Una semana después
«Base Espacial Real "Rey Ezra", en las afueras de Rul"Nar, Noroeste de Aleshia, frente al Golfo de Ezra, segunda hora de la tarde.»
Maya había llegado con las credenciales que la acreditaba como tejnik con el rango de Tecnócrata en Astrobiología, y con nacionalidad aleshiana, su documento de identidad decía que era natural de Sakina, a pesar de hablar aleshiano con un elegante acento frondano.
Alina y Maya se acompañaron en un vuelo desde la capital en Nol"Har hasta Kund"Nar y luego se separaron, prometieron comunicarse tan pronto una vez que Maya decidiera en donde iría a establecerse, Alina estaba segura de que ella se quedaría en el espacio, y que ella volvería a enfrentarse a su familia en Kund"Nar.
—¡El Rey Mija no es malo! solo es que no te conoce bien Maya. —Alina le insistía a Maya sobre lo benevolente que era el Rey—, te dije que hay problemas, dale algo de tiempo.
Maya acepta resignada la nueva vida, era astrobióloga, y una astrobióloga debía estar en el espacio, las palabras del Rey eran certeras, si el estado aleshiano le colaboraba, podría ser interpretado como injerencia en los asuntos de otro estado, y las relaciones eran tensas entre Aleshia y la República Koraliana para darle un motivo de guerra, ahora con sus nuevos enemigos, los usurpadores de la República de Fronda.
A Maya le afligía y carcomía en el fondo su creciente amor por Vhalir, el mismo día que recibió las credenciales, al final trató al príncipe con algo de frialdad, quería apartarse de él, que la viera como una empleada a su servicio, no buscaría seducirle y si él buscaba alguna reacción de parte de ella, ella misma se controlaría. «Mejor me alejo de él, no puedo ponerlo a pelear con su padre y la corte, además soy una simple plebeya, mejor me dedico a mi carrera de ciencias, ¿donde será mejor, Khalaris lo conozco, pero es frío, y la luna? ambos son ambientes peligrosos para mí, en donde sea, estaré alejada de él»
Maya llega a una recepción donde se identifica ante un guardia y este al revisar un listado de autorizados, le invita a entrar a una sala de espera, donde se consigue a dos personas más, unos chicos tejnik, que irían por primera vez al espacio exterior. Ellos conversan entre sí y Maya solo llega a escuchar que ambos son ingenieros en construcción, que se quedarían en Khalaris un tiempo. Mira el cuarto y el mismo era blanco a gris, muy iluminado, una gran ventana al fondo podía ver desde la distancia a la vieja lanzadera de cohetes como un monumento de los inicios de la carrera espacial aleshiana, una gigantesca obra de museo, muchos hangares de gran tamaño donde mantenían naves de diversos tipos, la base era la joya de la astronáutica aleshiana, en pleno desierto pero a las orillas del mar, ya que a lo lejos, se veía la inmensa bahía del golfo de Rul"Nar y al otro lado, la ciudad con mismo nombre gobernada por el Conde Ahmed, en el golfo estaban las embarcaciones haciendo actividades propias de la marina, en cambio, dentro del mismo complejo, observaba actividad de uniformados de diversas castas laborando incansablemente y a lo lejos: una pista de despegue y descensos de naves programadas por ser también un aeropuerto militar y de entrenamiento, porque a esa hora tenía mucha actividad aeronáutica.
«Es inmenso este lugar, recuerdo cuando me toco ir a la base en Fronda, no era tan grande como esta» comparó en su mente maravillada del gran adelanto de la industria del reino. «Según Vhalir su padre no está muy interesado en esta maravillosa actividad, ¿por qué será así?» siguió filosofando en su mente.
—¡Buenos días grupo! —La voz suave de un hombre irrumpe el lugar.
Era un hombre de treinta y dos años aproximadamente, con una nariz pronunciada y muy parecido a su amigo Kaled Vashir pero más joven, era quien les hablaba.
—Bienvenidos, soy el capitán Uziel Ahías, piloto de la misión a Khalaris, tengo entendido que están todos los pasajeros que partirán a Khalaris.
Todos se miran, y el hombre saca una lista y los cuenta.
—Si, son 6, pero los otros 3 ya tienen experiencia y se incorporan mañana, a ellos ya los conozco porque los recibí temprano. ¿Su nombre? —pregunta mirando a Maya.
—Soy la Doctora Maya Yrena —contestó con seguridad.
—Usted viene de parte directa del Príncipe Vhalir, aquí dice que es la primera vez que viaja al espacio.
—¡Eh... Si! —Maya no podía decir que antes había viajado—, me leí todo el manual.
—Está bien, no hay mucho que decirles, no será muy diferente al viaje que tomaron desde la capital hasta aquí, solo seguirán las normas.
—Pensé que teníamos que tener un entrenamiento duro, de antigravedad o algo así —enfatizó Maya.
—¡Eso era antes!, cuando nuestras naves usaban combustible líquido, como la mezcla de oxígeno e hidrógeno —explicó—. Ahora los despegues al espacio se hacen desde el aire por medio del motor electromagnético e impulsado por una gran carguera, a menos que usted fuera a pilotear o ser parte de la tripulación, si necesitaría estar desde mucho antes aquí, solo se pide exámenes médicos el cual, ya ustedes aprobaron tengo entendido, y la resistencia a la gravedad, que eso se las haré en un rato, les mostraré las fuerzas centrífugas que experimentarán en el espacio en un simulador que volaremos en un rato, y un tubo de viento vertical donde experimentaran las fuerzas gravitatorias simuladas, pero en sí, ustedes son simples pasajeros espaciales que irán con su alteza el Príncipe Vhalir y no deberían tener mayor problema.
»Si pasan el simulador pasado mañana estarán montados antes del amanecer en la nave, y recuerden el itinerario, primero despegaremos, luego cuando estemos a una altura de 10.000 a 15.000 kilómetros, la carguera nos soltará y su empuje permitirá que nuestro motor nos saque del planeta, con algo de tiempo, llegaremos a Kroan en 5 días, luego allá se acondicionará la nave con más energía atómica y zarparemos, cuando esté todo listo, seguimos el plan de vuelo directo a Kenops, la luna khalariana que durará 15 días estelares, haremos una parada y luego descenderemos a Khalaris, donde por las condiciones climáticas del planeta, lo haremos en otra nave diseñada para el campo gravitatorio de Khalaris, el descenso tomará unos peligrosos dos días.