El dichoso día llegó. Las piernas me temblaban con solo mirar el aeropuerto y pensar, -dios mío, como terminé aquí-, pero tomé una bocanada de aire y arranque todos mis miedos para así entrar decidida al aeropuerto. Creo que de hecho tomé tanta iniciativa que llegué a tropezarme con mis propias maletas, llegando a chocar con un señor. Ya lo había visto antes, no sé dónde exactamente pero lo conozco de algún lado. Supongo que se debió burlar internamente de mí mientras se alejaba a pasos rápidos. No importa, ahora debo asegurarme de al menos llegar viva al avión.
El viaje fue tan largo... que me dormí, desperté, comí, cagué y me volví a dormir. Entonces el sonido del aterrizaje me despertó frenéticamente. ¡Había llegado! Corea es hermosa.
Bajé del avión y tomando un taxi me dirigí a mi nuevo hogar. Cuando llegué admiré el edificio por fuera, era algo modesto pero elegante, no demasiado. Me encantó tanto; por dentro como por fuera es bonito, de hecho, quien me dió las llaves era una chica muy amable y amistosa. Me presentó todos los lugares del edificio, explicándome todo pequeño detalle con minuciosa paciencia para que pudiera entender. Cuando llegamos al final de nuestro recorrido me preguntó -dime, ¿por qué decidiste venir a vivirte aquí?- -sinceramente- le contesté, - vengo por una mejor vida, vine a trabajar.- dije ya más en confianza. -enserio?, me da mucho gusto, pero dime, ¿en qué vas a trabajar?- -te contaré, en mi país estudiaba la universidad en dirección de empresas, pero mi verdadera pasión es el arte culinario. Así que, vine aquí esperando poder trabajar en el restaurante más prestigioso del país y aprender mucho.- Así seguimos platicando, en poco tiempo Rose y yo nos hicimos amigas.
A la mañana siguiente era la entrevista de trabajo para el restaurante. De eso dependía mi estadía aquí en Corea. Obviamente estaba súper nerviosa, algo así como si de mi boda se tratara. ¿Qué se supone que me deba de poner? Un vestido blanco por supuesto que no, terminé escogiendo una blusa a botones de seda rosa, un saco y unos jeans. Tampoco debía aparentar algo demasiado extravagante. Tomé mis documentos y me fuí caminando hacia el restaurante. Llegué preguntando por los puestos de empleo y la secretaria me hizo esperar en una sala con al menos ocho personas más. Nos ivan llamando de una en una, y mientras me llamaban fuí recorriendo el completo lugar con mi vista. Era demasiado glamuroso, como era tan codiciado y prestigioso el lugar, supongo que sería muy difícil que me contrataran. Entonces mi turno llegó, abrí la puerta con confianza pero con actitud sumisa. Al entrar vi a un chico de ojos rasgados, muy guapo. Se le notaba joven, talvez unos cuantos años más grande que yo, pero eso era lo de menos. Tomé asiento y la entrevista comenzó. -bueno, con todo lo que me ha dicho, aún no entiendo por qué debería contratarla.- me dijo con cierta actitud retante, que me molestó pues ya previamente había dado una excelente cátedra de mis habilidades y virtudes, como para que me dijera eso. -¿perdón? - cuestioné algo indignada. -si, porqué debería de contratarla a usted, en vez de al resto de las aspirantes. ¿Usted cree que es suficiente lo que tiene?, por qué ha de saber que no me conviene que usted sin experiencia ni estudios previos trabaje aquí.- -entonces- proclamé algo indignada -puede usted contratar a alguien más, pero no habrá nadie que esté tan dispuesta como yo a hacer las cosas sin reclamos. Es cierto, puedo no tener experiencia en restaurantes, pero sí tengo el conocimiento y la destreza necesaria.-
POV Jungkook
Esta chica me sorpendió. Es muy hermosa, se nota que es extranjera pues su figura esbelta, sus ojos claros y brillantes, su cabello, su boca, todo de ella es hermoso. Aunque, no es la primera vez que vienen chicas pidiendo trabajo esperando poder seducirme y lograr un puesto. Si es así obviamente la rechazaré. Pero tiene ciertos aires, vamos apodera un poco a prueba.
POV t/n
Estábamos en silencio, el ambiente es un poco incómodo al menos para mí. El chico me mataba con su belleza, y como me miraba. Es extraño decir que algo de él me atrae. Me interrumpieron de mis pensamientos. -bueno, eso fue sorprendente. Te llamaremos mañana para que conozcas la respuesta, aunque un conejo, la próxima vez cierra bien tu blusa.- yo sorprendida bajé la mirada, ¡y qué vergüenza!, un botón había permanecido abierto dejando ver un poco de mi ropa interior. Rápidamente lo cerré. -gracias, no sé cuántas personas más hubieran visto eso de no haberme avisado- dije precipitadamente, luego dándome cuenta de que está pensando en voz alta. Al parecer le dio gracia mi descuido, por qué sé rió de mí.
No sé por qué pero cada vez que lo miro me pierdo en sus ojos, ¿qué me está pasando? No puedo enamórame, no ahora.