Tamara se había ido a la casa de este chico Matthew, quien acababa de conocer.
La casa era bastante tradicional, la típica casa estadounidense, con las paredes blancas, los techos empinados de color azul, con grandes ventanales en el frente. La casa era de dos niveles, con balcón. La puerta principal tenía un gran vitral a los lados, me encantó esa entrada.
Estábamos en su cuarto, él estaba acostado en la cama mientras me miraba. Yo me paseaba de un lado a otro mirando su repisa: Tenía de todo allí, había figuritas de aviones, de peces, la estatua de la libertad, tazas y de todo un poco de lo que te puedas imaginar en cristal…
—Me encantó tu repisa, está muy colorida —lo miro a la vez que lo digo.
—Gracias —sonríe—. Entonces, deja ver si entendí, tu hermana está en un psiquiátrico y no sabe qué es lo que le pasa porque la bruja de tu madre nunca le dijo la verdad de su enfermedad, y te tenía ¨secuestrada¨ en su casa porque no te dejaba salir sino era con ella por miedo de que vayas a donde tu hermana y le dijeras lo que estaba pasando. Mi pregunta es ¿Desde cuándo sabes la verdad?
—Pongo la estatua miniatura de una tortuga en su lugar: me giro y lo miro— desde siempre, pero nunca le dije nada a Stheisy porque ella me lo prohibía y para mí bueno estaba bien. Pero me cansé cuando la metió en el psiquiátrico, encima de todo —me siento junto a él—. Ella va todos los días y ni va a saber cómo está y eso yo lo sé. Le vive dando seguimiento a su avancé, pero no me dice nada a mí, ni ella le dice a Stheisy que está yendo a la clínica. Todo lo de mamá es un misterio. Nadie sabe que ella está en el psiquiátrico, todos creen que está cumpliendo condena en la cárcel y está allí metida, creo que hasta a nuestra familia le ha mentido. Estoy cansada de que le mienta. ¿Qué crees que pensará Stheisy al darse cuenta de que nadie va a verla?
—Creerá que la han abandonado —contesta.
—Exacto, eso es exactamente lo que pasa. Estoy casi cien por ciento segura de que eso es lo que ella cree, estoy casi segura. Pobre de mi hermana, ella seguro súper mal, ni me lo quiero imaginar…
— ¿Y tú? ¿Tu estas bien? —Pregunta preocupado.
—Sí, yo soy normal, hasta donde creo, hasta donde sé —lo miro a los ojos—. Quizás esté loca también y mi madre no me lo haya dicho o quizás no me dé cuenta porque mi hermana le pasa eso mismo, creo que ella no se ha dado cuenta de lo mal que está. Se supone que cuando las personas están mal se dan cuenta de los síntomas, peor no, ni siquiera eso, ella no se da cuenta de los síntomas y eso es lo peor de todo que ella está mal y no sabe cuáles son los síntomas de su enfermedad. Era terrible, todo esto es terrible, yo estoy mal, mal por ella y por lo que hace mi mamá y como puedes ver ahora ni puedo verla sin ir con un adulto, ¿Crees que es fácil? Tengo meses y medio que no sé nada de ella, mi madre no dice nada y me siento ansiosa, en la escuela todos me preguntan por ella y yo no sé qué responder porque no tengo la respuesta, no la veo, no la he visto en todo este tiempo.
—Tengo una idea —dice él.
—Dime —veo ese brillo de locura en sus ojos.
— ¿Qué tal si le digo a mi hermana que te ayude? Ella es mayor de edad y puede quizás ayudarte a entrar.
— ¿Tú crees que quiera? —Pregunto.
—Sí, sí claro, yo no tengo problema y de seguro ella menos, cuando ella llegue yo le diré a ver qué me dice, podemos intentarlo no sé y yo te aviso. Ahora mismo no creo que sea lo mejor porque tu madre estará en el hospital esperando a que vayas…
—Ese es mi temor, ir a la casa y que ella me encierre y esta vez peor porque quizás no pueda salir. No puedo quedarme allí encerrada, voy a enloquecer. Esa mujer es capaz de encerrarme hasta que mi hermana salga de la clínica, y eso no se sabe ni cuándo será.
—Tu madre no puede estar tan mal…
—Ohhh… ni te imaginas cuan desquiciada puede ser esa mujer, ¿No escuchaste que te dije que ella va todos los días a la clínica y a mi hermana ni va a verla de lejos, a ella no le interesa su diagnóstico y ya? No sé qué ella pretende decirle cuando Stheisy descubra toda la verdad porque pretendo decírsela. No puedo más con sus mentiras, ella merece saber cuál es la verdad. Espera… —hago silencio al momento que se me ilumina la mente.
— ¿Qué pasó? —Pregunta él curioso.
—Préstame tu computadora, ¿De casualidad tienes impresora aquí? Necesitaré a tu hermana.