impulsivamente, y sin entender del todo el sentimiento que lo movía, se dirigió rápidamente hacia la pista de baile. Allí, apartó al hombre de Emilia, quien se encontraba en un estado de embriaguez extremo, apenas consciente de lo que sucedía a su alrededor.

Emilia, en su estado de embriaguez, pensó que quizás estaba alucinando al ver a Alexander, el hombre que minutos antes la había rechazado. Aprovechando este momento, en el cual ella creía estar soñando, le robó un ardiente y apasionado beso, a lo que Alexander no supo cómo responder. Minutos después, ella quedó rendida en los brazos de aquel hombre que, un mes atrás, la había cautivado por completo.

Alexander se dirigía a su coche con Emilia en brazos, sus pasos firmes contrastaban con la incertidumbre que sentía en su interior. Su asistente, Marcos, se sorprendió al ver la escena, pues nunca había visto a su jefe actuar de esa manera. La imagen de Alexander, siempre tan frío y calculador, cargando a una mujer con tanto cuidado y preocupación, era completamente inesperada para él.

Al igual que su asistente, el chófer estaba igual de estupefacto; no podía creer lo que veía. Con voz temblorosa, le preguntó a su jefe hacia dónde se dirigían. Alexander, sin saber nada sobre Emilia, decidió quedarse en un hotel cercano y esperar a que ella despertara. Aunque no tenía claro por qué se sentía tan responsable por ella, estaba decidido a asegurarse de que estuviera a salvo.

A la mañana siguiente, Emilia se despertó con un fuerte dolor de cabeza debido a lo mucho que había bebido la noche anterior. Al abrir los ojos, se sorprendió al encontrarse en una habitación desconocida, sin recordar cómo había llegado allí. Confundida y un poco asustada, se revisó de pies a cabeza buscando algún indicio que le permitiera saber si había tenido sexo con alguien. La incertidumbre la invadía mientras intentaba ordenar sus fragmentados recuerdos de la noche anterior.

Recordaba estar bailando con aquel desconocido y quizá haber imaginado a Alexander, lo cual ella negó rotundamente, pues aquel hombre fue muy cortante con ella cuando intentó hablarle. Todos sus pensamientos se desvanecieron al ver entrar por la puerta a ese sexy y enigmático hombre que haría que muchas mujeres se quedaran sin aliento. Su sola presencia desprendía una sensualidad que dejó sin palabras a Emilia, quien apenas podía creer que Alexander realmente estuviera allí.

-Bu..buenos días, disculpa si te cause alguna molestia (avergonzada)

-Ohh por lo que veo si tienes conciencia - no se por que carajos de enojo con ella si nisiquiera nos conocemos bien - ayer te encontrabas en un estado desastrozo, por lo que si te hubiese dejado allí con aquel hombre no me imagino lo que hubiese pasado...pero ya que despertastes te puedes retirar, os gastos de la habitación ya estan pagados asi que puedes marcharte.

.-(murmurar) lo hermoso no te quita lo gruñon, que mas da todo no es perfecto en a vida y este hombre tiene un rostro que me hace ignorar su mal caracter. -De verdad te agradezco que me ayudaras anoche.

-No importa solo marchate.

-Ok señor amargado

Después de ducharse, recogió todas sus pertenencias en la habitación y bajó en el ascensor. Sin embargo, al salir fue sorprendida por una multitud de flashes. Eran periodistas que habían visto a Alexander salir de a discoteca y entrar al hotel llevando en brazos a esa mujer.

Al disponerse a abandonar el hotel, se encontró con un sinfín de reporteros que aguardaban su salida. Ella no sabía a qué se debía esta situación, por lo que los periodistas comenzaron a preguntar cuál era su relación con el señor Alexander, un hombre del que no se le conocían relaciones amorosas públicas aparte de aquella que tuvo con la señorita Trevor.

En la suite del hotel, Alexander revisaba unos documentos cuando sonó su teléfono. Al contestar, escuchó la voz preocupada de su asistente.

- Señor Alexander, hay una situación afuera. Los reporteros están enloquecidos por la mujer que vieron entrar con usted. Están bloqueando la entrada y no permiten que nadie salga, informó la voz al otro lado de la línea.

-Alexander apretó los puños con frustración.- ¿Cómo es posible que hayan descubierto algo tan privado? Esto es inaceptable, respondió con voz tensa, sintiendo cómo el enojo crecía ante la invasión de su privacidad.

Bajó rápidamente por el ascensor hasta el vestíbulo, donde la multitud de reporteros se había reunido como un enjambre voraz, con cámaras y micrófonos en alto. Entre el bullicio, alcanzó a distinguir a la mujer en cuestión, todo en ella resaltaba sobre aquellas personas.

Con paso decidido pero conteniendo su furia, Alexander se abrió paso entre los periodistas, ignorando las preguntas que llovían sobre él. Al llegar junto a la mujer, la tomó del brazo con firmeza, protegiéndola del acoso de los reporteros.

-Vamos-, murmuró Alexander en un tono que apenas ocultaba su irritación, guiándola hacia la salida mientras los periodistas seguían lanzando preguntas y flashes, tratando de captar cualquier detalle que pudiera alimentar su voracidad por el escándalo.

Una vez fuera del alcance de la prensa, Alexander exhaló profundamente, tratando de calmarse antes de volverse hacia la mujer. Su expresión era claramente una muestra de molestia.

-Lo siento mucho por esto. No esperaba que las cosas se complicaran de esta manera- dijo con voz controlada pero claramente frustrada.

Amelia le devolvió la mirada . -No te preocupes. Supongo que esto es parte de tu vida, ¿verdad?- respondió

Alexander asintió. -Desafortunadamente, sí. Pero no te preocupes, estarás bien. Vamos a resolver esto- dijo con determinación mientras guiaba a la mujer hacia un lugar más privado, alejándose del tumulto de la prensa que aún clamaba por más detalles en el vestíbulo del hotel.



#7506 en Novela romántica

En el texto hay: amor y pasion, +18

Editado: 30.07.2024

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