CRONICAS DE LA ARENA
CAPITULO 16.
Baki se contenía de salir corriendo a ayudar a los afectados, Kankurō le había encargado proteger al Señor Feudal, a pesar de que este tenía sus propios guardaespaldas. Este último, por su parte, se mordía las uñas del miedo, ya que nunca había experimentado un ataque bélico desde tan cerca, se podía apreciar el miedo en sus ojos, a pesar de que sus sirvientes intentaban calmarlo.
―Espero que el Kazekage y sus hermanos se encuentren en buenas circunstancias ―murmuro para sí, el rostro vendado―. Incluso Rasa mantenía un perfil alejado cuando se trataba de los Taiyō, ese clan guarda muchos secretos…
Lejos de ahí, pero aun dentro de la Aldea, Niashi, Shun y Shikamaru, junto con un grupo de ninjas especializados en sellados, habían logrado capturar al último clon que les faltaba.
Una quinta parte de la Aldea había quedado casi en ruinas debido a los ataques de estos, aun habían bolas gigantes de fuego y piedra ardiendo entre medio de las ruinas.
Algo que tomó por sorpresa a los afectados y ninjas presentes del lugar, es que, los del Clan Taiyō aparecieron en numerosos equipos de a tres; si bien su dominio también se había visto afectado por el ataque de los clones, se habían reorganizado para ayudar con la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros y atención de los heridos.
Niashi presintió algo detrás de todo esto. Los Taiyō eran los mejores trabajando en equipo, eran igual de imponentes e invasivos como una letal anaconda, mas al igual que esta, necesitaban de un líder diligente que los guiase como cabeza. Daena no estaba presente ¿Dónde demonios se encontraba?
―Ahora que tenemos todo controlado por acá, lo ideal sería ir a prestar nuestra ayuda a Temari, Kankurō y el Kazekage ―expresó Shikamaru, notando la aflicción en el rostro de jNiashi―. La Taiyō fugitiva con la que se enfrentan, tiene un dojutsu bastante extraño…
― ¿”La fugitiva”? ¿Quieres decir que todo esto fue originado por una mujer? ¿Sabes quién es? ―pregunto con preocupación Niashi, temiendo saber de quien hablaba el Nara.
―Ha, una mujer bonita de más o menos mi edad, de tu mismo clan ―respondió Shikamaru con seriedad― escapo con su hermano menor inconsciente. Creo que se llama Anngelius…
Tanto Shun como Niashi palidecieron ante tales palabras, todo ese caos y destrucción que tenían frente a sus ojos, había sido causado por quien antes fue una hermana menor para ellos. Aunque no podían quejarse mucho al respecto, hace un par de años que ellos se habían distanciado, ahora solo eran tres desconocidos con un pasado en común.
Shun se quebró emocionalmente, se llevó una mano a la boca, mientras evitaba que las lágrimas saliesen de sus ojos. Ella sabía de la situación actual por la que pasaba Ann, pero jamás pensó que esta sería tan grave, al grado de que esta se volviese una renegada o traidora.
―No… ¿Porque está sucediendo esto? Anni-chan… ―fue lo único que logro articular la mujer castaña, con su resquebrajada voz.
Shikamaru observo la reacción de Shun, desviando su mirada a su compañero, quien se notaba igual de impactado pero con más compostura.
― ¿Anngelius-sama es conocida vuestra? ―inquirió este último.
―Éramos compañeros de equipo, hace un par de años atrás ―respondió el rubio Taiyō, bajando su mirada al suelo con cierta tristeza.
―Ya veo, pero ella es mucho más joven que ustedes ¿no? ―señalo Shikamaru con intriga, dando rienda suelta a su mente de investigador.
Pero Niashi se dio cuenta de ello, no estaba dispuesto a revelar información a un subordinado de Konoha, esto no era algo que debiese incumbirle.
―No estoy obligado a responder a sus curiosidades, si tiene alguna queja, hágala saber a nuestro Kazekage, después de que todo esto pase ―respondió con tenacidad Niashi, para luego acercarse a Shun y tratar de estabilizarla emocionalmente.
El Nara soltó una sonrisa por lo bajo, mientras desviaba su mirada hacia sus alrededores. Vio que lo mejor sería no insistir.
―Shun, escucha ―la tomo por los brazos―, no sabemos exactamente por qué Anngelius llego a estos extremos, no podemos decaer en este momento, tenemos que ayudarla, estoy seguro que esto se puede resarcir ―objeto con seguridad el Taiyō.
La castaña suspiro hondo, mientras aceptaba las palabras de su compañero.
―Entonces ¿Qué haremos ahora? ―pregunto.
―Iremos hacia donde se encuentran ellos. Aparecieron del lado Sur de la aldea, estoy seguro que si buscamos pistas ahí, podremos dar con su paradero ―reafirmo Niashi.
Ambos ninjas asintieron con las cabezas, estaban a punto de marcharse, pero Shikamaru los detuvo.
―Comprendo que quieran ayudar a su amiga, pero no veo que sea conveniente que vayan solo vosotros dos ―objeto el Nara―, lo eficiente en una misión es el trabajo en equipo, ustedes solo son dos…
―No tenemos tiempo para estar buscando un tercero ―lo interrumpió Niashi, un tanto molesto.
―No será necesario buscar, yo soy el tercer integrante que necesitan, además, también pienso dirigirme hacia ese lugar donde se encuentran Temari y sus hermanos. Yo puedo serles bien útil, llévenme con ustedes ―expreso Shikamaru con confianza.
Editado: 19.01.2020