WingzemonX
APPLEDASH I
Creí que no te volvería a ver
PARTE 5
Ignorantes de que Applejack ya se dirigía a ese sitio a toda velocidad, Rainbow, Twilight y Rarity, seguían con su búsqueda de alguna "pista". Habían revisado el armario de la habitación, en donde se encontraba colgada la ropa de Applejack, y las maletas con las que había partido de Ponyville. Revisaron cada maleta con detenimiento, así como cada bolsillo de la ropa en el armario; lo más interesante había sido la mitad del boleto de tren que había tomado hace dos días de Canterlot a Dodge Junction, y un panfleto del Gran Rodeo de Equestria en una de sus maletas, pero nada más. En los cajones tampoco había nada fuera de lo común, sólo ropa interior y camisetas. No mucha, sólo la que se había llevado consigo a Canterlot, ya lavada. En el baño y el librero el resultado fue el mismo; nada fuera de lo común en botiquín, cajones, o entre los libros.
Parecía que su búsqueda terminaría por ser por más inútil. Pero luego, Twilight revisó la cama, los tendidos, debajo de las almohadas, y luego debajo de la misma cama; fue ahí donde las cosas fueron un poco distintas.
- Creo que encontré algo. – Informó a sus otras dos amigas, que de inmediato le pusieron atención. Estiró su mano lo más que pudo, para sacar el objeto que había encontrado. Se trataba de un bolso de tamaño mediano, color verde claro, con una manzana roja al frente.
- Es el bolso de viaje de Applejack. – Señaló Rarity al reconocerlo.
- ¿Porque lo tendrá oculto debajo de la cama?
- Porque obviamente tiene algo que ocultar en él. – Agregó Rainbow Dash a continuación, tomándose la libertad de tomar el bolso de las manos de Twilight. Lo sostuvo unos momentos, subiendo y bajando sus manos. Se sentía ligero, como si no tuviera nada nada adentro. – Veamos qué es...
Justo en el momento en el que estaba dispuesta a abrirlo, escucharon el fuerte sonido de la puerta del cuarto azotándose. Las tres se olvidaron por un instante del bolso, y por mero reflejo voltearon hacia la puerta.
- ¡¡No!! – Exclamó con fuerza la persona en el umbral.
Antes de que pudieran percibir con total claridad su imagen, ésta se lanzó contra Rainbow Dash, empujándola al suelo y arrebatándole el bolso de las manos. Luego se puso de pie, y se apartó de ellas, pegando su espalda contra la ventana. Aunque ya lo habían predicho desde que oyeron su grito, fue hasta que la vieron parada en ese sitio, con el bolso pegado contra su cuerpo y respirando con agitación luego de al parecer haber corrido, que pudieron comprobar de quién se trataba.
- ¡Applejack! – Exclamó Twilight casi aterrada al verse descubierta.
¿Cómo había descubierto que estaban ahí?, ¿cómo llegó ahí tan rápido? Poco importaba en esos momentos realmente. La expresión de Applejack estaba llena de furia, notándosele un tremendo coraje. Sus dedos estaban aferrados con tanta fuerza a su bolso que casi se ponían blancos.
- ¡¿Qué les sucede a todas ustedes?! ¡¿Qué les da derecho a entrar aquí y esculcar mis cosas?!
- Escucha, Applejack, no es lo que parece...
Twilight intentó explicarse, pero entonces Rainbow se puso de pie en ese momento y se colocó delante de ellas de manera desafiante.
- ¡Sí es lo que parece! – Le gritó con fuerza, mirando fijamente a la Vaquera de cabellos rubios. – Tú nos orillaste a esto, al no decirnos por qué decidiste venir hasta acá. ¿Qué esperabas que hiciéramos?
- Oh, no lo sé. Tal vez... ¡Cualquier cosa excepto esculcar mi habitación como si fueran un trío de ladronas!
El aire del cuarto se tensó en un abrir y cerrar de ojos. La manera en la que Rainbow y Applejack se miraban la una a la otra, hacían sentir a Rarity y Twilight que en cualquier momento se volverían a lanzar la una a la otra en ese mismo lugar, algo de lo que no se podían dar el lujo.
- Calmémonos todas, ¿sí? – Intervino Rarity, colocándose entre ambas. – Escucha querida, sólo estamos preocupadas por ti. Queremos estar seguras de que en verdad estás bien.
- ¡Estoy perfecta! ¡¿Es tan difícil de entender?!
- Te has estado comportando muy extraña, Applejack. – Añadió ahora Twilight, dando también un paso al frente. – Nos evitas, nos alejas... Y ahora te aferras a ese bolso como si tu mayor temor en la vida fuera que te lo quitáramos.