Crecientes

Capitulo 39

Capítulo 39

 

Lucho contra Sebastian, tengo que acabar con ella, no dejare que nadie más  me arrebate lo que es mio. Y ella quiere a mi hombre y mi pequeña, no volveré a ser pisoteada, tengo que acabar con ella  y nadie me lo impedirá, ella merecía morir.  Sebastian me voltea hacia él ya  que no me doy por vencida  y sostiene mi rostro.

--Término..... Ya termino....-- miro sus ojos mieles que me transmiten calma, paz y seguridad, pero me asusto al ver mi reflejo en ellos.

         Mis ojos son rojos, los cierro e intento calmarme, respiro profundo, cuando los vuelvo abrir y miró en sus ojos que los míos están normales me siento mejor, por lo que  quitó sus manos de mi rostro para poder abrazarlo.

        Ya había terminado, estoy viva  y no se que me paso, solo....no era yo. Comienzo  a sentirme cansada, mi cuerpo duele por todas partes  y lo último de lo que soy consciente es que  todo se  oscurece.

****-****-****-****-***

        Abro mis ojos y mi cuerpo todavía duele en cantidades industriales, quito la sabana ya que estoy  en mi cama,  me fijo que tengo  todo mi pecho y parte del abdomen vendado. Recuerdo  que Heidy me había herido, aunque en el momento fue horrible la sensación de ser perforada por sus garras, después olvidé cualquier dolor.

         Me levanto  y me dirijo al baño, quitó  las vendas y tengo cinco  líneas por mis costillas las cuales no están del todo cerradas, pero comenzaban a sanar, con cuidado me ducho y luego vuelvo a vendar.

          Me vesto con una shost negros y una blusa holgada azul para que no me toque las vendas, me coloque unos botines a juego y dejo mi cabello suelto.

        Al llegar a la sala no hay nadie en casa, me parece algo  muy raro, pero sigo buscando hasta encontrar a Isabella en el patio en lo suyo, intentando romper el hechizo de su hermano.

-- ¿Cómo va?-– preguntó cuando se dio cuenta de mi presencia, ella sonríe.

-- Cómo ves, igual-– Es todo lo que responde, me acerco a ellos.

--Y los demás ¿dónde están?-– pregunto ya que de verdad quiero saber.

--Están en una reunión de manada " importante"-– dijo haciendo comillas con las manos. ¿Por qué?--pregunto mientras observo al lobo dorado.

-- Para saber qué harán con Heidy  y por que al parecer varias manadas han sido atacadas, no se sabe quien és el responsable… es todo lo que sé-- se apresuró a agregar antes de que preguntara.

--Esta bien-– me siento a su lado y veo su libro pero no entiendo nada.

--Podría canalizarte  ¿para un hechizo?--- pregunta de pronto, viendo con cierto brillo inquietante en la mirada.

--¿ Canalizar me?--- no entiendo estoy algo confundida, lo cual debió de verse reflejado en mi expresión.

--Me darías de tu energía -– aclaró al ver mi cara de confusión.

--Claro--- dije no muy segura. Ella toma mi mano y realiza un corte en mi palma.

--¡Auch!-– me queje pero ella hizo lo mismo con la suya y las unió.

         Cierra  sus ojos  y comienza a decir unas palabras raras casi como si cantara y las repetía una y otra vez. No esperaba que pasara nada, como las otras veces pero me equivoque, una luz azul envolvió al lobo dorado frente a nosotras y comenzó a cambiar, al mismo tiempo también me comencé a sentir débil, más débil de lo que ya me sentía, la garganta seca y un fuego corriendo por las venas.

         Cuándo la luz desapareció dejo a su paso   un muchacho de piel blanca, cabellos negro y ropa del mismo color, pero lo sorprende te no fue eso, si no sus ojos que eran de un color rojo sangre que daban miedo. Isabella abrió los ojos y al ver a su hermano  soltó mi mano para luego correr  a sus brazos, él por su parte la abrazó fuerte mientras yo me dejé caer en el pasto, mi mundo da vueltas y veo ciertos brillos en mis ojos.

          Cuándo vuelve a mirarme sus ojos son azules, pero un azul cielo muy claros tan diferentes a los rojos de hace apenas unos segundos,  Isabella soltó a su hermano para abrazar me de la emoción.

--Gracias, gracias, sabía que tú me ayudarías-– dice sin soltarme, cuándo lo hace  vuelve a los brazos de su hermano, es más que obvio que está feliz  y me alegró por ella.

--Elena, él es Ismael mi hermano.-- intento sonreírle, los malestares comienzan a desaparecer.

--Gracias por ayudarme-– dice tomando mi mano y depositando un beso en ella. Yo solo lo miro atenta, no puedo sacar sus ojos de antes de mi mente, pero no llegó a preguntar ya que  llegan todos  con caras de cansancio,  solo que  al verme me sonríen.

         Sebastian llega a mi primero y me agarra de la cintura para no lastimarme,  me eleva en los aires dándome vueltas por lo que río, cuándo me baja  besa mis labios.

-- Cuándo dejarás de asustarme mujer-– dice sobre mis labios.

-- Consiganse un cuarto-- dice Aaron y todos ríen.

         Me separo de mi amado y soy llena de abrazos de parte de todos felicitándo me, por haber ganado y contentos de que esté bien.

--¿Y Luz?--- preguntó ya que no está con ellos.



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En el texto hay: amistad, accion drama violencia, hombres lobo romace

Editado: 08.07.2024

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