WingzemonX
APPLEDASH I
Creí que no te volvería a ver
PARTE 7
- ¿Te besó? – Exclamó Fluttershy, con expresión de profunda sorpresa ante lo que Applejack le acababa de contar. Ella se encontraba sentada en la cama plegable que habían colocado originalmente para Rainbow Dash, pero que por las circunstancias le tocaría usar a ella.
- ¡Sí!, ¡me besó! – Le respondió Applejack con ímpetu, estando sentada en su cama, aún vestida con su ropa de trabajo.
Lo ocurrido en el cuarto de la capataz de Cherry Hill Ranch, no había sido muy diferente a lo que ocurrió en la habitación que en esos momentos compartían Twilight Sparkle y Rainbow Dash. Cuando Fluttershy llegó al cuarto de Applejack, ésta aún no volvía, por lo que se tomó la libertad de instalarse. Applejack tardó más de lo que esperaba en llegar, tanto lo que incluso se tomó el tiempo suficiente para darse una ducha. Ya se había vestido, y se estaba secando el cabello, cuando al fin la puerta del cuarto se abrió, y su amiga apareció del otro lado. Al verla, Applejack pareció sorprendida, pero al parecer también aliviada; quizás por el hecho de que no era Rainbow Dash.
Fluttershy le explicó de manera rápida que Rainbow había ido a su cuarto, y había pedido cambiar, por alguna razón que no había explicado. Applejack no pareció muy sorprendida de ello. Fue obvio casi desde el inicio que, al igual que Rainbow, algo molestaba a Applejack. Se veía distraída, pensativa y algo a la defensiva. Ambas se veían normal cuando las dejaron, por lo que no era difícil suponer que, lo que sea que hubiera pasado, pasó en ese transcurso de tiempo en el que estuvieron solas. Fluttershy intentó convencer a Applejack de que le dijera exactamente qué le molestaba, pero ella se puso muy renuente a ello en un inicio. Sin embargo, entre su negatividad a hablar, se notaba que una parte de ella deseaba de hecho todo lo contrario. Por ello, se dio la libertad de insistir un poco, hasta que accedió.
Le dio un par de vueltas al asunto por unos minutos, pero al final tuvo que llegar al punto, un punto que, al igual que Twilight, Fluttershy jamás vio venir.
- ¿Pero estas segura que fue un beso... beso...?
Applejack se estiró hacia ella, colocando su rostro frente al suyo, y mirándola fijamente a los ojos. Fluttershy se hizo ligeramente hacia atrás, algo asustada por la repentina cercanía.
- Se me aproximó, juntó sus labios con los míos y se quedó así al menos un minuto o más.
- Suena como... un beso, beso...
- ¡Porque lo fue!
Applejack se volvió se separar y ahora se dejó caer de espaldas en su cama, y se cubrió su rostro con ambas manos. Murmuró algunas cosas en voz baja, que no le fueron del todo claras a su compañera.
- ¿Y qué pasó después?
- ¿Después? – La Vaquera retiró sus manos y entonces centró su vista en el techo sobre ella. – Nada. Yo no sabía ni qué hacer, y me quedé congelada. Ella se separó, se puso de pie, se despidió y se fue, así como así.
- ¿Y no le dijiste nada?
- ¡¿Qué le iba a decir?! – Murmuró al volverse a sentar rápidamente en la cama. – ¡Ni siquiera entiendo que rayos fue lo que pasó! ¿Por... Porqué hizo eso?
Fluttershy, dudosa, se encogió de hombros.
- No lo sé. Tal vez es sólo un malentendido.
- ¿Cómo podría ser esto un malentendido? Ella me besó.
- Bueno... Quizás... Te quería dar un beso en la mejilla, y entonces te volteaste y te lo dio en los labios por accidente.
- ¿Rainbow Dash dándome un beso en la mejilla? Ja. – Hizo un gesto de risa incrédula. – Eso es ridículo.
- ¿Más que el que te diera un beso en los labios?
Apple Jack abrió la boca para decir algo, pero calló incluso antes de intentarlo. Sí, ciertamente hasta hace un par de horas atrás, ambas posibilidades hubieran parecido ridículas. Pero ahora no estaba segura de absolutamente nada, excepto de una cosa: no había sido un accidente. Lo había estado meditando durante largo tiempo, estando sentada bajo el árbol luego de que Rainbow Dash se fue. Estaban frente a frente, e intencionalmente ella se hizo hacia el frente y se dirigió directo a sus labios sin dudarlo. Se quedó pegada a ella por largo rato, y al separarse no negó nada ni intentó disculparse. Por más que lo pensaba e intentaba encontrarle alguna excusa o explicación posible, todo la llevaba a lo obvio: Rainbow Dash la había besado, no más, no menos.