Creciendo entre demonios

Capítulo 8.

Era el día de la luna llena y Liam había faltado a clases para quedarse en su casa por orden de Jace y quien tambien se quedó con él.

“—Vi que no viniste a la escuela, ¿estás enfermo? —envió Injae.”

“—Descuida, no es nada…solo un dolor de estómago —respondió Liam.”

—Vuelve a decirme por qué tenía que quedarme ¿y por qué también estás aquí? —protestó Liam.

—Por qué no quiero que empieces a transformarte en medio de la gente —buscaba entre los canales de la TV.

—La luna sale de noche, y aún son las 3:30 p.m. —se quejó.

—Ya te expliqué que en ocasiones los efectos empiezan un poco antes, ya deja de quejarte.

— ¿Al menos podríamos ordenar pizza? Iré a llamar desde abajo.

—Descuida lo hago con mi celular, asi no deberás bajar para tratar de salir —le sonrió por descubrir su plan.

—No sé porque las chicas creen que eres atractivo…en realidad, eres fastidioso.

—Sigue así y no comerás pizza —suspiró y luego se rio—, sin aceitunas ¿cierto?

El chico asintió con la cabeza mientras enviaba un mensaje a Injae citándola en la plaza para decirle algo importante.

» No recuerdo haberlo visto ponerle seguro a la puerta trasera, saldré por ahí «

Después de un rato de esperar, el repartidor finalmente llegó.

—Baja conmigo, no quiero que salgas por la ventana y huyas.

Jace abrió la puerta para recibir la pizza y en lo que pagaba Liam se escabulló para poder llegar a la puerta trasera y escapar hacia plaza.

Jace se dio cuenta no mucho después de que se fuera y salió en su auto a buscarlo, y después de dar varias vueltas finalmente logró verlo en la plaza.

— ¡Te dije que te quedaras en casa! ¿Qué demonios haces en una plaza a pocas horas de salir la luna? —le reclamó al bajar del auto y caminar hacia él.

— ¿Puedes esperar un momento? Tengo que hacer algo importante.

—No puede haber algo más importante que asegurarte de no matar a nadie transformado —le susurró al ver que unas personas los observaban—, vámonos ya.

—No puedo, no aún, prometo ir a donde digas, pero debo hacer esto —suplicó.

— ¿Liam? —La voz de Injae se escuchó algo lejana.

— ¿Por ella estás arriesgándote? —Se molestó e indignó.

—Si no hago esto ahora, no podré hacerlo después —le dijo ansioso—, no soy valiente ¿recuerdas? Dijiste que no tengo el carácter para ser un lobo y es verdad porque solo ahora podré decirle que en verdad me gusta.

—Tu valentía no depende de la luna llena Liam, aún sin ella tu puedes serlo…solo debes decidirte a serlo.

—Ah…hola Liam —Injae ya se había acercado—, lamento llegar tarde, tuve que hacer algo antes…

—Descuida, ¿podemos ir hacia allá? —preguntó apresurado.

—Liam debemos irnos, ya —Jace lo tomó del brazo y miró a la chica—, hola soy Jace…

—Injae, hola… —contestó incomoda—, si tienes que irte Liam, lo entiendo, podemos hablar en otro momento.

—Gracias Injae —sonrió el rubio—, vámonos Liam —lo jaló para llevarlo al auto.

—Ha-hablamos luego… ¡Lo prometo! —Gritó al ser llevado al auto—, al menos pudiste dejarme despedir —protestó.

—Si en verdad te gusta como dices te aseguro que no dejarás pasar 9 años.

Después de conducir por 2 horas en un largo silencio, por fin llegaron al refugio en donde fueron directo con John para preparar a Liam.

— ¿Va a doler? —preguntó asustado Liam.

—Probablemente —aseguró Jace alarmando al chico.

—Jace —regañó John—. Con el tiempo te acostumbrarás.

— ¿Por qué no me dijiste que esto dolería? —le reclamó al rubio.

—Creí que ya venía implícito.

John empezó a asegurar a Liam con unas cadenas puestas en la pared de la bodega.

— ¿Para qué son las cadenas? —titubeó nervioso.

—Para asegurar que no salgas de aquí.

Después de un rato de esperar, los efectos de la transformación empezaron a aparecer.

Y Jace entró para ver como seguía Liam.

— ¿Cómo te sientes? —se recargó en una mesa.

—Tengo mucho calor.

—Si…eso es bueno —se rio—, está empezando.

—Mi vista se está nublando.

— ¿Te duele la cabeza?

—Mucho y me siento mareado —el chico cayó al suelo recargado en sus manos y pies.

—Descuida —se dio la vuelta—, no tardará mucho —se oyó un crujido y Jace frunció el ceño extrañado.

Al oír a Liam gritar Jace volteó de nuevo, y nuevamente Liam empezó a gritar mientras sus huesos se rompían y se transformaban.

—Carajo —murmuró el rubio— ¡John! —salió a buscarlo.

Liam continuó gritando mientras se transformaba y al llegar Jace con John, ambos quedaron perplejos al ver que Liam se había convertido en un lobo completo y les gruñía queriendo soltarse de las cadenas.

—Un lobo original… —comentó atónito John— creí que habias dicho que sus padres no eran lobos.

—Y no lo son, quizas ellos…nunca activaron su maldición —ambos se miraron preocupados.

Más al rato después de que Liam volvió a su cuerpo humano, John le dio una muda de ropa nueva para que se vistiera y pudiera volver a su casa; el chico no hizo preguntas y ni John ni Jace le dijeron algo al respecto así que uno de los hombres de la manada llevó a Liam a su casa, dejándolos a ellos hablando a solas.

—Otro lobo original —se alegró—, creí que no habrían más y que mi familia eran los únicos.

—Es probable que sea miembro de una de las familias antiguas de lobos…vi la marca en su hombro, similar a la que tiene tu familia…los Barrow —añadió John.

—Pensé que se habían extinto esas familias, es bueno tener a otro ¿no? —miró a John que estaba muy pensativo— ¿Qué ocurre?

—Un lobo original solo activa su maldición matando a un humano y si Liam no lo hizo, eso solo significa una cosa…alguien la activó por él.

—Es imposible —negó con gran confianza.

—No lo es, existe un muy antiguo y poco conocido ritual para activarla, pero es tan dificil que se necesitaría a un aquelarre completo de brujas novatas, solo una bruja vieja sabría cómo hacerlo.




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