Águila estaba muy molesta, todo lo que había sucedido le resultaba muy confuso, no entendía la mayoría de las cosas que habían pasado, cada vez que pensaba en búho, sentía en su interior mucho dolor y al mismo tiempo una alegría extraña.
-ninguno de los dos puede ayudarme- pensó águila refiriéndose al par de delincuentes que hasta ahora la habían acompañado, águila se encontraba parada en medio del enorme pasillo que llevaba a la casa de cristal, con los emplumados puños cerrados y la mirada más dura que había tenido en su vida.
Quería arrojarse a la cima de las montañas, pero sabía que hacerlo así, tan de repente, era un mero suicidio, -¡como quisiera ser igual de fuerte que el gato café!-.
El gato, por su parte, saltaba cual tonto alrededor de águila, tratando de agarrar una rata enorme.
El coraje de águila, creció demasiado, a tal punto, que la lágrima eterna reacciono, cubriéndola con un fuego azul, que ella, sumergida en sus ideas, no vio.
En ese momento, mientras gato café miraba sorprendido al ave iluminada, Lily Freaklands y el cazador bajaban por uno de los elevadores de madera.
Lily abrió los ojos con sorpresa, rápidamente corrió hacia águila y la golpeo en la cabeza con su palma abierta, esta volteo, furiosa, abriendo su pico y con los ojos rojos por la sangre de su odio, trato de morder a Lily, pero gato café salto justo a tiempo parar evitarlo, mientras el pomo de un cuchillo golpeaba el pico de águila haciéndola reaccionar.
-¡quieta niña! todos estamos cansados- dijo el cazador, que había lanzado el cuchillo.
Águila, dándose cuenta de lo que había hecho, miro sus palmas como si no se reconociera y saco la esfera, la cual miro Lily Freaklands con gran interés, -¿acaso esa es la llave?- pregunto ella acercándose un poco al verla arder en manos del ave, -no, esto es la lagrima eterna- respondió águila muy seria, sin mirarla.
-¡¿de dónde la sacaste?!- pregunto Lily, apuntándole a águila con su arma, -ya me está hartando que nos apunte por cualquier cosa, ¡baje eso!, yo soy la guardiana del templo donde la lagrima reposaba en paz-.
Lily Freaklands bajo su arma y se sentó en el suelo junto a gato café que en ese momento desaparecía la cola de una rata en su hocico, como si fuera un espagueti.
El cazador observo con interés, su instinto le decía que era mejor no abrir la boca hasta ver qué pasaba.
-¡esa maldita cosa, era lo que buscaban esos cuervos!, puede abrir la puerta a la realidad, nuestro mundo puede ser destruido- dijo Lily Freaklands poniéndose sus palmas en las sienes, -¿a qué te refieres con nuestro mundo?, ¿te refieres a fronteras?- pregunto gato café –no- dijo Lily –me refiero al mundo humano- levanto su rifle y le disparo a quema ropa a águila tan rápido, que ni el cazador ni gato café pudieron evitarlo, los dos amigos enfadados, golpearon a Lily casi en el mismo momento en que águila volaba hacia atrás empujada por el poderoso impacto.
El cazador arrojo a lo lejos el arma de Lily y tomándola por el cuello le grito. -¡¿Por qué hiciste eso?! ¡No somos tus enemigos!- gato café, por su parte, corrió hacia águila tan rápido, que logro sostenerla antes de que tocara el piso y reviso la gravedad de la herida.
-¡jamás deben llevar la lagrima eterna a la primera frontera!, ¡nunca debe llegar!- repetía Lily Freaklands a punto de ser ahorcada por la poderosa mano del cazador, en sus ojos no había temor, como si el morir para ella, fuera algo familiar.
-¡déjala!, águila está viva- grito gato café, el cazador soltó a Lily y corrió a ver a águila, sus ropas tenían un enorme agujero en el abdomen y sus plumas estaban quemadas, pero la bala que disparó el arma, se había aplastado contra su piel como si hubiera chocado con una pared de diamante, águila, fuera del susto no recibió daño.
-¡pero cómo!- grito Lily Freaklands, al ver a águila de pie, tambaleante pero viva, al mirar que no había soltado la lagrima eterna y entender que esta la protegía, se abalanzo hacia águila con un cuchillo que había sacado de su cinturón momentos antes.
El cazador le dio un golpe con la palma abierta en la cara y Lily Freaklands cayó al suelo, por fin vencida.
-no saben lo que eso puede hacer, puede destruirlo todo- dijo Lily sin poderse poner de pie, -¡yo voy a salvar a mi búho!- dijo águila muy segura, -yo prometí ayudarla- dijo el cazador tranquilo, gato café al no decir nada fue visto con severidad por el cazador y águila.
-¿Qué? Yo no tengo nada mejor que hacer- dijo por fin.
Y los tres se fueron caminando a la cima de la montaña.
Lily Freaklands lloraba, tumbada sobre sus rodillas, ponía sus manos en el suelo, pues se sentía derrotada, lo único que ella deseaba era proteger su hogar, que estaba completamente destrozado y ahora había fallado también en proteger la entrada hacia el mundo que los humanos llaman “real”.
Muy enojada, corrió hacia su rifle y levantándolo, siguió a los tres amigos, -voy a salvar esta selva, se lo prometí-, se decía llorando fuertemente.