16. El fantasma [Namjoon]

Los invitados de Yoongi pasaron dos días soleado en Ulsan, pero yo apenas los vi. La única razón por la que pasé por casa fue para que Sunny no se preocupara.

Por lo demas, mi existencia parecia mas propia de un espectro que de un vampiro. Merodeaba invisible entre las sombras, desde donde podia seguir al objeto de mi amor y mi obsesion, verlo y oirlo a traves de las mentes de los afortunados humanos que podin caminar junto a el bajo el sol. A veces, le rozaban la mano con la suya sin querer, pero ella nunca parecia reaccionar a ese contacto: la piel de los demas era tan calida como la suya.

El lunes por la mañana espie una conversacion que tenia el potencial e destruir mi confianza en mi mismo y de convertir en una tortura el tiempo que pasaba lejos de el. Sin embargo, termino alegrando el dia.

No me quedaba otro remedio que sentir un poco de respeto por Jackson Wang: era mas valiente de lo que yo habia dado por supuesto. No se habia contentado con rendirse y retirarse a lamerse las heridas, sino que tenia intencion de volver a intentarlo.

Jin llego bastante temprano al instituto. Al parecer, queria disfrutar del sol mientras durase, asi que se sento en uno de los bancos de las mesas de picnic a esperar que sonara la campana. Su cabello reflejaba el sol de formas diversas e inusitadas; resplandecia con unos destellos rojos que no me esperaba.

Alli, garabateando de nuevo, fue donde lo encontro Jackson, encantado con su buena suerte. Mientras tanto, yo no podia mas que observar, impotente, atrapado en las sombras del bosque por la brillante luz del sol. Era una agonia.

El lo saludo con entusiasmo; aquello lo puso euforico y a mi... lo opuesto.

¿Ves? Le gusto. No sonreiria asi si no le gustara. Seguro que quiere ir conmigo al baile. ¿Que habra en Seattle que sea tan importante?

El chico reparo en el cambio de su cabello.

— No me habia dado cuenta antes de que tu pelo tiene reflejos rojos.

Le tomo un mechon con los dedos y arranque sin querer el joven abeto sobre el que descansaba mi mano.

 So—lo al sol —respondio Jin.

Para mi profunda satisfaccion, se aparto un poco cuando Jackson dejo el mechon y trato de acariciar su cabeza. Jackson tardo un minuto en aunar el coraje necesario e hizo tiempo con una conversacion trivial. Jin le recordo que tenian que entregar un trabajo el miercoles. A juzgar por la exprecion lugeramente petulante de su rostro, Jin ya lo habia terminado. En cambio, a el se le habia olvidado por completo, lo que disminuia en gran medida su tiempo libre.

Por fin fue al grano mientras yo apretaba los dientes con tanta fuerza que habria sido capaz de pulverizar granito—, pero ni siquiera entonces fue capaz de preguntarselo directamente.

— Te iba a preguntar si querias salir.

— Ah —respondio Jin.

Se produje un breve silencio.

¿Ah? ¿Y eso que quiere decir? ¿Me va a decir que si? Un momento... Creo que en realidad no se lo he preguntado.

Jackson trago saliva.

— Bueno, podriamos ir a cenar o algo asi... Puedo trabajar mas tarde. 

Seras estupido... Eso tampoco es una pregunta.

— Jackson...

Me golpeo una oleada de celos agonicos y furiosos tan poderosa como la semana anterior. Senti la necesidad de de cruzar hasta donde estaban a toda prisa, a una velocidad superior a la que es capaz de registrar el ojo humano, y llevarmelo, apartarlo de aquel chico al que, en aquel momento, odiaba tanto que lo podria haber matado sin una razon mas alla de mi propio disfrute.

¿Aceptaria salir con el?

— Creo que no es una buena idea.

Volvi a respirar. Mi cuerpo rigido se relajo.

Resulta que lo de Seoul era solo una excusa, despues de todo. No deberia haberselo pedido. ¿En que estaba pensando? Seguro que es por ese bicho raro de Jung.}

— ¿Por qué? —pregunto el con resentimiento.

— Creo... —vacilo—. Y te voy a dar una buena tunda sin remordimiento alguno como repitas una sola palabra de lo que voy a decir. —Oir una amenaza en boca de Jin me hizo reir en voz alta. Un arrendajo grazno, sobresaltado y se alejo de mi a toda prisa—. Pero creo que eso heriria los sentimientos de Mark.

— ¿Mark?

¿Qué dice? Pero… Ah. Ya. Supongo que… Vaya.

Sus pensamientos habían perdido toda coherencia.

— De verdad, Jackson, ¿estás ciego?

Estaba de acuerdo con Jin. No debería esperar que todo el mundo fuese igual de intuitivo que el, pero en este caso era más que evidente. A Jackson le había costado muchísimo atreverse a preguntarle a Jin si quería salir con él, pero ¿acaso había imaginado que a Mark le había resultado igual de difícil? Debía de ser su egoísmo lo que lo cegaba respecto a los demás. Jin, en cambio, era tan poco egoísta que lo veía todo.

Mark. Vaya. Guau. Vaya…

— Vaya —balbució.

Jin aprovechó su confusión para marcharse.

— Es hora de entrar en clase, y no puedo llegar tarde.

A partir de entonces, Jackson se convirtió en un punto de vista poco fiable. A medida que le daba vueltas al asunto de Mark, fue descubriendo que no le desagradaba la idea de resultarle atractivo al chico. Para él era un segundo plato; habría preferido que fuese Jin quien se sintiera así.

Bueno, es guapo, supongo. De cuerpo no está mal, tiene mejor cuerpo que Jin. Mejor pájaro en mano…

Y se marchó, perdiéndose en nuevas fantasías, tan vulgares como las que protagonizaba Jin, solo que estas solo me irritaban, no me enfurecían. No se merecía a ninguno de los dos chicos, para él eran casi intercambiables. Después de aquello, me mantuve alejado de su mente.

Cuando ya no lograba ver a Jin, me acurruqué contra el tronco fresco de un enorme madroño y dancé de mente en mente para no perderlo de vista. Siempre era un placer poder verlo a través de los ojos de BamBam. Ojalá hubiera alguna forma de darle las gracias a ese chico, solo por ser una persona amable. Pensar que Jin tenía un amigo que merecía la pena me hacía sentir mejor.