Después de la impactante escena del puente, Julian sintió la necesidad urgente de hablar con Léa, de entender lo que realmente había sucedido entre ellos durante ese beso. Con el corazón acelerado, recorrió los pasillos del set hasta llegar a su camerino, donde la luz suave de unas velas creaba una atmósfera íntima y acogedora.
Léa estaba sentada frente a un espejo de tocador, su silueta reflejada en el cristal. Al escuchar la puerta abrirse, se giró lentamente para mirar a Julian. Sus ojos, iluminados por la tenue luz de las velas, reflejaban una mezcla de deseo, miedo y esperanza. "Sabía que vendrías," susurró, su voz apenas un eco en la calma del camerino.
Julian cerró la puerta detrás de él, sintiendo que este momento requería una privacidad absoluta. Se acercó a Léa, su mirada fija en ella, buscando respuestas en sus ojos. "Léa, necesito entender lo que pasó hoy en la escena. No era parte del guión, ni de lo que habíamos acordado. No sé si fue solo actuación o si hay algo más detrás."
Léa se levantó y se acercó a él, su presencia siempre magnética, irradiando una mezcla de determinación y vulnerabilidad. "Lo sé, Julian. Pero... ¿puedes negar lo que sentiste? Porque yo no puedo."
Julian la miró, sus ojos reflejando la tormenta interna que se desataba dentro de él. Sabía que no podía mentir, ni a ella ni a sí mismo. "No, Léa. No puedo negar lo que sentí. Ese beso... fue intenso y confuso. Me hizo recordar todo lo que compartimos, todo lo que fuimos."
Léa lo observó en silencio por un momento, dejando que sus palabras flotaran en el aire. Luego, se acercó aún más, tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo y el ritmo de su respiración. "Julian, lo que sentimos no puede ser simplemente descartado. Es parte de nosotros."
Julian asintió, sabiendo que sus palabras eran ciertas. "Léa, lo que tuvimos fue real y hermoso a su manera, pero también fue destructivo. No podemos seguir viviendo en ese ciclo. Necesitamos encontrar la manera de seguir adelante, de una forma que no nos destruya."
Léa sonrió tristemente, una sombra de nostalgia cruzando su rostro. "Es exactamente como solía ser, ¿verdad? Esa pasión abrasadora que consumía todo a su paso."
Julian la miró, su expresión seria, tratando de mantener su compostura. "¿Qué estás sugiriendo, Léa?"
Léa tomó un respiro profundo, buscando el coraje para decir lo que tenía en mente. "Julian, he estado pensando... ¿y si pruebas abrir tu relación con Sofía? Quizás así puedas tener lo mejor de ambos mundos."
Julian frunció el ceño, sorprendido y un poco perturbado por la propuesta. "¿Abrir nuestra relación? ¿Qué estás diciendo, Léa? Sofía y yo estamos tratando de construir algo sólido y honesto. No creo que eso sea una opción."
Léa se acercó un paso más, sus ojos fijos en los de Julian. "Escucha, no lo digo a la ligera. Sé que lo que tuvimos fue intenso y destructivo, pero no puedo ignorar lo que siento cuando estoy cerca de ti. Y tú tampoco puedes. Tal vez esta sea una forma de explorar esos sentimientos sin romper lo que tienes con Sofía."
Julian sacudió la cabeza, sintiendo un nudo formarse en su estómago. "Léa, eso es... complicado. No creo que Sofía acepte algo así, y no estoy seguro de que yo lo quiera. Lo que necesito es claridad, no más confusión."
Léa bajó la mirada, mordiéndose el labio inferior. "Lo sé, es complicado. Pero solo quería que consideraras todas las opciones. No quiero que ninguno de nosotros se sienta atrapado en una situación sin salida."
Julian suspiró, sintiendo el peso de la conversación. "Léa, aprecio que te preocupes por lo que sentimos, pero abrir la relación no es la solución para mí. Necesito hablar con Sofía, ser completamente honesto con ella y ver cómo podemos avanzar juntos."
Léa asintió lentamente, aceptando su respuesta. "Entiendo, Julian. Solo quiero que sepas que estoy aquí, dispuesta a encontrar una manera de coexistir sin destruir lo que tienes con Sofía."
Julian le dio una pequeña sonrisa, agradecido por su comprensión aunque aún inquieto por la conversación. "Gracias, Léa. Vamos a resolver esto de la manera más honesta posible."
Se despidieron con una sensación de incertidumbre, pero también con una pequeña esperanza de que, al menos, estaban tratando de encontrar soluciones en lugar de seguir atrapados en un ciclo de dolor y confusión. Julian salió del camerino, decidido a hablar con Sofía y aclarar sus sentimientos y futuros juntos. Sabía que la conversación no sería fácil, pero también sabía que era necesaria para poder construir una relación basada en la verdad y el amor genuino.