Cosas que pasan...

Las vacaciones terminan...

El verano pasó rápidamente porque fue disfrutable: no cumplir horarios, estar en tu casa, en compañía de tu familia, vivir en el campo...

Quién está tranquilo es feliz. Por eso, el verano pasó rápido y con el las vacaciones. Fue así que al llegar fines de febrero, comenzaron los preparativos para volver a clases. Este año era distinto porque ya conocía a mis compañeros, el liceo, el viaje en ómnibus así que se suponía que sería un año tranquilo.

Pero como todo fin de vacaciones e inicio de clases, para todas las familias indica que van a ver gastos extras porque se deben comprar útiles escolares, pagar el bus, etc. Fue así como entendí que mis padres volverían a sentarse a sacar cuentas como todos los meses, para poder realizar esa inversión. Y eso era lo que me daba las energías necesarias para esmerarme en los estudios, debía retribuir a mis padres con unas buenas calificaciones.

Y la primer semana de marzo comenzaba, y el lunes debía comenzar nuevamente las clases. El domingo de noche estaba muy nerviosa, porque tenía miedo de no acordarme de lo que había aprendido el año anterior, de cambiar algunos compañeros de clases, etc. Fue así que esa noche me costó mucho dormirme.

Al otro día, no me quería despertar porque había dormido poco. Pero, al escuchar la voz de mi madre llamándome y diciéndome, "vamos arriba que se acabaron las vacaciones", me levanté de un salto de la cama y corrí a darme una buena ducha para vestirme para ir al liceo, a mi primer día de clases de 2° año.

 




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