Crowfield: Secretos Enterrados

Capítulo 41 Dios No Hizo Estas Uñas Para Escarbar

Cuando todos se habían separado Cassidy decidió irse por el camino al que la luz de luna le permitía ver; parecía ser el más limpio ya no habían hojas secas o piedras en el suelo, sin embargo, le tocaba la difícil tarea —para ella— de irse descalza porque no podía usar sus tacones por dos razones: la primera, porque sus pies le dolían de tanto usarlos toda la noche. La segunda, por el motivo que no quería que se le dañaran por culpa de una piedra aunque en lo que caminaba por ese solitario camino le llegó a la mente una tercera razón en para correr en caso de que Erick (o el Cuervo…) la fuera a perseguir. 

Si Ian fue atacado ella no se daría el lujo de que algo así le sucediera. 

— ¿Dónde se supone que buscaremos a Ian de todas formas? —se quejaba ella. El Cuervo les había dicho que la culpa era de ellos por no apresurarse para verlo en el bosque pero, ¿Qué hubiera pasado si ellos le hicieran caso en ese momento? Ella no creía en la posibilidad de que el misterioso chico les revelara de la manera más cínica que él es quien les enviaba los textos y que… hizo desaparecer a Helena—. ¡Ian por favor, aparece! —gritó con la esperanza de que su amigo la escuchara pero no resultó. 

—No debieron decir que fuéramos cada uno por su cuenta —se acarició su cabellera rubia mientras miraba a su alrededor—. Y yo parezco una loca hablando aquí sola. Me pregunto qué estará haciendo Jennifer, debe estar bailando con los chicos lindos o me debe estar buscando… ¡Oh, Dios! ¡El chico! Lo pude haber visto en la fiesta. 

El bosque estaba tranquilo… extrañamente tranquilo y eso le molestaba y la ponía aún más nerviosa, ¿está Erick al asecho? ¿La atacaría cuando ella estuviera desprevenida? ¿La mataría? Temía que la respuesta fuera un obvio Sí y pensaba en su antigua amiga Helena, a su entendimiento ella podía estar descansando en la playa; con unos hermosos lentes de sol en forma de corazones y a su lado un apuesto surfista o tal vez confinada en un sótano por su amado Erick y sin oportunidad de ver la luz del sol o algo peor que eso. 

—Oh Helena, ojala estuvieras aquí —lo deseaba con todo su corazón, aunque eso la hiciera volver a ser la fea Cassidy con trenzas en su cabello pero luego recuerda las cosas buenas que vinieron después que su amiga no estaba: su transformación, su mejor amiga Jennifer, su popularidad, los chicos lindos que querían estar con ella, entre otras cosas. Eso le generaba una confusión sobre sí misma—. ¿A quién engaño? Parezco una tonta niña que pide deseos, eso patético. 

Un cuervo en un árbol graznó tan fuerte que la asustó y Cassidy salió corriendo, miraba hacia atrás como si alguien la persiguiera y no se percató de un hueco que estaba frente a ella hasta que cayó al suelo, se levantó y continuó corriendo hasta llegar a un camino en el que algunas personas solían caminar. Intuyó que se encontraba no muy lejos del Parque C. Fields así que en ese caso siguió el camino y se detuvo en el lugar dónde se encontró con sus amigos el día que Helena desapareció. 

Algo en el camino le llamó la atención habían flechas dibujadas en los arboles a su derecha que indicaban que siguiera hacia adelante. 

—Es una señal. —pensó y no se le hizo para nada imposible. Pudo ser de Erick indicando dónde estaba Ian. No le dio temor en seguirlas hasta llegar a aquel sitio que tenía en su mente, allí estaba ella con sus amigos bebiendo antes de ir a la cabaña de Tom sólo que ahora ese espacio estaba iluminado por la luna. 

Su teléfono empezó a sonar y ella  lo revisó. 

Aquí tienes tu pista Cassidy; escarba en la tierra para buscar lo que te he dejado. Les va a servir más adelante. Suerte. 
—Cuervo 

— ¿Escarbar? ¡Ni bromeando! —se quejó—. ¡Dios no hizo estas uñas para escarbar! 

Le parecía algo estúpido de hacer, ella no iba a arruinar su manicura para buscar —sabe Dios qué cosa— en el suelo, pero por otro lado tenia curiosidad y miedo, así que tenía que hacer lo que el Cuervo le dijo, por Ian. Tragó saliva y empezó a remover la tierra; al principio le dio algo de asco y se sentía como una gallina buscando comida en el suelo pero mientras buscaba con rapidez se ensuciaba su ropa y la tierra saltaba por toda ella. Pasó de ser gallina a ser un perro desenterrando un hueso parecía que cavaba y no encontraba el fondo hasta que lo hizo. 

—Veamos —el hueco que hizo era un poco profundo así que le tocó inclinarse para poder meter su mano pudo tocar algo que parecían ser plumas, cuando retiró su mano del hueco distinguió que era la cabeza de un pájaro negro con algo que la cubría—. ¡¿Qué mierda?! —luego gritó dejando caer la cabeza de cuervo en el suelo. 

Cassidy estuvo a punto de vomitar pero evitó ese impulso, pasó las manos en su ropa luego con el pulgar y el índice agarró con mucho cuidado aquello que cubría la cabeza y la observó. Era un brazalete azul celeste todo sucio y con manchas rojas ¿era sangre? Algo en su mente se iluminó, ella conocía ese prenda muy bien, y la persona que la usaba estaba desaparecida hace ya un año. 



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En el texto hay: misterio, desaparición, chicos

Editado: 06.06.2021

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