Niall.
Calum...no había otra explicación. Claramente influenciado por una niña de apenas seis años, esto era el colmo. ¿Ahora como la corría de mi casa?, con Emily abrazándola como si se conocieran de toda la vida y mostrándole cada rincón de nuestro hogar y sumándole que Marie le pregunta si le gustaba el Coddle, prácticamente la invito a almorzar y aquí estábamos todos sentados en la mesa; mi hija y mi nana comiendo con alegría y tranquilidad mientras mi secretaria y yo se nos notaba la incomodidad de lejos.
- ¿Dónde está Calum? - hable por primera vez desde que comenzó el Tour de mi hija a nuestra invitada.
-Oh- exclamo Marie con una sonrisa- se me había olvidado, dijo que te entregara esto.
Ella saco un pequeño papel de su bolsillo y me lo tendió, lo guarde en el bolsillo de mi buzo y continuamos almorzando. Emily no paraba de hablar con mi secretaria, contándole las locuras que hacían con su Tío Cal y de paso acusándome de que la había retado al menos en cuatro oportunidades esta semana, ella me miro con su ceja alzada e instantáneamente sentí mis mejillas arder. ¿Cómo es que me sucede eso?, baje la mirada al plato pinchando un trozo de salchicha metiéndola brutamente a mi boca.
-Cuénteme mi niña, ¿Hace cuánto trabaja con el mañoso de mi niño?
Comencé a toser intensamente al oír a mi nana hablar, bebí un poco de mi gaseosa para calmar la tos, una vez que me detuve mire frente a mí y tenía tres pares de ojos mirándome con curiosidad.
-Perdón- dije avergonzado. Mientras dos mujeres volvían a centrarse en su comida mientras conversaban, mi nana me miraba con una mirada extraña la cual no pude entender con claridad.
-Llevo dos semanas, bueno vamos por la tercera.
-Es poquito tiempo el que llevas y como se conocieron con Emily.
-El día que la tuve que ir a buscar a la escuela- respondí yo esta vez- cuido de ella mientras entraba a la reunión.
Seguimos conversando de cosas banales, bueno más mi secretaria que yo. Marie le preguntaba cosas y ella le respondía con tranquilidad, le conto que vivía con sus dos mejores amigas y entre otras cosas que ya sabía sobre aquel sueño que ya me había comentado.
Después de un almuerzo el cual se me hizo eterno, ayude a mi nana a recoger la mesa mientras nuestra "invitada" era arrastrada por mi hija a su sala de juegos.
-Es una linda niña- comento mi nana mientras ella lavaba la losa sucia y yo iba secando y guardando- y creo que tiene una gran paciencia contigo.
-Lo dices como si fuera el monstruo en persona nana- chasquee la lengua.
-Bueno, un monstruo muy guapo- dijo para luego besar levemente mi mejilla, gimotee y ella rio- terminare de preparar el postre, así que ahora ve con tu invitada.
-No es mi invitada, yo no la invite. Ni siquiera sé qué hace aquí- gruñí.
-Niall James Horan, muestra los modales que te enseño tu madre desde pequeño- me reto, rodee los ojos y ella golpeo mi brazo con el paño de cocina, la mire asombrado y luego me acerque a ella con claras intenciones de vengarme- No lo hagas- decía mientras seguía golpeándome, la acorrale entre el mesón de la cocina y comencé a hacerle cosquillas.
-No vuelvas a golpearme nana- reí- ahora pídeme disculpas.
- ¡Ya basta! - me pego un manotazo en mi hombro y la deje libre entre risas de ambos.
-Ahora que me acuerdo, debo leer la nota que dejo Calum- susurre- estaré en mi despacho nana.
-Eres caso perdido hijo...
Eleve mis hombros con desinterés y con una sonrisa en mis labios me retire del lugar, fui hasta mi despacho que quedaba en el primer piso y abrí el papel que Calum le había dejado a nana y lo leí:
"Soldado que arranca sirve para otra guerra. No me mates y deja que Emily sea feliz por un día, aunque sea. Los amo. Pd: no regreso, iré a ver a mi mamita".
Negando con incredulidad boté la nota a la basura y me senté en mi escritorio dispuesto a trabajar un rato, era fin de semana y solía trabajar literalmente 24/7 y hoy no sería la excepción. Podía escuchar la risa de mi hija al otro lado de la puerta...la escuchaba reír y las palabras que Logan me había dicho no me calzaba, ¿Cómo es que mi hija estaba comenzando una depresión?, era demasiado pequeña para eso, aun no sabía nada de la vida y ya tenía depresión, según aquella psicóloga que era amiga de mi secretaria... ¡Dios! Es que todo terminaba en ella. Aquella chica de mediana estatura y cabello rojo manzana no solo había entrado a mi empresa, si no que poco a poco se ha ido metiendo a mi vida y eso no era algo que usualmente debiera hacer una secretaria, ¿Por qué ella sí? Y lo peor de todo ¿Por qué se lo permitía? De mis anteriores secretarias a penas me acordaba de sus nombres, pero de aquella chica ya me sabia donde vivía y con quien lo hacía y estas dos semanas he aprendido hasta que ama la comida chatarra y como no saberlo si siempre está comiendo galletas o snack salados los cuales me ofrecía y sin poder negarme, sin saber porque, terminaba comiendo con ella sus Snacks. Y ahora estaba metida en mi casa un Domingo jugando con mi hija y haciéndola reír tal cual lo hace Calum, Logan incluso Marie...todos menos yo.
- ¡Que hago mal! - gruñí luego de cerrar mi laptop y apoyar mi cabeza en él.
-Podría hacer una lista de las cosas que hace mal Señor Horan.
Su suave, pero dura voz llego hasta mis oídos haciendo que pegara un salto, la chica ya mencionada en mi mente estaba parada en el umbral de mi puerta con un trozo de pastel de chocolate echo por Marie.
- ¿No te enseñaron a tocar la puerta? - espete con seriedad.
-Llevo Diez minutos tocando su puerta alteza- rodo lo ojos- pero como no se dignó a darme la orden para que pasara, decidí entrar. Disculpe mi gran pecado su majestad- la pelirroja chica hizo una reverencia. Intente contener mi risa, pero era casi inevitable, me morí la lengua y logre hacerlo.
- ¿Qué te trae a mis aposentos esclava? - pregunte con burla, note como oculto una sonrisa. No sé si era mi idea o estaba más respondona y mañosa conmigo.