Capítulo 40.

— ¡Aah! —gritó Injae al ser mordida por un vampiro.

—Creo que es mi turno —bromeó uno— ¡Arrójala!

El vampiro que la mordió la tomó del cuello y la aventó hacia el muro.

— ¿Qué pasó lindura? —expresó burlesco— ¿Dónde está tu novio lobo ahora?

—No seas tan rudo…es humana ¿Qué no ves que es frágil? —se rieron— Es una pena que tu novio lobo no te haya mordido para transformarte.

Uno de ellos le rompió la pierna con su mano provocándole mucho dolor a la castaña, quien ya estaba llena de moretones, rasguños y otras heridas como mordeduras.

—No grites —le regañó—, ahora bebe —el vampiro se mordió la muñeca— ¡Esto te sanará niña estúpida! —la obligó a que bebiera su sangre.

Pronto sus heridas comenzaron a sanar y la chica recobró un poco de fuerzas.

—Ahora… ¿en que estábamos? —se sonrieron todos viendo a la chica.

El resto de la mañana continuaron torturándola una y otra vez sin parar, ya que la obligaban a beber su sangre para que sanará rápido y siguieran hiriéndola, pero en un descuido de ellos, la chica sacó de su zapato el hilo curado con el que mató a Alistair, se puso de pie y se fue con el que estaba más cerca de ella para atarle el hilo a su cuello para degollarlo, cuando los otros tres reaccionaron, el cuerpo ya estaba en suelo separado de su cabeza.

Los tres vieron a la chica con sus ojos rojizos y una venas negras pronunciándose debajo de sus ojos, cubriendo parte de sus mejillas, de a uno en uno se abalanzaron contra Injae, pero al primero lo esquivó pateándolo en la cara, el segundo la tomó del cuello azotándola a la pared donde ella aprovecho a enrollar el hilo en su brazo y cortarlo para distraerlo, y así cortarle la cabeza.

Injae vio de reojo su ballesta en el suelo junto con algunas cosas suyas, pero al mismo tiempo otro de los vampiro se dio cuenta de lo que quería hacer y al instante que ella corrió por el arma, él se le aventó tirándola al piso y empezó a asfixiarla.

— ¡Alto! —le gritó el otro— No podemos matarla…no con nuestra sangre en su sistema —corrió para quítaselo de encima a ella.

— ¡Basta! —Ordenó Arkain al entrar— ¿Pero que…? —vio confundido los cuerpos— Increíble…esto es maravilloso —dijo estupefacto.

—Mi señor… —comentaron los únicos dos en pie.

Arkain ignoró a los vampiros y caminó directamente hacia Injae quien estaba en el suelo tratando de recuperar el aire.

—Qué maravilla —expresó perplejo sujetando su rostro—, llévensela y atenla…es mi turno de divertirme.

Mientras tanto en el refugio de la manada, los lobos trataban de averiguar donde podría estar Injae al mismo tiempo que intentaban de contactar a Liam, pero no respondía su celular y el atardecer ya estaba llegando.

Durante el camino, Liam estaba sintiendo más el aroma de Injae pues no solo ya estaba en Virginia, sino que los efectos de la luna llena estaban empezando a caer sobre él, aumentando sus sentidos lo que le permitía ubicar mejor a Injae, su único problema era que no podría concentrarse en buscar a Injae porque eso daría paso a su transformación en lobo, pero aun así se arriesgó para localizar lo más que pudiera a la chica.

Por otra parte, Arkain se quedó a solas con la castaña que estaba amarrada en una silla.

—Es un interesante juguete —observaba la ballesta—, de hecho, todo en ti lo es.

Arkain se acercó a ella para acariciar su rostro mientras que ella lo veía molesta.

—El parecido es…sorpréndete, había oído rumores, pero viéndote aquí ahora los compruebo, eres doppelgänger de Farah —se sonrió perverso—, eres idéntica a ella.

—Yo no sé quién es Farah ni de qué diablos hablas.

—Incluso tienes esa misma voz que me irrita —suspiró—, mi querida Injae ¿acaso no sabes de donde viene tu apellido? Eres una venatix —expresó con deleite—, una cazadora —le susurró en su oído.

El vampiro ancestral comenzó a reírse de la chica.

—Farah era la cazadora original, la primer cazadora de lo sobrenatural en existir y tú…su descendiente directa —añadió atónito— ¿Acaso no lo entiendes? No solo tienes su apariencia, sino que también sus habilidades ¡Eres su reencarnación! —volvió a reír— Tanto poder y tú no tenías ni idea —le clavó una flecha en la pierna.

—Yo no soy la absurda reencarnación de nadie —replicó agitada después de gritar.

—Hace siglos surgió una historia, decían que antes de que Farah muriera pidió a una bruja que su alma reencarnara cada cierto tiempo…Creo que escogió bien el cuerpo ¿No piensas igual? —acarició otra flecha.

Nuevamente volvió a enterrarle otra flecha, pero esta vez en la otra pierna, ambas cerca de las rodillas.

—Me gustaría matarte…tengo motivos ¿sabes? —expresó relajado— Empezando porque tu maldita ancestro mató a la segunda doppelgänger de mi amada Katerina y finalizando porque tu noviecito mató a la tercera ¡Maldita sea! —arrojó la ballesta.

—Me cuesta trabajo creer que el famoso Arkain pudiera amar a alguien —se burló.

—Los doppelgängers son de familia…y tienen un ciclo ¿sabes cuánto tiempo me tomó encontrar a las anteriores? ¡Siglos! —le reclamó— Por suerte para mí, el tiempo no es problema, pero si yo te mato, el pobre lobito no correrá con la misma suerte…no si yo decido lo contrario —le atravesó el hombro con una flecha que sacó de la ballesta.

—Él me encontrará y lo sabes… —alegó con dolor.

—Oh claro que sí, cuento con eso —dijo a punto de irse—, una cosa más ¿disfrutaste matar a Alistair? —se sonrió.

—Púdrete.

El vampiro la dejó amarrada en la silla desangrándose con las flechas clavadas.

En cuanto a Liam, la luna llena lo alcanzó de modo que tuvo que transformarse en lobo por completo, y ahora que tenía una capacidad mayor de hallarla solo tenía que conseguir enfocar su mente en Injae y hacer a un lado la mente animal.

Con mucho esfuerzo y dificultad lo estaba logrando a pesar de que en los primeros instantes le era dificil mantenerse, pero en cuanto lo hizo aulló llamando a la manada para que le siguieran el rastro, luego corrió y corrió hacia ella, y mientras corría lo más rápido posible, Injae logró desatar sus manos de la soga, ahora solo le quedaba sacarse las flechas del cuerpo.