Crónicas de un soñador Ill

Tren

 

Tenía su mejilla recargada en su mano y el codo en la rodilla; miraba la hora esperando que llegara su tren. Recibió una llamada, le dieron instrucciones claras de ir a otra ciudad y no tenía otra opción. Horas atrás la siguieron unos sujetos en un coche color gris. Caminaba por la calle esperando a Rhys, sin embargo los desconocidos llegaron primero, sintió alerta al verlos y empezó a correr, sonaron disparos a su espalda; el líquido tibio brotó en su hombro derecho.

No se detuvo aunque el dolor comenzó a ser insoportable, lloró. Sí Rhys no llegaba iba a morir…

***

El sonido del tren la despertó, se alteró al percatarse que había sido un sueño, su hombro estaba bien y Rhys nunca hubiera dejado que alguien más se adelantará. Subió al tren con su ligero equipaje esperando que fuera suficiente; al mirar de izquierda a derecha, encontró un asiento libre, caminó por el pasillo tomándose por el pasamano y se sentó. Dio un suspiro, viró la cabeza y allí estaba Rhys a frente a ella, en unos asientos más, mirándola.

—¡Tú o deberías de estar aquí! —, gritó. —¡No debes ir allí!

—Pensé que lo vería a él y no a ti —, bufó.

Rhys por otro lado, se levantó deslizándose por el pasamano.

—No lo hagas…no vayas.

—¿Por qué dices eso? Estamos juntos en esto ¿No? —Preguntó tajante.

—No —, negó Rhys. —Ahora no seremos del mismo bando. —Apretó los dientes. —¡Maldición! ¡Esto no debía pasar! ¡No vayas, Lyla! ¡Baja ya! ¡Vete de aquí!

—No… —Sin esperarlo, el peli ondulado le dio una bofetada.

—Vas agradecérmelo después…. —Su rostro se endureció y paró el tren activando el freno de emergencia.

Rhys temblaba, tomó su valija y desapareció de su vista cuando bajó del vagón. Las personas que iban allí, alteradas también bajaron del tren; ellos iban a estar en aprietos, lo sabía porque al bajar, iban a ser la carnada de lo que ahora Rhys estaba matando con esmero.

De su mejilla empezó a fluir un hilillo de sangre. El mayor le había provocado un rasguño con un anillo. Resignada, descendió del tren. Fue precavida mirando el andén y miró a un hombre caminar a ella, se trataba de Ilya.

—Aram me engañó. —Afirmó decepcionada.

El mayor sonrió torciendo los labios, le tendió el brazo  y la rodeo por los hombros para comenzar andar.

—Tienes razón—, comentó. —Sí no lo hacía nunca, no ibas a venir.

—Rhys detuvo el tren… —Alegó limpiándose la sangre. —Se llama traición.

 



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En el texto hay: vampiros, zombies, aventuras

Editado: 14.04.2018

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