CAPÍTULO CUATRO - POV VALENTINA
NO EXISTE EL MUNDO DE COLORES
Desde aquel entonces que me besé con el chico que no recuerdo su nombre, hizo que me convirtiera en la chica que soy ahora. Aún recuerdo extractos de sus palabras cuando le conté mi problema con mi vida pública.
No trates de cambiar lo que eres por otros. A ver…. si te dicen “estás muy flaca”, sólo sube un poco, pero si luego te dicen “estás muy gorda”, aceptalo. Al final, debes aceptarte y quererte como eres. Eres linda como eres y nadie debe criticar el cuerpo de otras personas….
Siempre trato de recordar sus palabras, pero el problema es que olvidé como las pronunciaba o su acento que llevaba. Algunas veces sueño que vuelve a mí y me dice cosas bonitas pero nunca le puedo ver la cara, sólo una camisa verde… ese que le dije que nunca se lo pusiera porque se veía muy feo.
Me pregunto si todavía sigue con él o me hizo caso. A veces quiero utilizar mis influencias para encontrarlo y en las otras que me recuerdo que los momentos buenos sólo se viven una vez en la vida y él lo fue. Él es sólo un recuerdo.
Pongo la playlist favorita que me motiva y suena una canción de kpop, ese en donde cantan sobre ser fuerte y superarte, una canción en donde te dan ánimos de seguir adelante y no rendirte en tus sueños. Busco un vestido cómodo para estar en casa, pero opto por un pantalón y una blusa celeste junto con unas zapatillas blancas, al vestirme elijo un aroma cítrico junto con unas pulseras del color de mi vestimenta, al estar lista salgo de mi habitación y bajo las escaleras en donde mi madre se encuentra conversando con unas personas. Me saluda cuando paso por ella.
Al sentarme en el sofá, veo a mi papá salir de la cocina. Lleva unos platillos que hacen que me levante de nuevo, huele bien.
—Huele bien, ¿qué es? —pregunto
—Tu favorito, fideos con verduras
Como sabrán, ya conocerán a mi padre. Manuel Jones, el chico que conquistó a mi madre en un supermarket o el chico que se mudó a Los Ángeles para conocerla mejor… ese del que hasta el día de hoy se habla de su relación y el “fruto” que presentó, ósea yo. Mi padre es el más divertido, me enseñó todo lo bueno junto a mi madre, Emma Oliver.
Me siento junto a mi padre mientras que mi madre termina de hablar. Papá comienza a decirme algo de su trabajo y luego me pregunta cómo me fueron las últimas fotografías que me hicieron.
—Fueron bien, pronto saldrá en la revista
—Me parece bien. Ya pronto no dependerás de nosotros, sino de ti
—Pa…
—Hija, tienes diecisiete años. Ya cumplirás mayoría de edad para que seas independiente y lo único que te puedo decir es que estoy orgulloso de criar a una hija estupenda, alegre y bonita
—Eso no dirías cuando conozcas a un chico…
—A ver… —comienza a reír, —No quiero alardear de mi relación con tu madre porque se te hace incomodo, pero lo que te puedo decir, es que habrá etapas en donde tenemos que conocer a la otra persona. Me explico, en una relación siempre tendrá sus altos y bajos, uno debe elegir si seguir con ello o rendirse, no sabes lo que tuve que pasar para seguir con tu madre.
—Eso no justifica lo celoso que serás con el chico que te presente
—Yo pensaré que si me lo presentas, será el indicado. Claro, le diré unas cuantas cosas para que no lastime a mi pequeña hija, pero estaré de acuerdo. El momento que presentes a esa persona… —mira el techo, de seguro pensando en las palabras correctas, —Voy a pensar que mi hija, lo hizo muy segura.
Mi padre se queda mirándome con tanto anhelo, que desvía la mirada a mi madre, que acaba de llegar.
—¿De qué me pierdo?
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—Unas fotos más, Valentina por favor
Asiento al del cámara y sigo posando. Unas chicas se acercan para retocarme un poco el rostro y se van con la misma. Al terminar las fotos, me voy al camerino y vuelvo a vestirme con lo que iba antes de salir de casa. Dejo la ropa en el colgado, me despido y salgo del estudio.
—¿A dónde la llevo? —dice mi chofer.
—Tomate el día libre, iré caminando a unas amigas
—¿Dónde? Sabe si no la encuentran…
—Lo sé. Me iré al Mall con Wendy y Sara ¿bien?
—Que disfrute de su día despejado
—Gracias, Taro —digo mientras él asiente y se sube a su auto. Comienzo a caminar, tarareo una canción.
Sigo caminando cuando veo al periodista persiguiendome en un auto, lo veo desde un puesto de espejos, tiene a otro que me toma fotos. ¿Cuándo será el día que se cansen de investigar nada?
Acelero el paso y ellos lo hacen, reviso mi celular en donde Wendy cancela la salida porque tiene un imprevisto, respondo con un “Ok” y reviso las redes, hay millones de seguidores dando likes y nuevos seguidores en mi otro perfil. Miro comentarios como “Me gusta tu contenido” y “Te amo, Emily Hopper”, cuando una jalada hace tirar mi celular al suelo. Haciéndolo añicos en segundos.