No sé lo que ha pasado, todo se ve borroso y una inmensa cantidad de humo obstruye mi vista. No puedo mantener los ojos abiertos por más tiempo. No entiendo nada, solo sé que alguien me está arrastrando a alguna parte. Trato de volver a abrir los ojos, pero no puedo. Trato de gritar por ayuda. Tampoco puedo. Siento que estoy a punto de rendirme, ya no puedo más. De repente, un recuerdo llega a mi mente, estaba él diciéndome que todo iba a salir bien en la… ¿misión? ESO ES Eso estábamos haciendo antes de que esto ocurriera, pero ¿qué fue lo que pasó? ¿dónde están todos? ¿el plan seguirá en pie sin mí?
Sinceramente no soy muy unida a muchas personas. Casi nadie me conoce en realidad y la mayoría solo se me acercó cuando se enteraron de mi verdad, por lo tanto, aunque quisiera, no sería consciente de las recientes pérdidas y si lo ponemos de ese modo eso sería hasta mejor para mí, pero él es la razón de que esto no sea así. No sé dónde o cómo estará. Sólo sé que no está conmigo, eso es lo que más me duele y, el hecho de saber que tal vez esté sufriendo una vez más por mí culpa, no lo mejora.
Bueno, creo que ya estoy hablando de más, mejor les voy a contar el comienzo de esta historia, bueno… MI comienzo de esta historia, el cual data de dos años atrás aproximadamente
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Mi corazón late desenfrenadamente, estoy demasiado nerviosa y no sé qué pasará. Según me ha dicho Franca, la secretaria de mi padre, el jefe me ha mandado a llamar y no sé para qué o por qué razón después de tres años de no verme, hablarme o al menos interesarse por mí, de la nada quiere verme.
Todos piensan que los ángeles son muy buenos, amorosos y que su vida es color de rosas, pero eso no se acerca para nada a mi realidad. El hecho de ayudar y salvar a los de la tercera dimensión, mejor conocidos por ustedes como humanos, no nos convierte en eso, en especial si se trata de mi padre
Ya he llegado a la oficina del “JEFE” también conocido por muy pocos como “mi padre” y antes de acercarme a la puerta para poder pedir permiso para entrar escuchó el “pase” tan serio y característico de él que no escuchaba desde hace tres años.
-Si señor. ¿Me mandó llamar? - digo mientras entro a su oficina
- Sí señorita Querube, siéntese-
- ¿Hay algún problema señor? - digo lo más neutra que puedo
Por más que sea su hija, como ya se habrán dado cuenta, no somos para nada unidos. Nuestra única relación es el apellido y por lo demás, soy sólo una más de sus ayudantes, alguien invisible para el resto y mientras más lejos pueda estar de él es mejor y este hecho no me genera ningún problema, debido a que no me apetece que los demás se acerquen a mí solo por mi jerarquía o tener que estar cerca a alguien que difunde el pensamiento de “La verdad ante todo” siendo él el mayor mentiroso del lugar con su doble apariencia: una gentil y bondadosa que muestra al mundo y la otra, la más cruel, que muestra ante su propia hija.
-Ya ha llegado la hora de que sepas tu misión- dice mi padre y, creo equivocarme, pero juraría haber visto un atisbo de orgullo en sus ojos.- Todos hemos sido enviados a este mundo por una razón, la tuya es matarlo a él- dijo mostrándome una fotografía de un chico de más o menos mi edad, pelo negro y corto, ojos negros y pálido cual muerto, con la apariencia de alguien cruel, con unos ojos negros de demonio y una piel de vampiro que le daba un aspecto terrorífico, lo cual, a diferencia de lo que creo que mi padre quiere que crea, solo me da tristeza de pensar en todo lo que tuvo que pasar y sufrir para ser así - no tenemos su nombre, pero alrededor del mundo sobrenatural se le conoce como el hijo del demonio,, señor de las tinieblas.-
Estoy sorprendida y no termino de procesar sus palabras ¿He escuchado bien? ¿matar? ¿no éramos seres de paz buscando defender la vida?
-¿Qué? - digo todavia asombrada
- Lo que ha oído señorita Querube- dice el jefe serio y, les podría asegurar, que en este momento cualquier posible rastro de orgullo a desaparecido
- ¿Y si no quiero?
-Tiene que hacerlo- dice finalmente molesto- no hay otra forma de salvar a los de la tercera dimensión del caos, el miedo y la oscuridad que él les está brindando
- Pero... ¿Y si la hay? - digo sin poder escuchar más sobre esto- ¿qué pasó con defender la vida?¿Buscar la paz con paz y no con guerra? Tiene que haber otra forma de solucionarlo, ¡¡SIEMPRE LA HAY!! ya no nos reconozco- digo soltando toda la furia que puedo a través de mis palabras y salgo dando un portazo, ya no lo puedo soportar más, tengo que hacer algo para relajarme antes de que ocurra algo de lo que luego me arrepienta.