Estaba muy asustada.
Acababa de tener una pesadilla bastante inusual, bastante extraño para mi.
Me encontraba en un bosque oscuro y frio, todavia puedo sentir aquel ambiente abrumador. A mi arrededor solo reinaba la oscuridad latente, la vida verdosa estaban siendo consumidas por aquellas cenizas negras provocando que de ellas nazca un liquido espeso y oscuro. Podia sentir cada vello erizado de mi cuerpo.
Respíre descontroladamente.
Mire mis pies por el frio repentino. En ellas vi surgir las cenizas que me consumian de apoco, ¿porque lo sentia tan real e irreal al mismo tiempo?. Queria llorar de impotencia. Levante la mirada e hice contacto con otros de un color rojo vivo, ¿es posible tener un miedo exagerado?, por que aquellos ojos parecian atravesar todo mi ser. Estaba en frente de mi. Lo unico que resaltaba en la osuridad eran sus ojos y su cara palida.
Cerre mis ojos.
Deje de respirar.
Pude sentir como pasaba sus manos alrededor de mi cuello. Lo senti real. Luego dijo con una voz grave y extrañamente suave:
—Ana
Me sobresalte y desperte en mi cama humeda, estaba sudando. El aire volvio a mis pulmones erradamente.
Cuando estuve mas tranquila dirigi mi mirada a la puerta de mi habitacion y no se porque, pero sentí a alguien alli. Mis ojos parecian haberse clavado en ese lugar, en ese punto. Me sobresalte de nuevo al ver mi padre entrar. Lleve mis manos a mi rostro por la frustracion e hice una mueca a mi padre. Siempre he sido muy obvia con mis expresiones.
—Papá—gruñi con fastidio.
—Lo siento si te asuste Anita—dijo preocupado—. Es que te oí gritar.
Calme mi empresion por lo preocupado que lucia mi padre, tambien sorprendida por lo que acaba de informar.
—¿Enserio?.
Asintio leve, no hablamos por unos minutos hasta que le dije que no se preocupara. Se fue de mi habitacion no sin antes recordarme desayunar. Mire extrañada afuera percatandome que ya era de día, me levante aun con la sensacion abrumadora de mi reciente pesadilla. Trate de olvidarlo y convencerme de que solo era un sueño.
En cuanto baje, mis pies hicieron crujir la madera de la escalera. Vi a mi padre en la cocina y dicidi esperarlo en el comedor, jale una silla hacia atras ya que estas estaban acomodadas dontro de la mesa. Me di un senton en ella cruzando mis brazos sobre la mesa.
Divague mi mente en el dia que comence a tener una pesadilla, ya se volvia frecuente, la diferencia es que esta pesadilla se sentio tan real. Como si realmente estuviera en aquel lugar desconocido, incluso senti la brisa. Una brisa que calo hasta mis huesos.
Mi padre de nuevo hizo presencia en el comedor y en sus manos sostenia los platos de losa, los cuales ya estaban servidos el deayuno del dia. Era algo simple pero preparados con amor, o eso quiero pensar.
—Tu hermano quiere que vayas al pueblo—anuncio e hizo una pausa mientras acomodaba los utensillos—. Quiere que cuides a tu abuela—finalizo.
—¿Es un favor?—pregunte con un poco de fastidio.
—Aún no intiendo porque aquel tono hacia tu hermano Anita.
—Es que, es como si me lo ordenara papá—dije quejandome—. Siempre lo hace.
Lleve el pedazo de carne a mi boca saboreandolo, no queria discutir con mi padre.
—Es algo urgente, Daniel tuvo un llamado de trabajo en la ciudad.—Me sorprendi por aquella informacion—. Se fue a las apuradas dejando a tu abuela sola. Su vecina la esta cuidando por ahora.
Me quede callada por un momento analizando lo que me acababa de decir, ¿mi hermano, trabajando?. Lo recordaba muy egocentrico e infantil. Quizas ya haya madurado, digo es el mayor.
En cuanto a mi abuela, creo que es una buena oportunidad de conocerla por fin. De pronto una idea ilumino mi mente.
—Voy a ir—dije sin mas—. Con la condición de que Vale vaya conmigo tambien.
Mi padre me observo inexpresivo por lo que acabo de sugerir. Suspiro aceptando.
—Bien.—Expandi una sonrisa en mi rostro—. El viaje sera mañana, ve a llamar a tu amiga.
Asenti varias veces levantandome de mi lugar para ir a mi cuarto en busca de mi telefono. Revice bajo la almohada de mi cama cuando senti el frio plastico de la funda, lo agarre prendiendolo y busque el numero de Valeria. Espere unos minutos hasta que contesto,
—Hola Ana.
—Vale, ¿a que no adivinas?—dije emocionada.
—Pues no adivino.
—Ire de viaje a cuidar a mi abuela y queria saber.—Movi mis hombros con voz cantarina—. Si querrias venir conmigo.
—¡Si!.—Aleje el telefono y quede aturdida—. No sabes lo mucho que quiero salir de esta casa.
Hice una mueca por que entendi a lo que se referia y sabia que se escaparia de aquel lugar sin que se enterasen sus padres.
—Entonces prepara tus cosas y te llamo mas tarde, ¿bien?—dije con una sonrisa.
—Claro.
—Vale—llame.
—¿Que?.—Se le oia nerviosa. La conosco muy bien.
—No te escapes, por favor.
—Si les digo no me dejaran ir Anita.
—Entonces ire a tu casa mas tarde y hablare con ellos—sugeri levnatando mi mirada en el techo.
—Esta bien—acepto arregañadientes.
Ya satisfecha con su respuesta corte la llamada y lance el telefono a la cama. Luego fui a al baño a cepíllarme, si, siempre olvido hacer mi rutina. Mientras lo hacia me oberve en el espejo, notando algo extraño.
Mi cuello.
Mi cuello tenia unas marcas sonrosadas muy notorias, mi piel no era palida pero aun asi se me notaban. Un escalofrio recorrio mi cuerpo. Escupi la crema dental sobre el lavabo y lave mi cara, mire otra vez el espejo.
¿Sera que me volvi loca por los sueños?
Las marcas ya no estaban por lo que procedi a limpiar mi boca e irme lo mas rapido del baño. Me tumbe sobre mi cama a espaldas tratando de pensar en cosas positivas. Quizas quede traumada con la pesadilla que tuve anoche, si, es eso.