La chica me sorprendía, su singular similitud a Tamara era realmente impactante, no iba a poder bajar hasta el jardín, de seguro había enfermeros cerca para asegurarse de que yo estuviera bien. Caminé de un lado a otro desesperada, necesitaba saber qué estaba ocurriendo con esa chica. Me acerqué otra vez a la ventana y vi como esta era sacada del lugar.
Unas cuantas horas después entró la enfermera a la sala y me indicó que era hora de ir a la cama.
— ¿Y Darling? —Pregunté realmente sin importarme la respuesta.
—Ella ya está en la habitación —contestó.
Yo caminé hasta allí; todos dormían cómodamente en su lecho. La enfermera prosiguió a darme mis pastillas diarias. Al poco tiempo me eché a dormir.
Al día siguiente…
Estoy en la sala, por una u otra razón Darling no ha aparecido, la enfermera pasa por mí porque ya era hora de mi cita con el doctor Igor. Me dirijo hasta su pequeña oficina donde cientos de libros estaban apoyados en grandes libreros que llegaban desde el suelo hasta el techo y tan solo él contaba con un pequeño escritorio que había para su uso.
—Buenos días doctor —saludé mientras ingresaba al lugar.
—Buenos días Stheisy, ¿Cómo has estado?
—He tenido mejores días —contesté sin pensar mientras se acomodaba en la dura silla.
—Sí, escuché que ayer tuvieron que sedarte, puedes contarme sobre qué pasó —Pregunta él interesado en saber.
—Nada, solo fue mi compañera de sala, Darling —aclaro—. Ella enloqueció un poco después de una discusión. Jugamos de manera violenta y creo que ella sobre pasó los limites, se fue por el pasillo mientras me sedaban…
— ¿Qué te hizo? —pregunta él.
—Intentó asustarme, me intento de asfixiar con un cojín.
— ¿Cómo? ¿Y qué hiciste? —Preguntó impactado.
—Nada, no podía hacer mucho. De verdad me asusté, estaba aterrada, no creí que viviría. Pensé que iba a morir allí, de verdad creí eso y no paraba de pensarlo mientras estaba siendo asfixiada.Tenía miedo, mucho miedo de lo que ella fuera hacer cuando apareciera…
—No, no creo que ella vuelva aparecer —escuché que contestó.
— ¿No? ¿A dónde ha ido? —Pregunté sorprendida.
—Sí, ella ha sido retirada…
— ¿Qué? ¿Pero cuando?
—Esta mañana, ella ya no está aquí internada.
Me tomó unos minutos poder darme cuenta de lo que este hombre me estaba diciendo, al inicio debo de admitir de que no lo creí, aún sigo sin creerlo por completo. No puede ser verdad que me he quedado sola, completamente sola en este lugar. ¿Qué haré ahora? Me pasaré todo el día sin compañía y completamente sola y eso me empezaba a asustar. No estaba acostumbrada a tanta soledad, por lo menos tenía a mi amigo Robert, no lo veía siempre, pero de vez en cuando en el día nos juntábamos.
El doctor y yo conversamos sobre cómo pasé esta semana, lo cual era agradable para mí hacerlo porque me gustaba hablar con el señor Igor. Era otra manera de distraerme y contar las experiencias que había vivido esos últimos días. Me gustaba asistir a mis citas, a pesar de que era solo por políticas del hospital. Era bueno pasar tiempo con él y hablar, esto era otra de las cosas buenas que tiene venir al hospital además de que no me quedaba otra opción.
La cita terminó en menos de dos horas, me la pasé hablando de lo que descubrí de mi madre y que mi hermanan era posible que estuviera interna. Le expliqué que me asustaba esa idea, cuando Travis me lo dijo no lo creí, me costaba creer que podía ser verdad lo que él me estaba diciendo, pero todo podría confirmarse si en verdad era ella quien estaba allí.
Salí del consultorio y me dirigí a donde estaba el grupo de Robert, quería verlo, no iba a quedarme sola en aquella sala. No me gusta estar sola, además, quería estár con él ya que solo soy yo ahora, quizás podamos pasar más tiempo juntos, no sé pienso yo.
Caminé hasta aquel lugar y me sorprendió que él estaba hablando con otro chico que se había sentado en la mensa que lo había visto antes. Yo me acerqué a ellos con pasos apresurados y los saludé.