Crónicas del Portador del Tecno Tiempo (i): Krei Lumon

Ĉapitro ses

Noelia caminaba a buen ritmo unos pasos por delante.

El arcén de la carretera era poco más que una continuación del asfalto a modo de angosto sendero. A Hugo le costaba seguir el ritmo de la chica y se obligaba a mirar dónde ponía los pies a cada paso, pues su mareo y extremo cansancio le hacían temer que de un momento a otro pudiera hacer que perdiera el equilibrio y cayera sobre la masa de espinos que se extendía a su derecha. Se sentía así desde que salieron del pueblo, por la salida norte, aunque antes de eso había empezado a notar algunos síntomas.

Noelia llevaba su móvil en su mano derecha. Lo consultaba de vez en cuando, esperando que cargaran las páginas y los perfiles de las redes. Cada vez que conseguía ver una nueva noticia la comentaba con Hugo.

—Hay una chaval en Twitter que ha colgado un vídeo. Qué pena que vaya tan lento y no pueda reproducirlo —gritó con intención de que Hugo le escuchara bien, varios metros por detrás.

El viento lento y pesado le traía el sonido con exagerado retardo.

—En los comentarios la gente dice que en algunos barrios de Madrid y Barcelona ha habido disturbios. Esta noche hubo saqueos de tiendas y hay fotos que la gente envía desde su balcón que muestran auténticas batallas de hechizos. ¡#KreiLumon es trending topic mundial!

—La cosa está peor que cuando yo lo miré —dijo Hugo, pero la debilidad con la que brotó su voz le hizo dudar si ella le habría oído.

—En el resto del mundo, donde peor está la situación es en Rusia. Parece que un grupo de terroristas tienen al Presidente retenido en el Kremlim. De USA he leído poco, pero en México hay imágenes de Distrito Federal que te ponen la piel de gallina.

Más allá de la delgada figura de Noelia, Hugo empezó a ver como se recortaba sobre el horizonte la silueta de una verja rodeando una amplia finca poblada de olivos. Poco después se empezó a apreciar en medio de la parcela una casa rodeada de una zona pavimentada flanqueada por otros árboles, quizá naranjos.

Noelia se detuvo. Esperó que llegara hasta ella, con gesto de inquietud.

A Hugo le costaba cada vez más respirar. En un par de ocasiones le había dicho a la chica que se detuviesen, con la excusa de la falta de sueño y el calor.

—Me preocupas —dijo ella.

—Tu tampoco tienes buen aspecto.

—No me encuentro bien, pero tú pareces un muerto viviente, chaval. Tendrías que verte.

Le ofreció lo poco que quedaba de agua y Hugo la terminó con avidez. Luego tosió y estuvo a punto de vomitar.

—Puede que el calor no nos esté sentando bien pero en tu caso, sigues herido, y eso puede estar afectando a tu estado. Veamos esa venda.

Como pudo, y con los escasos útiles que les quedaban ya que no habían podido saquear una farmacia como ya hicieran con el super, le cambió la venda de la herida de la cabeza.

—No tiene mal aspecto, ni parece estar infectada —le puso los labios en la zona de la frente que no cubría la nueva venda—. Tampoco tienes fiebre. O al menos, no mucha.

—Entremos en esa finca.

Noelia iba a responder algo, pero el ralentizado sonido de notificaciones de los móviles de ambos sonó casi al unísono.

***

No uséis Ŝanĝi Tempon a tanta potencia insensatos ¡Por vuestra salud! Os espero en el lugar indicado. Allí estaremos a SALVO.

—El hijo de la grandísima —dijo Noelia, apretando los dientes.

Hugo había recibido en su móvil el mismo SMS procedente de Narciso.

La chica respondió al mensaje con una llamada y comenzó a caminar en círculos por el solitario asfalto mientras esperaba.

—No te atenderá —dijo Hugo—. Aparte de lo desesperante que supone esperar a que la red establezca el contacto. Y en caso de que te lo cogiese no creo que fuese sencillo comunicarse por voz con él. Ninguno de los dos os entenderíais.

—¿Cuántas veces has intentado hablar con él desde el día de la playa?

—He perdido la cuenta. Supongo que igual que tú.

Noelia colgó y pareció escribir algo en su teléfono. Probablemente le respondía con otro mensaje de texto.

Hugo pensó que era la mejor opción, ahora que Narciso se había animado a usar ese medio y daba señales de vida. No obstante también había probado horas atrás esa forma, sin éxito alguno. Era una buena noticia saber de él, aunque le sorprendía, y en parte le preocupaba, que hubiera detectado el uso del hechizo. Sin embargo su mensaje significaba que el plan seguía en pie y que no se dirigían a ninguna parte y sin ningún motivo, como ya había comenzado a pensar en alguna ocasión ante la ausencia de contacto con Narciso. Pero ahora, esto no le elevaba mucho el ánimo. Se encontraba demasiado mal.

—No puedo seguir mucho tiempo más así. Entremos en esa finca —dijo.

Noelia apartó su atención del móvil y se volvió hacia él. Guardó silencio durante unos minutos.

—Vamos —dijo al fin— que este sea un cabrón no quiere decir que no tenga razón. Tu hechizo no nos está sentando bien.

Sujetó del brazo a Hugo, que agradeció su ayuda y continuó caminando volcando un poco el peso en la chica.

—Puede ser el aire.

—¿Qué?

—Que el aire a esta velocidad temporal es irrespirable —aclaró Noelia—. Ten en cuenta que los gases tienen ese estado debido a la velocidad de las moléculas que lo forman. No sé cuánto puede influir que esa velocidad se reduzca al cinco por ciento, pero está claro que respiramos un fluído un dos mil por ciento más pesado.

Hugo dudó.

—Pero habría sido irrespirable desde el principio —dijo.

Ella no respondió. Le instó a apretar el paso y acortar el tiempo que les quedaba para alcanzar la entrada de la parcela.

Un camino de tierra se desviaba hacia la derecha de la carretera. Lo siguieron durante unos cien metros. La hierba crecía solo por aquellas zonas que no habían sido ultrajadas por los neumáticos de los coches que habitualmente entraban y salían de aquel lugar. Llegaron hasta una cancela que no impedía el paso peatonal. La bordearon y entraron en el patio que antecedía a una casa de aspecto rural. A la izquierda había dos coches aparcados, un Renault 19 bastante antiguo y un Seat de siete plazas cuyo modelo Hugo no supo identificar pero bastante más moderno.



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En el texto hay: ciencia ficcion, tecnologia, suspense

Editado: 29.06.2020

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