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Damos media vuelta y Ethan se desvía por la avenida Madison de Manhattan en dirección hacia el puente. ¡estás loco! Te dije que me llevaras a casa. ¿Puedes confiar en mí? Intento abrir la puerta, pero tiene seguro. Ethan se mantiene tranquilo y en un descuido su risa llega a mis oídos. ¿Acaso crees que es gracioso verdad? No. Solo que me acuerda a la vez que te saque del colegio amarrada a mi espalda y estabas toda nerviosa como si yo fuera un desconocido, gritabas como loca y Pablo nos esperaba afuera con las puertas del carro abierta. Te vende los ojos y seguías gritando. Hasta que te lleve a esa hermosa cabaña llena de velas y terminamos haciendo el amor. Llegamos.
- ¿A dónde?
-A la cabaña.
Estaba asombrada volvió hacerlo. La chozuela se veía un poco abandonada, de seguro nadie la ha usado en años. Ethan abre la puerta, no hay nadie. Todo se ve ordenado, aunque por fuera parezca un desastre. La cama esta arreglada, el baño limpio y la cocina toda ordenada. Lo que no entiendo es por qué me trajo hasta aquí.
Puse mi bolso en la cama, se veía tan dulce mientras se quitaba el abrigo. Había leña en la parte final de la cocina así que la cogió y encendió la chimenea.
- ¿Por qué vinimos hasta aquí? Le pregunte.
-No lo sé, solo quise pasar esta noche contigo.
Me levante de la cama, me acerque a él.
-Ethan esto no puede seguir lo entiendes. Tomamos caminos diferentes. Tú en dos días te vas y yo también.
- ¿A dónde vas?
-Tengo una oferta de trabajo como productora de un programa. No puedo hablar mucho al respecto. ¿Y tú a dónde vas?
-Me ofrecieron un casting.
- ¿Ves? Es imposible estar juntos.
-Al menos pasemos esta noche y olvidémonos del resto ¿ok?
Aquella mañana había despertado al lado de Ethan, desnuda, pegados mutuamente. Pensaba como diablos pude hacer el amor con él. Culpe a los 12 tragos que nos dimos anoche mientras veíamos 3MSC. Las ropas quedaron tendidas en el sofá. Todo había sido una locura. Aun su mano sujeta mi espalda, está completamente rendido. Son las 9 AM mi teléfono tenía ocho llamadas perdida de Max. Era extraño casi nunca llamaba. ¿Habrá pasado algo? me preguntaba.
Devolví la llamada a Max. Me reprocho. Carl había sufrido un accidente.
El hospital se encontraba a una hora de la cabaña. Había cogido mi ropa, me vestí lo más rápido que pude, cogí el bolso y salí corriendo. Dejé a Ethan dormido, no le dije nada. Alcance ver un taxi, -al hospital de Emergencia por favor. Al llegar note que había muchas personas con Max ¿Cómo está? Pregunte. -Nada bien había dicho una chica toda pálida.
- ¿Y tú eres?
-Soy la novia de Carl. Marla un placer.
-Igual.
Max no me dirigía la mirada. Parecía molesto, me acerque hacia él.
- ¿Dónde estabas? Pregunto.
-Haciendo algunas cosas.
-Deberías haber tenido el teléfono en la mano. Fuiste la primera persona que llamo cuando cayó.
-Recordé que alguien había llamado, pero no decía nada. Solo se escuchaban suspiros. Así que no me culpes.
-No lo hago.
Un doctor había entrado a la sala preguntando por la familia de Carl, nos paralizamos inmediatamente. - Somos nosotros, respondimos. -Sufrió un paro cardiaco, por suerte estará bien, va a necesitar reposo.
-Oye Max.
- ¿Si?
-Estaré ausente por varias semanas. Iré a Arizona.
- ¿Qué harás allá?
-Tengo un puesto como productora.
-Por fin se cumplió tu sueño. ¿Cuándo partirá?
-Mañana en la noche.
-Tan rápido
-El reality es en dos días. No tengo otra opción.
-Iré a ver a Carl. Dijo mientas se apartaba de mi lado.
Maldición había olvidado comprar el vuelo. Por suerte internet sirve para algo, llego un mensaje de Ethan - ¿Hey que paso por que te fuiste así? No sabía que responder no quería decirle lo de mi hermano, no quiero que se involucre. - “Nada solo tuve que salir a hacer algo” - ¿podemos salir a cenar esta noche? Me iré mañana en la mañana. - “Bien” dije.