Capítulo 8: Clan Dragón

Los hombres nos miran con una cara amenazante claro indicio de que no somos bienvenidos acá. Un hombre de barba y cabello rubio se adelanta hacia nosotros con botella en mano, retrocedí con las manos en alto para no provocar al hombre

-Oigan, no queremos problemas. – digo tratando de no temblar

-Eso debiste pensarlo mejor, asquerosa mestiza. - Dice el otro hombre. Este tiene una barba y cabello castaño.

Los hombres cambian sus ojos con los del dragón. El hombre rubio tiene los ojos de dragón grises, el otro me muestra sus ojos violetas. Bueno creo que aquí no aplica el dialogo, es obvio que estos hombres nos quieren afuera de aquí. Bueno, tengo que recorrer a otras técnicas.

-Ustedes se atreven a meterse conmigo. - Les nuestros mis ojos de dragón, para que tengan una idea de con quien se meten. - Soy Iris Texeira, hija del rey Ambrose Y hermana del príncipe Kasper, heredero al trono.

La sorpresa se expresa en ambos rostro- eres la princesa mestiza. –

Jamás use mi título para manipular a alguien, no soy una niña malcriada, pero en esta ocasión es necesario, ya metí a mis amigos en esto, no quiero que salgan lastimados.

-Tú estabas desterrada, el mismo rey había proclamado que fuiste desterrada junto con la puta de tu madre. –

Puedo soportar que se meta conmigo, pero con mi madre, es como si despertara un demonio en mí. Puse toda mi concentración y furia en el hombre, algo en lo que siempre me he destacado es en mi habilidad. Los dragones tienen dos tipos de poderes, El fuego y el hielo, siempre fui buena en invocar el fuego y elevar la temperatura de las personas. Eso es lo que estoy haciendo, calentar su sangre

El hombre se coge la cabeza, su nariz empieza a sangrar. Sus quejidos llegan hasta mi pero no me detengo. Quiero que este hombre se arrepiente de lo que dijo.

-Vuelve a repetir lo que dijiste. -  digo con voz amenazante.

El hombre no puede hablar por la sangre que cae de su nariz. El otro hombre se acerca dispuesto a atacarme, pero ni siquiera se acerca cuando una espada bastante larga le oprime la yugular.

-Quieto. - dice una voz femenina

No me puedo fijar quien es porque una mano me agarra el cuello, separando mi vista del hombre. Dispuesta en atacar a la persona que me haya cogido, pero al fijarme en ella me doy cuenta que no es cualquier persona.

- ¿Arthur? – En frente mío ya no esta el hermano que me llegaba a los hombros y que permanecía sucio a cada rato. Veo un hombre vistiendo elegantemente con el cabello pelirrojo con rulos en ellos y sus ojos miel mirándome con un brillo en él.

-Respira, no te dejes torturar por un imbécil de estos, fijo es un borracho con penas amorosas. -

-Tu quien te crees que eres. -  dice el hombre con la espada todavía en su cuello.

-Trátanos con más respeto cariño, deberías saber quiénes somos. - Dice la mujer que tiene la espada en su cuello. Esta mujer es preciosa. Unos ojos verdes como el pasto me miran, su cabello negro cae a la mitad de su espalda. Además de que tiene unas curvas que cualquier mujer envidiaría.

-vaya. - dice Jake desde mi espalda, tiene la boca abierta, juraría ver un hilo de saliva en ellos.

- ¿Te conozco? - su cara me parece conocida pero no sé de donde

-En serio Iris, reconoces a Arthur, pero no a mí, eso sí dolió hermanita. –

-Trixie. - digo con la voz quebrada  

Con una sonrisa gigante abre sus brazos para que me lance a ellos, Ella es más bajita que yo, pero no me importa, tener sus brazos a mi alrededor es lo mejor. A diferencia del resto de mis hermanos, con excepción de Ronan, Beatrice o Trixie (como le gusta que le digan) fue como una mejor amiga para mí. Mientras mi padre me trataba como una mierda, ella siempre estuvo dispuesta a jugar conmigo o a cuidarme.

-Arthur, Beatrice ¿Qué hacen aquí? - Dice Kasper que sale corriendo con Killian atrás.

-Que estos malnacidos quisieron lastimar a Iris y a sus amigos. - Señala a los dos hombres que están amarrados con soga.

- ¡¿Qué!?- pregunta con pánico. – ¿todos están bien?

-Que van a ser con ellos. - Pregunto cunado me separo de Trixie