-¡Maldición Alyshia! viste la hora que es –exclamó Meg dejando entrar al sol e iluminara toda la habitación, logrando hacerme fruncir el ceño, era medio día y sabía que no era su culpa pero seamos sinceros cuando uno despierta lo primero que no quiere ver es el SOL.
-Un poco más, solo dame 5 minutos –masculló mientras me tapo con la sabana, conociendo a Meg sabía que no se daría por vencida y menos en un día como este, pensando entre si levantarme o escucharla caminar de un lado a otro. Decidí levantarme, hoy si o si no deseaba verla maldecir y menos si la victima soy yo.
-Cálmate Meg que ya reviví, ahora me dices ¿Cómo entraste?
-¡¿Qué cómo entre?! –estaba alterada, cuando despierto mi cerebro se encuentra en un 2% y cargando y debo de admitir que puedo llegar a hacer un dolor de trasero-. Tu tía fue quien me dejo entrar, ¡CONTENTA! Ahora despierta, Por Dios.
Escucharla era como escuchar aun Ángel, pero sabía cuando debía parar, no queremos ver un derramé de sangre, o tal vez sí. Dejando aun lado a mi suave y blandita almohada me dirigí a tomar una ducha totalmente fría, debía estar con mis cinco sentidos alertas si era posible el sexto también y si existía el séptimo era más que Bienvenido, al terminar decido ponerme lo primero que vi o mejor dicho lo único que no guardé, una sudadera blanca con estampado de rosas, un overol negro, unas botas junto a una coleta alta.
Al llegar al recibidor Megan se encontraba hablando con mi Tía acompañada de unas cuantas lágrimas, hace 4 años las presente y se hicieron buenas amigas, la causa por el cual tienen un gran vinculo es su preocupación por mí, por lo cual estoy mega ultra agradecida. Mientras me preparaba mi café con leche, se escuchaba las risas de mi tía y de Meg parecía que los recuerdos nostálgicos habían acabado iniciando los graciosos, caminando hacia ellas, aprovechaba de regar a las flores que habían a mi alrededor, teníamos una gran diversidad de flores puesto que a mí me gustaban mi tía intento consentirme llenando la casa de ellas haciendo de este hogar cálido y hermoso. Decidí estudiar Floricultura el arte de cultivar plantas y flores a que suena increíble, para conocer más trabaje por un tiempo en una florería, todos ahí eran amables y Los Clientes cada vez que venían a comprar ya sea una flor o un ramo siempre traían una historia consigo, aunque era una tienda pequeña encontrabas bellísimas flores pero lo triste era que cerraría dentro de dos semana, el dueño tenía una edad avanzada y ya era hora de su retiro, lo que también es triste es que no había quien se encargara de ella, yo me hubiera ofrecido pero debido a unas situaciones inesperadas no sería capaz y siendo sincera tampoco sabía si volvería. Asi es, adiós a la intriga, en pocas horas dejaría esta ciudad, Adiós Barcelona, lo bueno es que no me iré sola aunque no sé si realmente sea bueno, ustedes ya deben sospechar con quien me iré pero igual se los diré la persona que me acompañara en esta caótica aventura es Megan Flores, si muchachos, mi mejor amiga desde que llegue aquí eso explicaría el porqué de su alteración de hace unos momentos.
-Disculpen la interrupción, pero hace unos 30 minutos alguien cancelo mi reunión con Morfeo- Meg intento fulminarme con la mirada pero al contrario provocaba que hiciera caras graciosas- ¿A qué hora sale nuestro vuelo?
Procesando lo que acababa de decir ambas intercambiaron miradas, levantándose lentamente del sofá comenzaba a formarse una sonrisa inquietante en sus rostros y como dos niñas se emocionaron.
-Tienen todo, no se les olvida algo pasaportes, boletos, dinero, pasaporte- mi tía comenzaba a ponerse nerviosa aunque Meg no era la excepción.
-¡Alyshia! Deja de bromear y si esta es tu venganza mejor detente, si llegamos a perder el vuelo no sé de qué soy capaz- su tono era serio, estaba en pose de dar pelea, si quería vengarme bueno una media venganza deseaba ya que en parte era mi culpa el no despertarme pero realmente no entendía el porqué de su enojo- ¿Y?
En momentos asi desearía tener poderes, desgraciadamente era un simple mortal, buscando a mi alrededor como si lo que Meg quería fuera caerme del cielo o iluminarse “Dame una señal SEÑOR” pensé, cruzando mirada con mi tía quien parecía comprender la situación más que yo con una sonrisa desvió su mirada en pocas palabras me estaba diciendo “Soluciónalo tú” bueno asi lo interprete yo, por un momento creí que en verdad había hecho lo que ella creía que había hecho comenzaba a dudar de mi misma o ya estaba volviéndome loca.
-Acaso era esto lo que buscabas, Meg- escucho de repente la voz de mi tía detrás de mí.
-OH, ese es mi celular, donde lo encontraste tía.
Editado: 20.02.2018