– Entonces, podría decir que la soledad se ha convertido en tu mejor amiga.
Afirma con un tono burlón y me mira con aires de superioridad.
– Te equivocas, más que mi amiga, es mi verdugo, es aquel sentimiento que solo espera verme sonreír, para dejar caer su hacha de sentimientos abandonados sobre mi existencia.
Hablo mientras una sonrisa llena de melancolía acoje mi rostro y mis ojos se pierden en la nada.
– La soledad es mi única compañía – sonrió – Y siendo sincero, no es de las mejores que existan.
Mi voz desaparece, junto al silencio que se apodera de todo, junto al vacio que llena mi alma.
La muerte sonrió por mi ironía o por mi desdicha y está vez se puso a mi lado, no pude verla reflejada en el espejo, pero si pude sentir su aliento congelado acercándose a mi oído y susurrando que nunca había estado solo, que ella siempre me había acompañado, pero que esta era la última vez que iba a sentirla tan cerca.
Me dijo que en este momento me abandonaría, ya que no había vida después de la muerte y mi vida se había terminado...
"Lo único seguro en la vida es la muerte, pero está no llega cuando nuestra vida se acaba, la verdadera muerte está presente en cada momento. Llevamos la vida por delante e ignoramos que la muerte siempre va detrás, muy cerca a nosotros, demostrando su presencia con pequeños tropezones. Estas dos están casadas, unidas y enlazadas, muchas veces con que se alejen una de la otra aunque sea un poco, sentimos morir o que vivir lo es todo, pero no es hasta que realmente llega que valoramos nuestra vida y le tememos a la muerte.
La muerte nos acompañara siempre y si el día en que está abandone nuestra vida, descubrimos que no existe un cielo o un infierno, en ese momento ni siquiera estaremos muertos, ese día ni siquiera sabremos si estuvimos vivos."
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Editado: 14.12.2021