WingzemonX
HARMONÍA
Creí que no te volvería a ver
PARTE 2
Una semana entera se había ido ya, y al fin había llegado el día esperado por todos en el que Applejack volvería a casa. El Gran Rodeo de Equestria había terminado apenas el día anterior, y todos esperaban con ansias que su campeona volviera en el tren de la once y media. Mientras Big Macintosh y Apple Bloom habían ido a recibirla a la estación, en el granero de Sweet Apple Acres, estaban preparando una merecida celebración por su regreso. Por supuesto, la de la idea original había sido ni más ni menos que Pinkie Pie, quien siempre era la primera en estar lista y dispuesta para ocasiones como esa. Habían traído comida, pastel, barriles del famoso jugo de manzana de la Familia Apple, decoración, y globos... Muchos globos.
Todos se apuraban lo más que podían en preparar todo el lugar, pues ya hacía varios minutos que habían oído el silbato del tren, anunciando su llegada; los hermanos Apple estarían ahí en cualquier momento, así que tenían que apresurarse.
- Espero que Applejack no se sorprenda demasiado con su fiesta sorpresa de Bienvenida. – Comentó Fluttershy. Rainbow Dash y ella estaban cada una sobre una escalera, colocando una larga pancarta por encima de las mesas con las palabras:
BIENVENIDA A CASA APPLEJACK, NUESTRA CAMPEONA DE RODEO
- ¿Por qué no? – Le cuestionó la chica de piel azul, mientras pegaba su extremo de la tela contra la viga. – Si ese es el punto de una fiesta sorpresa, ¿o no?
- Lo sé... Pero espero que no esté tan sorprendida que se asuste, porque aunque estar sorprendida puede ser algo lindo, asustarse puede ser... Realmente aterrador e incómodo.
- Sí, definitivamente de eso tú si sabes mucho, Fluttershy.
- Gracias, Rainbow Dash.
- No fue un cumplido.
Debajo de ellas, Pinkie Pie parecía estar ensayando su grito de "¡Sorpresa!", lo que curiosamente en verdad tomaba por sorpresa a varios presentes, en especial cuando literalmente lo gritaba a sus espaldas. Twilight estaba colocando algunos de los varios globos que Pinkie había traído, intentando dispersarlos de la manera correcta y homogénea por todo el granero, cuidando de que no hubiera un color de más de un lado que en otro. Rarity también ayudaba en la decoración, y a acomodar las mesas de comida. Otros amigos y amigas de Applejack, y de la familia Apple, se encontraban también aguardando ansiosos.
Cuando ya faltaban diez minutos para el medio día, Twilight divisó un par de figuras acercándose caminando por el camino principal hacia la entrada de la granja. Desde lo lejos pudo divisar de inmediato y sin problema la figura fornida y alta de Big Mac, su cabello rubio oscuro, corto, y piel rojiza.
- Silencio todos. – Les indicó a los demás, girándose hacia ellos y cerrando la puerta del granero detrás de ella. – Creo que ahí vienen. Escóndanse.
Todos le hicieron caso, y de inmediato se escondieron en dónde pudieron: debajo de las mesas, detrás de los barriles, incluso en los comedores los caballos. Y aguardaron.
- El secreto de un buen "¡Sorpresa!" es la coordinación. – Comenzó Pinkie Pie a explicarle a Rarity en voz muy baja, quien estaba escondida a su lado. – No puede ser muy pronto, ni muy después. Tiene que ser antes de que el festejado entienda qué pasa, pero no antes de que entienda que hecho algo está pasando.
- Creo que sé cómo gritar "Sorpresa" Pinkie, gracias. – Le respondió Rarity un poco cortante.
- Todos creen que saben cómo hacerlo, todos lo creen hasta que ya es demasiado tarde... O temprano.
Rarity sólo giró sus ojos, esperando que en la oscuridad no lo notará, y ya no le respondió nada más.
Se comenzaron a escuchar pasos acercándose a la puerta del granero, y todos tensaron aún más sus sentidos para poder estar preparados. Un paso... Dos pasos... Tres pasos... Cuatro pasos... Y entonces, las bisagras de la puerta comenzaron a rechinar al empezar a abrirse, y el intenso sol de mediodía comenzó a entrar.
- ¡Sorpresa! – Gritaron todos de golpe saliendo de sus escondites cuando la puerta se abrió dos tercios y fueron iluminados.
- ¡Sorpresa! – Se escuchó la vocecilla de Pinkie, gritando justo un instante después de que las voces de los demás callaron. – ¡Oh, rayos! ¡¿Lo ves?!, ¡todos lo hicieron muy pronto!
Cuando pasó todo el furor de los gritos, y las serpentinas dejaron de caer, todos los presentes pudieron ver con mayor claridad a las personas en el umbral: Big Macintosh a la derecha, Apple Bloom a la izquierda... Y nadie más. Esto desconcertó un poco a algunos, pero eso fue en incremento cuando notaron la expresión seria de Macintosh... Y el rostro a punto de soltarse en llanto de Apple Bloom.