"P E R D E R M E"
Recuerdo ese día cuando fuimos a un parque. Habían tantos colores, sonidos, tanta gente, me mareaba ver y sentir todas esas cosas al mismo tiempo, lo único que tenía como ancla era tu mano sosteniendo la mía.
La sensación era la misma a la de un niño de cinco años, era esa seguridad que la mayoría sintió cuando iba de la mano de su madre o su padre dentro de un torbellino lleno de gente.
Las manos sirven para no perderse, para estar entrelazadas durante años, una calidez que no cualquier tacto era capaz de entregar de la forma más sincera posible.
Esa fue la última vez que visité un parque. Ahora no sé si soy lo suficientemente fuerte como para sumergirme dentro de ese limbo lleno de cosas, tengo miedo de perderme, ya no tengo un ancla que marque el camino de vuelta.
Ya no.
Sacudí mi cabeza alejando esos recuerdos borrosos, y tomé otra bocanada de humo hacia mis pulmones.
Cerré mis ojos y aguanté lo más que pude hasta que solté el aire, todo de un mismo tirón.
Vi de reojo la botella media vacía de vodka y sin pensarlo comencé a tomar.
Hoy decidí quedarme, no ir al bar.
Decidí aguantar.