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Caroline.

El tic-tac del reloj había sido mi compañía desde hace noventa minutos. Las manecillas marcaban las seis con treinta Am. Y mis ojos pesados mostraban la difícil noche que había pasado, no podía parar de pensar en la rara, pero reconfortante conversación con mi jefe, quien de la nada ahora me pedía que lo llamara por su nombre...Niall. Un nombre que hasta me parece tierno y si nos ponemos a analizar el significado de los nombres el de mi Jefe iba por el lado de "Campeón" y siendo sincera le venía como anillo al dedo, porque pese a su corta edad ha ganado terreno en la empresa originaria de su abuelo y que ahora le pertenecía a él, se podría decir que conseguía lo que quisiera. Pero para mí aquel nombre Niall...demostraba ternura, alegría, sinceridad, transparencia y lealtad...cualidades de las cuales no sabía si aquel imponente hombre de mirada fría tendría.

Y las palabras de mi amiga volvían a mi mente por décima vez desde que pise esta casa...Niall Horan sinónimo de coqueto y galán.

Con la sangre ardiendo sin razón alguna me puse de pie y fui a darme una ducha, doy gracias al cielo y en realidad al pudiente dueño de esta gran casa que tenía un baño dentro de la habitación que se me asigno para pasar la tormentosa noche. Y es que no solo había pasado una pésima noche por los pensamientos ligados a mi Jefe y su hija, sino que también por los relámpagos que iluminaban el cuarto y retumbaban en mi cabeza y pecho haciéndome estremecer, no era gran fanática de ellos y aunque me hubiera hecho la valiente diciendo que podía correr hasta mi hogar, por dentro estaba temblando e imaginándome como me caía un rayo directo en mi cabeza matándome antes de poder gritar. Así que se podrá comprender...que había sido la peor noche de mi vida.

-Parece que alguien no pudo dormir bien- la dulce nana de la bestia que gobernaba este castillo me sonrío mientras servía agua en dos tazas.

- ¿Se me nota demasiado? - dije avergonzada.

Ella rio con dulzura y me entrego una taza con té. Aquel exquisito sabor era uno de mis favoritos, deje escapar un suspiro al sentir el calor recorrer mi cuerpo.

-Siempre he pensado que el Earl Grey es uno de los más delicioso Tés.

-Concuerdo, pero hay una variedad de aromas y sabores que también son deliciosos- argumento ella. Comenzó a sacar cosas de la nevera y la despensa y las puso sobre el mesón de cocina.

- ¿Necesitas ayuda?

-La verdad es que usualmente no. Pero quede muy intrigada por tus gustos con la cocina y por tu sueño de tener una cafetería & Pastelería. Me gustaría probar tu mano en la cocina. Claro si no es muy desvergonzado de mi parte, al fin de cuentas eres nuestra invitada- sonrío con amabilidad.

-Claro que no- deje escapar una sonrisa que se expandió por todo mi rostro.

Ambas comenzamos a cocinar, ella me comento lo que le gustaba desayunar a cada uno de esta casa; a la pequeña Emily le gustaba desayunar hot cake con relleno dulce. En cambio, el dueño de casa prefería las tostadas con huevo y Bacon o aguacate (palta) con su café cargado y tres de azúcar. Me hice cargo de preparar la comida mientras ella preparaba la leche de Emily y cortaba frutas. En menos de una hora teníamos el desayuno listo, Hot cake rellenos de nutella y frutilla, otros con manjar y plátano y espolvoreado levemente con azúcar flor, sin duda era una bomba para un desayuno, pero una delicia. Y en la parte salada había tostadas, huevo revuelto con bacon. Y además fruta picada, café y leche.

-Nana, has visto a...- la voz de mi jefe fue interrumpida cuando nuestras miradas se cruzaron. Sonreí levemente mientras me secaba mis manos con el paño de cocina.

-Buenos días mi niño- saludo con dulzura Marie. El castaño le sonrío y se acercó hasta ella para darle un beso en su frente.

-Buenos días nana y buenos días Caroline.

-Buenos días Ni...Sr.Horan- corregí con rapidez, el negó levemente con una pequeña sonrisa en sus labios.

- ¿Qué es lo que huele tan delicioso? - pregunto mirando el lugar.

-La niña Caro preparo el desayuno- respondió la mujer- bueno ustedes terminen de preparar la mesa y yo iré a ver qué tal va Emily.

-Estaba casi lista nana.

-De igual manera, sabes cómo le cuesta levantarse en las mañanas. Igual al padre cuando era un niño. ¡Y anúdate esa corbata Horan!

Niall soltó una carcajada dejándome perpleja, era la primera vez que lo oía reír de esa manera. Su mirada se enfocó en mí y pestañee varias veces, aun analizando aquella autentica risa, que para que negar, era bastante contagiosa. Sin emitir ningún sonido di media vuelta y comencé a agarrar las cosas que faltaban para ponerlas en el comedor, sentí sus pasos tras mío, pero intenté que eso no me perturbara y me mantuve callada, porque me conocía y sabía que si abría mi boca alguna babosada diría.

-Nana va a la izquierda y Emily a la derecha yo ocupo el puesto de la cabecera. Por ende, la taza de frozen va en la derecha y la de Iron Man es mía- me explico mientras tomaba las cosas que había ordenado, por lo visto mal y las ponía en su sitio.

-No pensé que fuera una persona fanática de los superhéroes.

El intentaba anudar el nudo de la corbata, pero no le resultaba. Volvía a desamarrarla y luego volvía a intentarlo, así lo intento unas cinco veces, ya cuando iba por la sexta me arte y me acerque apartando sus manos y tome ambos extremos ante la atónita mirada azulina.

-No pensé que supieras de nudos de corbatas- dijo con el mismo tono el cual empleo yo. Se estaba burlando por lo que le había dicho anteriormente, sonreí curvando mis labios y terminé de anudar la bendita corbata- hay muchas cosas las cuales no sabes de mi Caroline. Y aquí tienes dos: amo los superhéroes y nunca he aprendido a anudar la maldita corbata.

-Solía anudarle las corbatas a mi hermano y a papá cuando mamá estaba ocupada o no estaba en casa- explique.

- ¿Ya no lo haces?