El aire frío toca mi rostro, he salido dejando mi abrigo en el suelo. No sé cuánto he recorrido, siendo vampiros somos capaces de recorrer más terreno que un ser humano. Camino al lado de la carretera sin ver un vehículo para poder pedirle que me lleve.
Volteó con rapidez al presentir peligro y levante mis brazos atajando justo la patada de un joven muchacho. Este retrocedió mirándome con rabia y volvió a lanzar otra patada a la que respondí dándoles una patada más rápida en el vientre. Producto del golpe salió empujado a varios metros ahí pude corroborar que se trata de un ser humano, si hubiera sido un vampiro mi patada no lo hubiera empujado a tanta distancia.
—Maldito monstruo —exclamó escupiendo sangre.
Lo he golpeado más fuerte de lo que me había propuesto. En eso veo que saca un arma y me apunta, lo observo molesta sin entender por qué busca matarme cuando ni siquiera sus razones. Pero antes de que pueda disparar aparece Víctor quitándole el arma de un solo golpe y tomándolo del cuello lo levanta del suelo. Los colmillos de Víctor se asoman y sus ojos salvajes miran al joven con ansias de matarlo.
—¡¿Qué crees que estás haciendo?! —gritó molesto
En eso nos vemos rodeados de varios hombres apuntándonos con sus armas. Víctor los mira con tal frialdad que hasta yo misma siento temor ante su amenazante semblante. Pero una voz los interrumpe a todos.
—¡Bajen las armas! —un hombre de mayor edad aparece con expresión cansada—. Discúlpennos, mi imprudente y estúpido hijo atacó sin pensar.
Dirigió una molesta mirada a su hijo.
—Si el elegido supiera de esto, estarías en serios problemas —agregó.
—¿El elegido? —habló Víctor con un tono extraño, como si el pronunciar este nombre le producía cierto efecto que no pude determinar si era negativo o positivo—. ¿Qué hacen los cazadores en esta zona?
Preguntó volviendo a su estado normal y soltando al inexperto cazador.
—Usualmente no es información que comparta con uno de los hijos de los líderes de los clanes, pero esto le concierne demasiado a usted, Víctor Fuentes. Ha habido muchos asesinatos de híbridos en esta área, es muy probable que se trate de un vampiro por las marcas en los cuellos que deja en sus víctimas. Por eso mi torpe hijo al ver a la señorita y descubrir que es un vampiro prefirió atacar, aunque su inexperiencia lo llevo a pelear sin primero averiguar si es a quien buscamos.
—He escuchado sobre eso, pero no tengo más información al respeto —respondió seriamente, es claro que ese asunto le preocupa bastante—. Suponen que no es solo un vampiro asesino, sino que varios.
—También creemos que es así, hemos revisados las huellas cerca de las víctimas y son demasiadas para que un solo hombre sea capaz de hacer algo así —el cazador cruzó los brazos mirándonos fijamente.
Es un hombre de vestimenta extravagante, con una gabardina y un sombrero de cazador además lleva una extraña arma, una especie de revolver tan vistoso como su dueño. Me sonrió levemente respondí inclinando la cabeza.
Los cazadores se despidieron y siguieron su camino. Víctor me contempló con reproche, levemente molesto.
—No vuelvas a irte sola, no sabes lo que me costó poder encontrarte.
—No tenías que seguirme —respondí sin mirarlo.
—¿Los escuchaste? en este lugar han sido asesinados varios vampiros no puros, estas tentando a la muerte —levantó la voz impaciente.
Guardó silencio suspirando. Se quitó su chaqueta colocándola en mi espalda, aun hace frío. Quiso decir algo, pero se turbó y al final no hubo más palabras entre nosotros. No ha salido el sol, pero está bastante claro. Caminamos en silencio en dirección a la casa en donde se celebra la fiesta.
En el camino Víctor me comenta que esta fiesta de Las Tres Sangres dura tres noches, sin embargo, que cree que es mejor que nos retiremos desde ya.
—Necesito hablar contigo seriamente y este lugar no es de confianza para ello —indicó arrugando el ceño.
Tragué saliva, pero no respondí solo dejé caer mi mirada al suelo.
Cuando llegamos Cristóbal nos esperaba preocupado, nos vio salir de la fiesta, pero no volver. Víctor lo contempló con expresión desalentada y cansada por lo que su hermano evitó todos los reproches que pensaba decirle.
—Es hora de retirarnos a las habitaciones que nos han asignado para dormir —nos señaló que lo siguiéramos.
Sinceramente no tengo ganas de dormir. No quiero pensar, no quiero escuchar mi voz torturándome o pensar en lo que Víctor planea, tal vez quiere alejarme de su lado o pedir el divorcio y aunque es lo mejor es inevitable no sentir angustia.
Al clan Vis Erinys le han asignado el ala oeste por lo que Cristóbal nos llevó para ese lugar. Obviamente nos pasaron una habitación matrimonial. Víctor entro en silencio, Cristóbal se despidió y se retiró de la pieza mirándonos preocupado.
Me recosté en la cama, con la mirada fija hacia las cerradas ventanas. Y sin esperarlo sentí a Víctor acostándose a mi lado, quise levantarme, pero me aprisionó con sus brazos, estrechándome de la cintura.
—¿Por qué me haces las cosas tan difíciles? —murmuró.
No supe que responderle, nunca planifiqué que las cosas llegaran a esto. Fije mi mirada hacia las cortinas que cubren una enorme ventana. Me mordí los labios sintiendo a mi corazón acelerado. Si pudiera volver atrás y evitarlo lo haría y entiendo que ahora debo contener mis sentimientos. Cerré los ojos al sentir mi debilidad, no quiero llorar. Me abrazó con mayor fuerza.
—No sé cómo explicar lo que siento por ti pero no quiero que te vayas con otro. Solo dame algo de tiempo, estoy confundido no sé cómo interpretarlo. Sé que soy egoísta pidiéndote que te quedes a mi lado sin asegurarte si seré capaz de responder tus sentimientos...
Volteé mirándolo a los ojos. Apoyé mi cabeza en su pecho y cerré los ojos. Estoy consciente que quedarme a su lado no será lo mejor para mí, corro el riesgo de seguir alimentando un amor que tal vez nunca será correspondido.