Hasta donde la vista alcanza a ver… un mar de arena hirviente que, por el mismo calor, hace mucho que debería ser de vidrio. Una vista que me resulta encantadora por alguna razón. Rápidamente la vista cambia… ahí está el continente americano. Inician mis propios juegos. Me gusta tratar de recordar, conforme veo el mundo bajo mi ventana girar, el nombre y la capital de cada país, el nombre de las regiones, las comidas típicas.
Hace cinco años, de la nada, mientras hacíamos nuestro trabajo y le dábamos los últimos toques a este lugar… una gran cantidad de explosiones llenó mi visión y por un tiempo breve, alrededor de 72 horas, todo se cubrió con una nube de color rojizo… incluso los polos. Mi actual hogar perdió algo más que sólo su órbita y trayectoria, perdimos la plena esperanza de volver a casa desde seta base espacial.
De inicio y por razones técnicas, la tripulación se hallaba muy reducida, la plataforma orbital “Damocles” en su nombre militar confidencial, “El Arcángel” en su nombre comercial oficial, estaba diseñada para que, al entrar en operaciones, albergara a 25 elementos -soldados- para el manejo de todas las operaciones, con sustento -agua y comida- para un año entero, esto sin la molestia o necesidad de abastecerse nuevamente desde la base en tierra. Una base militar que entraría en operaciones en caso de ser necesario su uso en una guerra de gran efecto y alcances, pero sin el uso de armas nucleares.
Esta porquería está equipada con enormes barras de Tungsteno, esas son las armas, de verdad. Es un juguete con “flechas” de casi 10 metros de largo. Un arma del tipo “bombardeo cinético”, derivada del antiguo y fantasioso “proyecto Thor”… ¿de dónde sacamos nombres tan estúpidos?, ¿necesitamos por fuerza creernos dioses?. Esta cosa simplemente es una ballesta, y por supuesto que no se conformaron con la impresionante velocidad que alcanzan estas flechas y su destructivo impacto al tocar tierra por el simple fenómeno de la gravedad. !!!NO!!!… les tuvieron que agregar un impulso inicial, no es un simple “abra y deje caer”, es un “apriete el gatillo y la nave entera se moverá en retroceso para darle un empuje bestial a una condenada línea de muerte desde el cielo”. Esto se diseñó para acelerar el ingreso a la atmósfera y aumentar la fricción por mero efecto de la velocidad, agregando a la ecuación de su impacto, una elevadísima temperatura que provoca que cada fragmento sea un arma térmica y que el efecto sea extraordinariamente similar a una explosión termonuclear de 14 megatones SIN RADIACIÓN.
En inicio se planteaba traer a la tripulación militar una vez que los constructores civiles termináramos con los detalles y la base fuera operacional, por ello, esta cosa fue construida por la iniciativa privada y por manos como las mías, previo a ser astronauta privado, tuve que estudiar mucho como ingeniero, y mi única experiencia como astronauta se debió a la falta de personal en un muy mal momento, y posiblemente un golpe de excelsa suerte... En el preludio a la entrega de este producto, completamente terminado y operacional, nos dimos a la tarea de llenar las bodegas con mierda de sabores, agua, ropa, armas (quien necesita un rifle en el espacio) y la instalación de un cerebro electrónico experimental que sería el centro neurálgico de la base. Nombre clave de este sistema… “Gabriel”.
Debe haber un fanático de la Biblia allá abajo. Y uno sin nada de inspiración. Yo le hubiera puesto… no sé, Rosendo… o Fito… Esos nombres si dan miedo.
Durante el último viaje uno de los elementos no pudo volver a subir, de manera especial me permitieron subir para hacer la entrega de las últimas cosas, incluyendo el sistema de lanzamiento, un panel de control montable con varias llaves de seguridad para manipular el sistema de armas. Ya estaba listo para ser entregado, un montón de militares estaban listos para subir a esta cosa al día siguiente… Y simplemente pasó. No sé si hubo una guerra, no sé si alguien le disparó a alguien, no sé ni siquiera que arma usaron, no soy experto en ese tema, se supone que soy un simple ingeniero, y no uno muy bueno. Nadie volvió a saber nada, los aparatos en tierra debieron fallar de manera masiva, aquí nos alcanzó un impulso electromagnético que nos inhabilitó por casi una semana, hasta que pudimos hacer que esto funcionara. No es muy diferente a una lata flotando en el espacio. OK, vale muchísimo dinero, pero sospechamos que eso ya no es importante.
Tres civiles medianamente capacitados para ser astronautas, un ingeniero, un programador, y una molestia con senos que nos detesta a todos por igual y que lleva un mes encerrada en la bahía de armas. Bueno, sólo sale para comer. Lo que hacemos una vez al día para alargar las reservas de alimento. Había originalmente mucha comida, suficiente para obtener 27,375 raciones, si sólo tocamos una comida al día, resulta ser que tenemos comida para 25 años. No queremos morir de hambre, ni queremos morir pronto. Por esa razón se decidió alargar esta agonía lo más posible, con la esperanza de ser rescatados. Pudimos simplemente comer normalmente y morir de hambre pronto. O suicidarnos. Optamos por morir lentamente.
#4915 en Ciencia ficción
#13004 en Thriller
#5315 en Suspenso
apocalipsis, coleccion de relatos cortos, cuentos breves de supervivientes
Editado: 13.08.2022