Criada Entre Reyes

Capítulo 4

-Oh, la niñera, Su Alteza, le espere por mucho tiempo, ¿por qué no apareció nunca?, fue muy descortés.

-Mary, como sabrás estoy muy ocupado, no he tenido tiempo para visitarte, tendré que pedirte que llames a mi secretario, deben estar de acuerdo para saber cuándo pueda ir a visitarte, estaré esperando ese momento pero ahora debo resolver algunos problemas, retírate por favor.

-sí, estaré esperando poder vernos, Alteza.-se despidió, con una reverencia, era una chica muy linda, era rubia, ojos azules, se notaba que era francesa en sus facciones, y acento, era bastante calculadora, por lo que pudo percibir, Sophire, sus ojos la delataban, solo esperaba que no le causara problemas en el futuro, estaba acostumbrada a los celos, muchas los experimentaron por ella, y se lo hicieron saber, de malos modos, los celos eran malos sentimientos.

-pobre chica, se repondrá rápido, pero lo perseguirá por un tiempo, se ve que no es tonta, quería matarme con la mirada, pero no ha dicho nada incorrecto, ¿le dirá pronto que ya no quieres verla más?, lo sé, por como la miro.

-sorprendente, pero cierto, Mary es una buena chica bastante astuta, llevamos casi un año juntos, y no he encontrado la forma de dejarla sin lastimarla, no me molesta, no me reclama, siempre está pendiente de mí, nunca está enfadada, la mujer perfecta, pero en toda sus actuación hay trampas, no se queja de que no esté con ella, pero siempre logra que termine fijando una fecha para verla, la he alejado cada vez más, pero se las arregla para que no sea definitivo, y no puedo hacerle daño, porque aunque se acercó a mí por dinero, me consoló, cuando mi esposa murió, y luego se metió en mi cama, desde entonces, no encuentro manera de sacarla de allí, ¿patético no crees?.

-la verdad no me lo parece, estaba solo, tenía una Nación, unas hijas, todo un pueblo que dirigir, proteger, consolar a su familia, y seguramente no pudo sentir dolor por su muerto lo cual debió preocuparlo, y atormentarlo, después de todo fue un matrimonio arreglado, se sentía culpable por no amarla, estaba inestable psicológicamente y ella lo aprovecho, es una buena táctica, pero ahora ya se recuperó, no la necesita, ya recupero su serenidad, pero es prudente dejarla poco a poco, si no quiere lastimarla, ella se dará cuenta de su rechazo, hasta que lo acepte poco a poco.

-¿cómo sabia de mi matrimonio?, olvídelo estoy seguro que usted se habrá enterado incluso primero que yo de mi boda, creo que me siento tan libre con usted, por que comprende mi situación lo que nadie hace, normalmente soy muy cuidadoso de lo que digo, pero con usted hablo sin pensar.

-no se preocupe conmigo estará siempre seguro sus secretos no se preocupe, nunca lo lastimaría, después de todo le debo mucho, gracias a usted estoy segura, ha pasado poco pero mi estancia ha sido muy agradable, estoy particularmente cómoda, así que cuidado, no vaya a ser que tome enserio las palabras de Amina, y decida conquistarlo.-finalizó coqueta, aunque estaba aguantándose la risa, aunque al final estallo en sonoras carcajadas, al ver la cara de Kardal.

-es, eres incorregible, vamos ordenare que cambian a tu doncella, puede que la próxima vez diga que soy yo quien te quiere atrapar, no sea que pase, que estés alerta y no pueda retenerte, aunque el secuestro no va conmigo.

-es mejor que vayas solo, se me ha hecho tarde las niñas ya deben esta despiertas, debo empezar bien con ellas, así tendremos una buena relación, con su permiso, me retiro.

-piensa en casarte conmigo, si aceptas, puedes decirles que te llamen mamá de una vez.-comenta sonriente.

-cuidado puede que lo haga, Alteza.-termina de hablar, y se ríe, definitivamente serian buenos amigos.

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Las niñas se despertaron de muy mal humor, y Sophire, vio lo que llevaba años sin ver, un berrinche real, los niños acostumbraban a ser impacientes y los de la realeza a los cuales se les cumplía sus caprichos, eran peores, las niñas querían desayunar golosinas, las otras niñeras trataban de convencerlas de que no podían con todo tipo de formas, pero las niñas, no querían escuchar eran princesas, lo que querían se hacía, no había términos medios, y así lo hicieron saber con su limitado lexicó, exigiendo sus dulces de desayuno, observaba a las otras niñeras y criadas asustadas por un par de niñas de adorables colores, ambas eran hermosas, jovenes explendidas y bien cuidadas, aunque algo pasadas de peso, sus regordetas mejillas sonrosadas, ambas eran iguales, la unica cosa que las diferenciaba era sus vestidos, uno mas claro que el otro, ambos rosas, sentia su descontento, respido hondo y se hacerco, no le serviria de nada esperar, llevo a las niñas a el baño, las entretuvo con burbujas, recodardaba bien Alexio las adoraba, las niñas se calmarón un poco despues de tranquilizarlas, ordeno al chef preparar bentos infantiles de desayuno, era algo que aprendio de su madre, los japoneses disfrutaban del arte en la comidad, realizaban divertidas formas con la comida, pronto llegaron dos bentos identicos, salchichas en forma de pulpo, huevos en forma de corazón, pan tostado con mantequilla en forma de estrellas, beicon rizado, panesillos en forma de flor de loto, las niñas chicharon sorprendidas, con curiosidad se acercarón, al final se comierón todo, incluso la fruta cortada en diferentes formas de animales, olvidando los dulces, cuando desayunarón fue que Sophiere se presento, sin envargo el tiempo era corto, asi que las niñas se despidierón mientras las llevaban a tomar sus clases, que de hecho estaban atrasadas.



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En el texto hay: misterios, pasión, romance

Editado: 06.01.2020

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