Seguía caminando detrás de Julia todavía aferrada a su mano, pues ella no me soltaba, como si temiera que me fuera a escapar. Siento mi corazón latir a mil por hora, producto de mi miedo a conocer a sus amigos. No porque piense que vayan a ser malas personas, sino por la forma en que llegue a comportarme. No suelo ser una persona muy elocuente y divertida, mucho menos con personas que no conozco, y me aterra pensar que sus amigos me vean como alguien aburrida o simplona. De verdad quiero hacerlo bien. Quiero darles una buena impresión.
Estoy muy nerviosa.
Tomo un trago de mi cerveza para darme todavía más valor, haciendo un gesto de desagrado al notar que este ya dejaba de estar frío.
Julia se detiene y choco contra su espalda al no haberme fijado por estar metida en mis pensamientos y mis tontos miedos.
Levanto la cabeza para poder disculparme con ella, cuando veo que nos hemos quedado de pie frente a una mesa en la que están sentados un grupo de alrededor cinco personas, conversando y riendo entre ellos. Dicho grupo detiene su amena plática al percatarse de nuestra presencia.
“¿Por qué tardaste tanto, Julia? Pensábamos que te habías extraviado” dice uno del grupo. Un chico bastante atractivo, rubio y de unos increíbles ojos verdes “Aunque no es de extrañar conociendo tus sentidos de dirección” se burla juguetonamente, mostrándonos una sonrisa jovial y a la vez coqueta.
“Muy gracioso, Craig… Como disfruto de tus bromas” dice Julia con evidente sarcasmo, pero sin notarse molesta por el comentario que le había lanzado. Me hala un poco más para posicionarme a su lado, puesto que todavía me encontraba detrás de ella como si estuviera intentando ocultarme “Me tardé porque me topé con ella y nos pusimos a hablar”
“Más bien tú te pusiste a hablar… Te conocemos” aclara una segunda persona. Una chica delgada, de cabello muy corto pero abundante, y muy guapa.
“Como sea” Julia se defiende “Como decía… Me topé con ella. Es nueva en esta ciudad. Extranjera para ser más específica” explica con simplicidad, abrazándome de los hombros como si fuésemos amigas de toda la vida “Y al verla tan sola, tomé la decisión de invitarla a pasar la noche con nosotros… Les presento a Ophelia, chicos… Pórtense bien con ella y trátenla bien”
Una vez que concluye con mi presentación hacia el grupo, me da un leve empujo para que me acerque más a la mesa y empieza a señalarme a sus amigos uno por uno mientras los presenta. Ante esto, me siento como si fuese una estudiante recién llegada en la escuela y tuviese que presentarme ante mis nuevos compañeros de clases.
“Él es Oliver” señala al primero del grupo, un chico de piel morena, espeso cabello rizado y un rostro perfectamente perfilado, quien me saluda muy amablemente con su mano “Oliver también es extranjero. Es australiano, pero lleva varios años viviendo aquí”
Luego, el dedo de Julia se mueve a la izquierda de Oliver para señalar ahora a otro chico “Este es Arthur, completamente escocés… No es alguien al que le guste conversar mucho, pero es un excelente amigo”
El chico en cuestión levanta su mirada de la bebida para saludarme con una sacudida de cabeza y mostrarme un amago de sonrisa. Sus ojos son cálidos y expresivos, con un increíble cabello rojizo, típico de los escoceses. No sé por qué, pero sin siquiera conocerlo, me ha agradado. Tal vez podríamos ser buenos amigos.
Dejo de observarlo cuando Julia ahora me presenta la otra chica del grupo. La que estaba bromeando con ella hace unos segundos.
“Aquí tenemos a Nina, la más alocada del grupo” frunzo el ceño al escuchar la forma en como la define. Julia se ríe al verme así “No en el mal sentido de la palabra. No te asustes”
“¡Oye! No soy alocada” se defiende la chica en mención “Es solo que me sé divertir más que ustedes”
“Sí. Seguro” Oliver le debate en voz baja, disimulando toser.
“Explícate qué quieres decir con eso” se queja Nina, dándole un pellizco en su brazo y ganándose un sonido de dolor en respuestas.
“No tengo que explicar nada si ya lo sabes” se burla él, masajeándose el brazo pellizcado.
No logro escuchar lo que Nina le dice de vuelta porque lo hace en voz baja para que solo Oliver la escucha, quien se echa a reír a carcajadas como si fuera lo más graciosos que haya escuchada en su vida. Sonrío al observarlos. Se nota desde leguas lo bien que ellos dos se llevan. La forma en que hablan y bromean entre ellos es tan genuina que se nota a leguas que tienen una amistad maravillosa.
Julia vuelve a sacarme de mi concentración con un apretón de su mano en mi hombro “No te preocupes por ellos, siempre se comportan así… Un minuto están riendo felices, y al otro están discutiendo y queriendo sacarse las entrañas para luego volver a ser los mejores amigos” me explica en voz alta para que ellos dos escuchen. Cosa que logra a la perfección al recibir en respuesta una muestra de sus dedos medio, a lo que ella solo les saca la lengua “También son infantiles, pero te acostumbrarás a ellos… Continuemos” dice, señalando ahora al chico que habló primero cuando llegamos a su mesa “Este de aquí es nuestro queridísimo Craig… Ten mucho cuidado con él, es un completo mujeriego… Le encanta coquetear con cualquier chuca que tenga en frente” Ese último comentario me lo dice al oído, haciéndome sacar una leve risa.
Miro a Craig, quien me saluda coquetamente con un guiño de ojos “Encantado de tenerte aquí con nosotros” se levanta de su asiento para acercarse a mí y estrechar mi mano “Es un placer conocerte… Por cierto, no creas nada de lo que sea que Julia te haya dicho” advierte juguetonamente sin soltarme la mano.