Rescate

Morgan lideraba la búsqueda; ser un niñato de 3 años en aquel mundo, no le impedía nada. Su inocencia e inteligencia convenció a los conocidos de Lyla…no había dado detalles de lo que hacían en aquel hospital.

Querido lector, si recuerdas el día que Corín fue por Lyla en el hospital…es el mismo pero esta vez, Corín y Lyla yacen tras sus puertas atrapados en alguna habitación. La razón aun es desconocida; sin embargo el motivo por el que Morgan se enteró que su hermana y su niñero estaban atrapados es más fácil de explicar.

***

Mientras el pequeño dormía, el alma desprendida de Lyla le aviso…mas no era la misma chica común y corriente que él suele ver. La pelinegra de ojos rojos empezó a jugar con él en su habitación y no hablaron mucho.

—Lyla—, habló Morgan mientras le daba un cochecito. —¿Dónde estás?

—Me atraparon—, contestó.

—¿Por qué? —Morgan se levantó e hizo un puchero.

—Fue alguien malo…—Alegó. —Tienen que buscarme, muero de hambre.

—Sí—, afirmó Morgan frunciendo todo su rostro. —Voy a decirle a Terry.

—Gracias…te veo luego Morgan. Cuídate.

***

—¿Cómo es que están aquí? —Preguntó la mayor al ver a Morgan en los brazos de Terry.

—Te vine a buscar Lyla. Terry y yo—el pequeño sonrió victorioso. —¿Y Corín?

—Vamos a buscarlo—, interrumpió Terry.

Después de encontrar la habitación dónde estaba Corín, la alerta se dio en todo el lugar. El sonido de la alarma aturdía a todos, pero no impidió que huyeran. Terry sacó de la mochila que llevaba Morgan una granada que aventó mientras bajaban las escaleras, luego pasó a Morgan a los brazos de Corín que lo cubrió de la explosión.

Al escuchar el zumbido en sus oídos, Terry hizo la señal para seguir adelante. Lyla le habló pero su hermano no pudo escucharla, sólo leía sus labios.

—¡No vuelvas a traer a Morgan contigo!

—¡Pues no le digas dónde estás!

—¡Yo no fui!

—Ja…nos esperan afuera. —Al abrir la puerta, la luz del día cegó a Lyla.