Mi madre llega acompañada de un hombre, nunca lo había visto antes. Yo me pongo de pie y me acerco a ellos.
—Mamá, ¿Qué pasó? ¿Qué te han dicho? —Me acerco angustiada.
—Hija, hemos hablado, él es tu abogado, lo he contratado y llevará tu caso. Stheisy, tengo que decirte que esto no será fácil para nosotros, pero podremos lograrlo. El abogado ha hablado con el juez y no se te presentará un juicio, pero, en cambio ha pedido que se te haga una evaluación psicológica para ver si hay algo que ha pasado por alto. No es para tanto son solo requisitos —apela mi madre.
—Pero mamá, ¿Cómo que no me harán juicio? ¿Solo me harán eso y ya? —Pregunto sorprendida, creí que duraría años aquí.
—Sí hija, no es nada del otro mundo, son solo algunas cosas que el juez tiene que ver primero antes de tomar cualquier decisión. Gracias a tu abogado aquí lograos esto.
— ¿Después de tomarlo podré irme? —Le curioseo a mi abogado.
—De seguro que sí cariño, pero bien, ya tenemos que irnos, hay que trabajar en tu caso y sacarte lo antes posible de esta pocilga donde te tienen —pasea su vista por la celda.
—Está bien, mamá, por favor, manténganme al tanto de todo.
—Te venimos a buscar en unas horas, para poder así realizarte la evaluación, solo tengo que terminar de ordenar algunos asuntos y volveremos.
Los veo alejarse mientras estoy pegada de la reja.
Mi compañera, quien ha escuchado todo se acerca mí.
— ¿Por qué te quieren mandar a un hospital psiquiátrico? —me interrumpe deteniéndose detrás de mí.
— ¿Cómo un hospital psiquiátrico? Ellos me dijeron que me iría —Mi mirada se posa en ellos.
—Eso es mejor que ir a prisión, no seas tonta. Si la evaluación sale que estas bien se te hará juicio y cumplirás una condena en prisión, así que pueda ser que no vayas al hospital —Me sostiene por los brazos.
—Es que no comprendes, saldré que sí tengo una enfermedad, ese es el problema y no puedo darme el lujo de que me lleven a un manicomio.
—Pero eso es mejor que la…
— ¡No, para mí no! allí me tomarán como alfiletero y me pondrán miles de medicamentos, sedantes y de todo. Yo no puedo estar allí —empiezo a pasearme por la celda.
—Pero eso sería en caso de que estuvieras muy enfer…
— ¿Por qué crees que me mandaran para allá? —La miro furiosa.
— ¿Qué tienes? —Me mira atónita.
—Miro al suelo —tengo esquizofrenia, pero hace mucho tiempo que no veo ni escucho nada. ¿Ya entiendes?, si entro ahí no volveré a salir, lo perderé todo, perderé mi vida en aquel lugar, yo no puedo dejar que algo así pase.
Mi madre lo sabía. Ella sabe que estoy enferma y mira lo que hace. Prefiero estar encerrada y no allí. Me encuentro sobre saltada en estos momentos, paseo como fiera en aula de un lado a otro mientras le explico lo que pasa.
—Pero quizás como no se ha manifestado hasta ahora quizás sea porque te estas mejorando y allá con unos cuantos calmantes te sientas mejor y podrás salir muy pronto. Piensa así, de seguro eso sucederá.
—Ojalá y así sea, no puedo imaginarme encerrada allí, viendo mi vida pasar. Mi madre se olvidará de mí al igual que mi hermana. Ellas me borrarán de sus vidas y yo no podré salir ni contar con su apoyo. Yo no quiero que eso pase, no quiero que ocurra, necesito cuidarlas, ellas necesitan que la ayude, yo quiero volver a la escuela, no podré volver a ver a Travis, él también se irá y me olvidará, ya no será lo mismo para nosotros dos después de que entre allí. Nunca le conté de mi enfermedad, él no sabe nada de esto.
— ¿Y por qué no le escribes una carta, donde le digas todo lo que pasa y lo que sientes, se la entregas a tu madre para que se la dé a tu hermana y ella se la pasa a él?
— ¿Eso crees? —Me deslizo por la pared hasta sentarme en el suelo.
—Inténtalo, no pierdes nada, lo peor que podría pasar es que lo hayan atrapado a él también y según lo que me contaste la policía solo te llevó a ti.
—Sí, está bien, creo que tienes toda la razón. Lo intentaré y le diré a mi madre que cuando vuelva se la dé a ella para que se la entregue.