Crónicas de la Arena: El Kazekage, El Clan y El Misterio.

CAPITULO 27

CRONICAS DE LA ARENA

 

 

CAPITULO 27

 

 

Las dos presencias caminaban de forma calmada por aquel extenso y vacío pasillo subterráneo, alumbrado a duras penas con pequeñas antorchas flameantes.

― Siéndole sincero, aún estoy asimilando todo lo que me ha informado, me siento anonadado, nunca lo sospeche ―dijo Kabuto, mientras acomodaba sus lentes con su dedo índice―. Incluso olvide completamente el objetivo de mi visita ―señaló.

Orochimaru, quien caminaba a centímetros delante de este, tenía cruzada sus manos hacia atrás, de una forma elegante, con su extenso pelo negro, recogido levemente con un Kanzashi (accesorio base, del peinado tradicional japonés) el cual era una pequeña varilla que en su extremo libre tenia pegada una hermosa ave dorada.

― Y bien ¿Cuál es ese asunto que quieres decirme? Si has venido a buscarme hasta aquí, ha de ser muy importante, por lo menos para ti ―articulo el viperino, mientras lo miraba con una expresión seria y de reojo.

Kabuto no respondió al instante, y el silencio se mantuvo por varios minutos, mientras seguían caminando por aquellos parajes de la guarida.

― Orochimaru-sama… yo he estado contactándome con Konoha, por asuntos personales ―empezó diciendo el cenizo―. Después de lo que viví en la última guerra, me he replanteado la forma en la que he estado usando mi existencia… ―se entrecorto por unos segundos―… he recordado muchas cosas que había dado por olvidadas. Me he dado cuenta que he sido un ingrato con aquella tierra que me acogió y brindo un hogar, aun sabiendo que era un huérfano de otra aldea... En fin, me he decidido que, devolveré todo eso y con creces, sirviendo en Konoha…

Orochimaru se detuvo al escuchar eso último, quedando un par de metros detrás del cuatro ojos.

― No lo comprendo, Kabuto ¿No que odiabas estar al mando de alguien como los Kages? Ser parte de las fuerzas militares de una aldea, exige una gran dedicación, y no te será fácil, mas con el pasado que muchos conocen de ti ―indico su pálido anfitrión, con un aire leve de asombro.

―Hum, soy consciente de que no se me será fácil adaptarme a estas nuevas circunstancias ―objeto el cenizo―, pero, no seré parte de la fuerza activa de Konoha ―aclaro, deteniéndose también―, mi petición, de la cual, recién fui informado, de que fue aprobada, es que se me otorgue el puesto de ayudante en el orfanato de este mismo. Solo ha pasado dos años, desde que la guerra terminó, pero los vestigios de esta, siguen dejando secuelas en el mundo, muchos niños perdieron a ambos padres en el campo de batalla, y ahora están en custodia de la parte administrativa del sexto Hokage, Kakashi. Oí rumores de que hacía falta personal en este sector y me anime a enviar una solicitud, la paga no es tan buena, pero creo que me bastara para tener un retiro tranquilo cuando envejezca…

El sannin no pudo evitar mirarlo con gracia, había empezado con energía y confianza en su voz, pero termino con un tono tímido. Se dio cuenta que, no había notado lo joven y sentimental que era su fiel espía, más cuando hablaba de sus ideales propios.

― Así que has venido a avisarme que me abandonas ―articulo este con tranquilidad, volviendo a andar, para ser secundado por el cenizo―. Bueno, supongo que esta vida en la oscuridad y soledad no es para todos… Te agradecería por todos estos años de lealtad, pero lo arruinaste todo, traicionándome…

― No lo he traicionado ―reclamo Kabuto―, ya le explique que tuve que absorberlo en ese entonces, para no perder su esencia genética, usted nunca quiso enseñarme sus jutsus principales y mis opciones eran limitadas, al final, lo traje de vuelta a la vida, ¿no?

― Mmm… te recuerdo que al estar en tu cuerpo, pude ver hasta tus más profundos pensamientos, me mantuviste con vida para asegurar tu supervivencia ―enuncio de forma directa el sannin, con tono burlesco―, siempre has actuado a tu convenir. Al final, fue Sasuke-kun quien me invocó desde el más allá.

Unas gotas de sudor aparecieron en el rostro del cenizo, no tenía argumento contra eso.

― ¿Y cuándo partirás hacia Konoha? ―inquirió el serpentino―. Tengo un último trabajo que darte…

―No quiero sonar grosero Orochimaru-sama, pero… ―lo interrumpió el de los lentes―, se supone que tenía que estar en Konoha, hace dos semanas atrás. Tuve que en enviar un águila mensajera a mis futuros superiores, para que me diesen una prorroga en mi presentación.

―Ya, supongo que no hay más remedio,  tendré que buscarla yo mismo ―expreso Orochimaru―. Ahora que esta retirada, me será un reto dar con ella.

― No me diga que ¿está pensando encontrarse con su ex-amante? ―preguntó de forma intranquila―. O tal vez…

― He decidido visitar a mi vieja compañera de equipo ―dijo con un tono un tanto nostálgico, el pálido longevo―. ¿Sera que sabes dónde puedo encontrarla?

― Yo sé dónde se encuentran todos, siempre y cuando sean importantes ―manifestó con orgullo el cenizo―. Tsunade-sama se encuentra en un balneario de aguas termales, al este de Konoha, a una longitud de más o menos 50 Km, según su reservación en aquel lugar, se hospedara ahí hasta finales de mes, para volver a Konoha, ya que tengo entendido que no esta retirada del todo y sirve como soporte diplomático, para el Sexto Hokage, viajando a otros países como representante.



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En el texto hay: comedia, drama, accion con poderes

Editado: 19.01.2020

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