Corrupcion

capitulo 8

Capitulo 8

“Experimentos (parte dos)”

En otro lado del laboratorio. Víctor se encontraba custodiando la puerta de contención, cuando a su espalda, una sombra se aproxima.

Al percatarse que alguien se acercaba, gira la mirada y lo observa sobre su hombro derecho, y sin darle tiempo de hacer algo, crea un fino hilo de agua que sale disparado al ser que se aproximaba.

Un joven en sus diecisiete años, de altura promedio, contextura musculosa y delgada, piel castaña, ojos oscuros y esclerótica de color rojo, cabello corto con un corte militar vistiendo el uniforme de la elite, una expresión facial seria con una mirada llena de ira, y cicatrices de cortadas en su rostro.

El filo de agua, al acercarse a su objetivo, comienza a temblar y a perder su fuerza, cayendo al suelo y desparramándose por el piso metálico. Cuando de los altavoces, se escucha la voz del observador:

-Oh. Que buena fortuna para mí: El sujeto numero cincuenta-y-ocho se enfrentara al ex-soldado Víctor. Dígame joven: ¿Cómo ha estado desde que abandonó su humanidad?-pregunta el sombrío hombre con burla.

-No me quejo realmente…y la verdad, no deberías estar creando un alboroto como este. Sabes que pasará si se escapa.

Emocionado, el científico le comenta:

-Yo no voy a hacer nada. Además no tengo intención de liberarla. Ya que por lo que le hemos hecho: la muerte y el infierno vendrá por todos. Quien si estoy interesado para hacer mi experimento es a su amigo Zeo. Es el sujeto perfecto para mi resultado supremo.

-¿Zeo….? ¡¿Qué estas planeando?!-pregunta Víctor.

-Ya lo veras, joven saltamontes…por ahora te pido; no dejes que te mate.

En ese instante, el joven soldado corre hacia Víctor. Al ver que su oponente se aproxima, este sonríe con sorna, y crea una pequeña bala de hielo que sale dispara. Al acercarse a su objetivo, la munición de hielo se quiebra. Una mirada grave se sitúa en los ojos del ex agente. Cuando su contrincante se le acerca, se pone en guardia para tener su combate de cuerpo a cuerpo.

El extraño chico lo ataca rápidamente con un afanoso golpe que va al rostro. En eso: Víctor echa su cabeza hacia atrás, evadiéndolo. Cuando repentinamente, ve que su enemigo se agacha, y con una potente patada barre el suelo. Víctor lo contrarresta: y pisa fuertemente la zanca de su enemigo, para detener su ataque y también con la presión de la misma, tratar de romperle un hueso de su pierna. Pero sin ningún resultado. Al tener a su oponente contra el suelo, Víctor, con su mano izquierda lo toma por el cuello y comienza a golpearlo fuertemente. Al darle varios golpes directos al rostro, la nariz y en las cejas. Repentinamente, siente un fuerte dolor de cabeza. Tan fuerte, que deja golpear a su contrincante y pone sus manos en sobre ella debido al intenso dolor. El joven soldado se escapa del agarre de Víctor. Choca sus palmas, y una potente onda de sonido, golpea al dotado de agua con gran empuje, que lo desliza sobre sus pies por el suelo hasta golpear la puerta de contención.

Al hacerlo, en la oscuridad de su prisión, una joven agachada en posición fetal, usando vestido blanco salpicado en sangre, de baja estatura, cabello rubio que cubría su rostro. Escucha el sonido de algo golpeando la puerta de acero que la tiene encerrada.

El dolor de cabeza se intensifica aún más. Gritando de dolor, y desesperado por la sensación de que su cerebro saldrá volando de su cráneo. Crea varios hilos de agua a su alrededor que salen disparadas a su enemigo. Pero como la vez anterior: estas se vuelven agua normal, y caen esparramándose.

En ese momento, el científico le comenta:

-Me temo que su habilidad sobre los dos átomos de hidrogeno y uno de oxigeno no funcionará. Su enemigo tiene control sobre las vibraciones sónicas, entre otras. Al chocar su habilidad contra la de él. Su poder altera las moléculas del suyo, haciéndolo inestable. Creo que tendrá que encontrar otra manera de derrotar a su adversario.

Al enterarse, Víctor sonríe vilmente….

En otro lado del laboratorio… Los Comunes se enfrentaban a tiros contra un gran número de mutados: Seres de contextura humana, con trajes de cuero negro y tiras que colgaban de ellas, bocas cubiertas en estirpe y tono de piel pálida; como si estuvieran muertos.

Caían uno por uno debido a los disparos, pero sin ningún resultado aparente, seguían apareciendo más y más de la oscuridad al final del pasillo. Nicol lanza una granada. Al explotar, varios mutados vuelan en pedazos, pero continúan llegando. Percatándose de los infinitos enemigos que siguen emergiendo, Carlos, le exclama a su equipo:

-¡Retrocedan! ¡Busquen la manera de colocar los explosivos y encuentren a los dotados! ¡Yo me encargo de esto!

-¡Pero!-Decía un común hasta que fue interrumpido por su líder.

-¡Pero nada! ¡No tenemos tiempo que perder! ¡Además se aproximan más! ¡No podemos dejar nos tomen este punto! ¡Yo lo cubro mientras ustedes se encargan del resto!

Al ver que sus oponentes continúan acercándose. Nicol, toma la iniciativa, y comanda a sus compañeros:

-¡Ya oyeron! ¡Muévanse! ¡Además saben perfectamente que él puede cuidarse solo!



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En el texto hay: sangre, accion, balas

Editado: 10.10.2018

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